Los datos publicados en la página
oficial de la Provincia de Entre Ríos referidos a la ejecución presupuestaria
hasta Septiembre de 2021 nos permiten hacer algunos análisis y consideraciones
que confirman, lamentablemente, algo que no constituye ninguna novedad: Entre
Ríos es una provincia que recauda mal y gasta cada vez peor.
Uno de los datos novedosos que
surge del mencionado informe, y de anteriores, es el insólito superávit que
exhiben las cuentas públicas del fisco entrerriano el año pasado y en lo que va
de éste: un resultado financiero positivo de alrededor de 2000 millones de
pesos en 2020, tras una década de déficits constantes, y de casi 19 mil
millones a Septiembre del 2021.
Este superávit es mentiroso
porque se explica, entre otros factores, por el atraso salarial del sector
público provincial y por la crónica subejecución de la inversión en obra
pública y bienes de capital. Ambos tendrán consecuencias gravosas y
repercutirán negativamente, afectando las posibilidades de emprender un camino
de crecimiento y desarrollo sostenible.
Veamos la cada vez menor
incidencia de la inversión real directa en el total del gasto público provincial.
El gasto en “Construcciones” representó el año pasado solamente el 2,66% del
gasto total. Se ejecutó sólo el 27% de lo presupuestado. La participación del
rubro Construcciones en el gasto total fue la menor desde el 2015, cuando
superó el 5%. En 2020 fue prácticamente la mitad. Parte de esa notoria
subejecución podría atribuirse a la pandemia, pero este año las proyecciones
indican que a este ritmo se llegaría a ejecutar sólo el 31.41% de lo
presupuestado, y representaría apenas el 3.08% del gasto total. En el rubro
“Maquinaria y equipos” el panorama es aún peor. En 2020 se ejecutó sólo el 17,28%
de lo presupuestado y esto representó el 0,14% del gasto total, el menor
porcentaje desde 2015, casi 3 veces menos que ese año. Este año, las
proyecciones señalan que se llegaría a este ritmo a ejecutar el 16.94% de lo
presupuestado y representaría apenas el 0.19% del gasto total. La provincia
invierte cada vez menos en obra pública y en maquinaria y equipos, lo dicen
datos oficiales. Y la tendencia es claramente decreciente.
Por el lado de la recaudación el
panorama no es menos deprimente. El impuesto a los ingresos brutos, el más
regresivo y distorsivo de todos, representó en 2020 el 63,77% de la recaudación
de impuestos provinciales. A Septiembre de 2021, el 65.05%. Desde hace años, la
incidencia de esta gabela medieval en la recaudación propia muestra una
tendencia a aumentar.
Urge diseñar e implementar
reformas profundas, de raíz. Una reforma tributaria, para recaudar bien, sin
ahogar las fuerzas productivas ni castigar el trabajo, y una reforma del Estado,
para lograr una administración pública capaz de invertir recursos con eficacia
y eficiencia en pos del desarrollo y la prosperidad de los entrerrianos. Tenemos
un Estado que asfixia a los contribuyentes con malos impuestos, y que por otra
parte no brinda a la sociedad ni las inversiones en infraestructura necesarias
para el desarrollo ni los servicios esenciales que una sociedad democrática, equitativa,
integrada y moderna necesita para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Haríamos bien, todos, en no rehuir ese imprescindible debate. La pandemia y la
crisis sólo han hecho más evidentes una serie de problemas estructurales que
vienen de mucho antes. El desafío es tomar esta crisis como oportunidad para
reconocer las causas de esos problemas y avanzar sin demagogia en el logro de
amplios acuerdos para comenzar a solucionarlos. Pretender que podemos seguir
así, postergando indefinidamente las soluciones de fondo, sólo profundizará el
atraso y la pérdida de oportunidades.-
Publicado en el diario La Calle de Concepción del Uruguay el día 21 de Noviembre de 2021.-
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