Por José Antonio Artusi
En 2018 el ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti publicó un
libro titulado “La Trinchera de Occidente – A 70 años de la creación del Estado
de Israel”. La obra consiste en una recopilación de artículos publicados a lo
largo de un extenso período en diversos medios de comunicación, a los que se
suman las transcripciones de algunas conferencias.
El libro es de por sí una joya, pero adquiere un valor adicional tras la
masacre perpetrada por Hamas el 7 de Octubre de 2023, la peor matanza de judíos
con posterioridad al Holocausto.
Sanguinetti expone con singular coherencia y habilidad argumental una
línea de pensamiento que permite abordar diversas cuestiones e interpretarlas a
la luz de la sujeción a ciertos valores y principios liberales y humanistas, cuya
reivindicación y defensa parece hoy más necesaria que nunca, cuando se ven
amenazados por ideologías totalitarias y oscurantistas, y cuando cierta
peligrosa confusión afecta a numerosos estamentos de las sociedades
occidentales.
El autor reconoce en la introducción que no fue sencilla la tarea de
titular la obra y, considera luego – en una suerte de síntesis del planteo
general – que optó por “recalar finalmente en “La trinchera de Occidente”, que
es a nuestro juicio el rol esencial de la presencia israelí contemporánea. En
tiempos de terrorismo islámico y de fundamentalismo musulmán, que cuestionan
nuestros valores esenciales, el Estado judío es el emblema de la civilización
occidental, forjada en las tradiciones judía (la igualdad ante las tablas de la
ley), cristiana (la piedad ante el desvalimiento), griega (la racionalidad), y
romana (la organización de la sociedad para su convivencia). Una Europa
vacilante tiene su primer escalón de seguridad en su sobrevivencia.”
El libro repasa diversos momentos históricos y retrata a algunos de los
personajes que los tuvieron como protagonistas. Así, por ejemplo, en un
artículo publicado en el diario el País de Montevideo el 17 de Diciembre de
2006, se recuerda que “cuando el ejército norteamericano llegó a los campos
nazis de exterminio, el General Eisenhower hizo desfilar a todas sus tropas, a
los prisioneros adversarios y hasta desplazó una división , porque – dijo –
esto algún día será negado y precisamos un millón de testigos… En aquellos años
parecía imposible que alguien pudiera desconocer aquella evidencia horrorosa,
especialmente cuando se diseminaron por el mundo los testimonios dramáticos de
los sobrevivientes. Hoy, sin embargo, estamos ante el echo y estos días, sin ir
más lejos, hemos recibido las sobrecogedoras noticias del congreso organizado
en Teherán por el Presidente Mahmud Ahmadineyad para dudar de la existencia del
Holocausto judío y anunciar la “pronta desaparición de Israel”, que caerá,
según él, como cayó la Unión Soviética”. Parece innecesario recordar, o quizás
no tanto, que si el vaticinio del entonces presidente iraní no se ha cumplido
no es precisamente por falta de voluntad de quienes tienen a su cargo el
régimen que gobierna ese país desde 1979.
Más adelante, en un artículo publicado en el Correo de los Viernes el 26
de Agosto de 2005, y que resulta especialmente útil para entender la guerra que
tiene lugar actualmente en Gaza, Julio María Sanguinetti recordaba que “la
operación de desalojo de los colonos israelíes en la franja de Gaza se está
terminando con éxito. El Primer Ministro Sharón, general de larga actuación,
considerado un militar de la línea más dura, es quien ha llevado adelante este
proyecto pacificador”. Al momento de editar el libro su autor reconoce que
“hoy, a 13 años de aquel retiro unilateral, Gaza, controlada por un gobierno de
Hamas, es una constante fuente de conflictos, base de reiterados ataques a
Israel, por medio de misiles o de intentos de invasión, sea por túneles o asonadas,
como ha pasado en este año de 2018. Desgraciadamente, la política de cambiar
tierra por paz ha fracasado en este caso”.
En “El terrorismo”, publicado en el diario El País de Madrid el 12 de
Agosto de 2012 el ex presidente oriental e histórico dirigente del Partido
Colorado aborda temas de indudable actualidad, cuando señala claramente que “no
es cierto tampoco, que el problema sea el sionismo y no el antisemitismo, según
es de uso invocar en los últimos tiempos. Son dos caras de una misma moneda:
uno niega el derecho a la existencia del individuo, el otro rechaza el derecho
de un pueblo a existir y a convivir en una comunidad internacional. Es verdad
que los gobiernos israelíes han cometido errores, como toda estructura
política, ¿pero ellos justifican acciones terroristas de dimensión universal,
como las que han ocurrido a lo largo del mundo, tomando de rehenes a seres humanos
ajenos a toda la disputa?”. Este artículo es particularmente relevante para los
argentinos, pues rememora los atentados a la Embajada de Israel y a la sede de
la AMIA, en 1992 y 1994 respectivamente, y contiene un párrafo de indudable
vigencia: “Nunca deja de asombrar que ciudadanos que se sienten progresistas se
dejen arrastrar tan fácilmente a esos remedos de explicación que apenas se
detienen en el límite de la complicidad con la violencia. Bien lo sabe
Occidente, que practicó en su tiempo la guerra santa y sólo pudo superarla
cuando el pensamiento y la acción política alcanzaron a los ámbitos de la
formación ciudadana, con una filosofía de libertad de conciencia y respeto a la
opinión ajena”.-
Publicado en el diario La Calle el 18 de Febrero de 2024.-
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