Por José Antonio Artusi
Se cumplen 520 años del día en que el inquisidor Diego Rodríguez de
Lucero ofició un auto de fe en la ciudad de Córdoba, España, en el que fueron juzgadas
267 personas. 107 de ellas fueron condenadas a morir en la hoguera. Parece una
broma macabra que alguien llamado “Lucero” – término que deriva de “luz” - llegara
a ser conocido como “el tenebroso”, o “el inspirado por Lucifer”.
Diego Rodríguez de Lucero nació en Moguer alrededor de 1460 y murió en
Sevilla el 28 de diciembre de 1534. Se graduó como bachiller en leyes y licenciado
en teología. En 1499 fue designado al frente del Tribunal de la Inquisición de
Córdoba.
Manuel Peña Díaz nos dice que “el 13 de febrero de 1501 organizó su
primer auto de fe, en el que fueron condenadas a la hoguera 80 personas, y días
después ordenó la quema de otras 50. Entre las personas sospechosas y acusadas
había buena parte de las jerarquías eclesiástica, nobiliaria y municipal de
Córdoba. Las protestas ante los Reyes Católicos fueron inmediatas. Se quejaban
de que los condenados lo habían sido mediante declaraciones inducidas y
manipuladas, incluso afirmaron que Lucero obligaba a los presos mediante
torturas y amenazas a aprender oraciones judaicas”. Más adelante agrega que “las quejas por
las arbitrarias acciones de Lucero, peón de Deza y del rey, motivó una primera
visita de inspección de enviados del Consejo de la Inquisición que no surtió
efecto alguno. Al contrario, el Tenebroso se sintió más legitimado y el 30 de
abril de 1502 celebró un nuevo auto de fe, en el que condenaron a 27 personas
al quemadero. Nada lo frenaba con su sangrienta y obsesiva limpieza de
conversos, acusándolos de sacrificar niños y romper crucifijos, de ocultar
sinagogas y predicar la llegada del nuevo mesías”.
Ana Cuadro García señala que “condenó a la hoguera a más de 200
personas en poco menos de 4 años. Especialmente fue sanguinario el auto de fe
del día 22 de diciembre de 1504 donde 107 personas fueron quemadas en el Campo
Santo de los Mártires, tras haber sido condenados por ser falsos conversos
(esto es, judíos que, después de convertirse al cristianismo, seguían
practicando la religión judía en secreto)”. Esta autora refiere que “el
descontento de la población cordobesa hizo que en diferentes ocasiones apelaran
al Inquisidor General así como al rey Fernando el Católico por la destitución
del inquisidor por su crueldad, no consiguiendo su propósito en los cinco años.
Cansada de la crueldad del inquisidor, la población cordobesa -apoyada por
ciertos nobles- asaltó la prisión del Santo Oficio el 9 de noviembre de 1506
para liberar a más de 400 presos que estaban en presidio. El inquisidor tuvo
que huir por la puerta de atrás del Alcázar para salvar su vida… Por todo esto
fue llamado "excepcional monstruo", "fanático y violento",
de "carácter acre y duro" o "inspirado por Lucifer".
José Manuel de Bernardo Ares enfatiza que “hasta 1506 todas sus
acciones inquisitoriales (indiscriminadas inculpaciones heréticas, masiva
detención de personas importantes gran parte de ellas conversas, copiosa
confiscación de bienes, etc.), siempre aceptadas por el secretario del Rey Juan
Ruiz de Calcena, fueron amplia y duramente contestadas por las autoridades
civiles y eclesiásticas de Córdoba. El punto álgido de este enfrentamiento se
alcanzó con la celebración del multitudinario auto de fe en 1504, a partir de
cuyo momento toda la ciudad se opuso frontalmente al temido e implacable
inquisidor. El paroxismo de su intransigencia religiosa la demostraría al año
siguiente de 1505 al procesar como judaizante al venerable jerónimo fray
Hernando de Talavera, arzobispo de Granada, a quien le repugnaba la
antievangélica distinción entre cristianos nuevos y viejos”. Continúa de
Bernardo Ares narrando que “en 1506, con la llegada de Felipe I el Hermoso a
Castilla y el reforzamiento político de las elites nobiliarias a nivel local
(el marqués de Priego y el conde de Cabra no aceptaban al corregidor), se
radicalizaron los enfrentamientos sociales, religiosos y políticos, agravados
por una durísima crisis económica (escasez de la producción agraria, alza de
precios, etc.). En esta nueva situación política se suspendieron los procesos
contra los conversos y se depuso al inquisidor general Diego de Deza y al inquisidor
de Córdoba Diego Rodríguez Lucero. En este clima de descontento generalizado,
el pueblo de Córdoba, instigado por el marqués de Priego, Pedro Fernández de
Córdoba, alcalde mayor de la ciudad a la vieja usanza, asaltó la cárcel de la
Inquisición, ubicada en el alcázar real de los reyes cristianos; e intentó
linchar a Lucero, que huyó a lomos de una mula”. Finaliza este autor
consignando que “Lucero —el Tenebrero, según Pedro Mártir de Anglería y el
“inspirado por Satanás” en palabras del padre Sigüenza— murió el 28 de
diciembre de 1534 después de haber sido una de las piedras angulares de un
edificio social (lucha contra las minorías conversas), religioso (defensa de la
ortodoxia religiosa) y político (creación del Estado Moderno) muy complejo a
finales del XV y principios del XVI”.
Manuel Peña Díaz considera que Lucero, a quien califica como “el
responsable directo de centenares de muertos y de la primera gran crisis de la
Inquisición española… no pudo hacer carrera de méritos, pero si consiguió el
mayor éxito que tan bien administró el Santo Oficio: el miedo a la Inquisición”.
A 520 años de la barbarie inquisitorial, en una época confusa y
desconcertante en la que nuevos y viejos fundamentalismos y visiones
intolerantes y retrógradas nos llevan a recordar la importancia de reconocer la
más absoluta libertad de culto, de conciencia y de expresión, y la necesidad
imperiosa de dejar atrás para siempre las concepciones absolutistas y
teocráticas que lamentablemente todavía imperan en buena parte del planeta.
Fuentes:
Cuadro García, Ana C. "Córdobapedia." Diego
Rodríguez Lucero. 2024.
https://cordobapedia.wikanda.es/wiki/Diego_Rodr%C3%ADguez_Lucero (accessed
diciembre 20, 2024).
de Bernardo Ares, José Manuel . "Real Academia de la
Historia." Diego Rodríguez Lucero . n.d.
https://dbe.rah.es/biografias/26587/diego-rodriguez-lucero (accessed diciembre
20, 2024).
Peña Díaz, Manuel. "Lucero el Tenebroso." Mercurio, Julio
2017.
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