El Centro
Cultural Urquiza ha tenido una excelente idea, convertir a la casona que
mandara edificar Justo José de Urquiza frente a la Plaza Ramírez de Concepción
del Uruguay en un Museo, al que proponen denominar “de la Organización Nacional”.
Celebro fervientemente la iniciativa y propongo aquí, a título personal, algunos
aportes al debate, con la intención de promover que la cuestión se instale
fuertemente en la agenda pública de nuestra ciudad y adquiera progresivamente
viabilidad.
El inmueble que
nos ocupa, hoy destinado a oficinas de correo, se trata de un valiosísimo
exponente del patrimonio histórico, urbanístico y arquitectónico uruguayense, con un enorme potencial para aportar a la revitalización del centro histórico
de la ciudad y a su consolidación como un área jerarquizada de concentración de
atractivos turísticos basados en la historia y la cultura, caracterizada por el
indudable protagonismo del legado polifacético de Justo José de Urquiza;
vinculado a la Organización Nacional, a la educación pública y laica, a la
inmigración y la colonización agropecuaria, a la fundación de ciudades, al
fomento del comercio y la industria, etc.. De más está decir que el Museo
Municipal Andrés García y la Sala Evocativa de Malvinas podrían permanecer en
el futuro complejo, incluso en mejores condiciones que en la actualidad.
Se abre entonces
una oportunidad que no debe ser desaprovechada. La legitimidad de las
decisiones que se tomen debe estar alimentada y legitimada tanto por su
encuadre en un proceso riguroso de planificación museológica y urbanística como
en la más amplia participación ciudadana.
Al igual que el
Mercado 3 de Febrero, la Casa de Urquiza no es una “isla”, forma parte
inescindible del centro histórico de la ciudad, y debe por lo tanto aportar a
su revitalización y mejora, integrándose de manera armoniosa con su entorno. Para ello
hace falta primero tener un plan que establezca un diagnóstico, plantee
objetivos y proponga estrategias. Cabe recordar en este sentido que en el
último proceso de planificación que tuvo la ciudad, la reformulación del Plan
Estratégico, hace ya 10 años, se propuso un proyecto identificado con el número
59 y denominado “Plan de Mejoramiento del Área Central”, incluyendo la
renovación y puesta en valor de la peatonal y el distrito de protección
histórica, entre otros ítems. A su vez, desde el punto de vista histórico y
patrimonial, la casona integra un conjunto de lugares y edificios vinculados de
manera directa con el accionar de Urquiza; junto al Colegio del Uruguay, su “heredero”,
primer colegio laico del país; la Basílica de la Inmaculada Concepción donde
descansan sus restos, la Plaza Ramírez, ámbito del Pronunciamiento del 1º de
Mayo de 1851; etc. Queda claro entonces que el Museo y Centro Cultural
propuesto podría contribuir a formar un circuito integrado por hitos que ayuden
a valorar y comprender la actuación de Urquiza como un protagonista central de
la Argentina del siglo XIX. Este circuito podría ser un interesante atractivo
turístico pero también un valioso recurso educativo en todos los niveles, así
como de apoyo a investigadores y divulgadores de nuestro acervo histórico.
Cabe señalar que
en el Plan Estratégico de Desarrollo de Concepción del Uruguay (Revisión 2010)
se incorporó – en el marco del Eje 1 “Fortalecimiento de la Ciudadanía y la
Equidad Social” – el Proyecto 8 “Centro Cultural Casa de Urquiza”, con el
propósito de “desarrollar la Casa de Urquiza como un espacio referente de la
actividad cultural e histórica de la ciudad”. La propuesta del Centro Cultural
Urquiza, concretamente un museo, no es incompatible con este antecedente. En
efecto, los museos modernos funcionan no sólo como repositorios de elementos de
valor patrimonial y muestras permanentes sino también como verdadero centros
culturales, en los que se desarrollan diversas actividades que combinan con
sentido lúdico diferentes expresiones del arte y la cultura, de manera dinámica
y atractiva tanto para residentes locales como para turistas, de todas las
edades y procedencias.
De todas las
alternativas institucionales para lograr el objetivo propuesto, la de propiciar
la creación de un museo nacional parece la más indicada y conveniente. Por
diversas razones, desde la disponibilidad de recursos hasta la obvia
pertenencia a la esfera federal de un museo que va a estar consagrado a
celebrar de manera central la Organización Nacional.
La oportunidad
está. Hay que aprovecharla.
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