Por José Antonio Artusi
En una columna publicada en esta hoja el 19 de junio de 2022 sostuve que
“la conversión de Artigas en el héroe nacional de un país hermano tuvo para
nosotros un doble efecto; por un lado, la “elemental cortesía” de buenos
vecinos lo salvó de la descalificación y los improperios, pero por otro lado lo
perdimos un poco como un prócer propio, que lo fue, en grado superlativo. Félix
Luna lo expresa de esta manera: “No debe extrañar la inclusión de Artigas en
esta corta galería de caudillos argentinos. Toda su lucha estuvo enmarcada en
el contexto nacional, del que jamás quiso salir… la actitud de Artigas no fue
nunca separatista – mal que pese a los autores de su leyenda negra – ni aceptó los
ofrecimientos que se le hicieron para constituir la Banda Oriental en una
entidad nacional independiente… no podemos sentir como sentir como ajeno a este
oriental eminente…”.” Recordemos también que Félix Luna no vaciló en
considerarlo “el fundador del federalismo rioplatense”. Más adelante, expresé
en esa oportunidad: “Artigas defendió con inusual lucidez y coherencia las
ideas más progresistas de la etapa inicial de nuestra vida como nación
independiente, y están magníficamente resumidas en las Instrucciones del año
13: independencia absoluta de la Corona española, organización constitucional,
federalismo, libertad civil y religiosa, igualdad, sistema republicano y
división de poderes, libertad de navegación y habilitación de puertos, libertad
de comercio y eliminación de aduanas interiores, instalación de la capital
federal fuera de Buenos Aires. Todas estas ideas, hasta la última, intentada
sin éxito por Alfonsín, mantienen plena vigencia”.
Pedro Felix Guridi es un historiador uruguayense radicado en Posadas. En
2023 la editorial de la Universidad Nacional de Misiones publicó un libro de su
autoría, titulado “El artiguismo y su legado”, que viene a echar luz sobre esta
cuestión, con un enfoque que brinda una mirada distinta a la que estamos
acostumbrados, sumamente enriquecedora para alimentar los debates que sigue
suscitando.
Es especialmente interesante el aporte de Guridi en relación al vínculo
entre Artigas y la génesis del Estado argentino, y en particular el que muestra
el hilo conductor entre las ideas de Artigas y las acciones de Justo José de
Urquiza. Guridi lo expresa con inusual contundencia, y a mi entender, con
acierto: “Podemos decir, metafóricamente, que Argentina fue construida por
Justo José de Urquiza a base de los planos dejados por Artigas. La grandiosa y
heroica epopeya de 1851-1853, enhebrada sucesivamente en el Pronunciamiento,
Caseros, el Acuerdo de San Nicolás y la sanción de la Constitución fue el
consecuente de otra gesta, la de 1811-1813, del Éxodo, el Campamento del Ayuí y
el Congreso de las Tres Cruces… Urquiza no sólo dio la Constitución a los
argentinos, con ella y por medio de ella creó el Estado argentino sobre el
esquema maestro diagramado por Artigas… Artigas no pudo hacer viables las
Provincias Unidas pero sembró el terreno para que Urquiza pudiera cosechar la
república.”
En el posfacio de su obra Pedro Félix Guridi ensaya una suerte de
síntesis de su planteo, y expone los desafíos que la interpretación histórica
presenta para la construcción del futuro: “… la figura y el papel de Artigas
todavía hoy aparecen nimbados por la oscuridad, pues muchos no advierten aún
los verdaderos alcances del proceso que comandó. Para los argentinos es una
figura marginal. No ven su acción como el origen político de la Argentina. En
tanto, los uruguayos lo vinculan con el origen de su nacionalidad. No advierten
claramente su papel federalista y lo relacionan con el proceso de la
independencia uruguaya, con el cual sólo muy indirectamente está vinculado”.
Finalmente, Guridi reflexiona sobre la necesidad de lo que Alberto
Demicheli, en 1962, denomina “una revisión urgente y necesaria” del tiempo
histórico de Artigas, y considera al respecto que “Artigas duerme esperando su
turno. En el mejor de los casos se lo considera un mero precursor del
federalismo, y no el personaje eje de la constitución del Estado argentino…
Procesos a todas luces portentosos, como el incomparable movimiento de pueblo
denominado con justica “Éxodo”, o el increíble y fertilísimo mixtum social,
político e ideológico que se produce en el campamento del Ayuí entre junio y
septiembre de 1812, son olímpicamente desconocidos por esa “historia nacional
de manual”, como así también es silenciada la porfiada supervivencia de las
tesis artiguistas hasta aparecer nada menos que en el preámbulo de nuestra
Constitución. Artigas aparece así, como un pensador local y solitario, sin una
fuente de inspiración ni un marco de referencia, un genio incomprendido, o
quizás un visionario exagerado. Igualmente, alguien extranjero, en su origen y
acción. Por consiguiente, la comúnmente denominada “Historia argentina” es un
relato extraño al devenir real de nuestro pueblo”.
Bienvenido este y otros aportes novedosos sobre las claves para entender
nuestro pasado, porque sigue siendo necesario, tal como señala el autor en las
palabras finales de su libro, encontrar “un camino destinado a sanar nuestra
historia y, consiguientemente, a vivir en paz con ella”.-
Publicado en el diario La Calle el 4 de Febrero de 2024.-
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