Por José Antonio Artusi
José Antonio Jesús de las Mercedes Rodríguez Monzón nació en Paraná el 9
de febrero de 1899 y murió en Concepción del Uruguay el 18 de abril de 1977. Su
padre, Antonio Diógenes, era maestro egresado de la Escuela Normal de Paraná.
La familia se radicó en Concepción del Uruguay al ser designado director de la
Escuela Avellaneda. También fue profesor en el Colegio del Uruguay. Su madre, Domitila
Monzón, también maestra, murió muy joven, y su padre murió en 1947, a los 80
años.
José Antonio Rodríguez cursó el bachillerato en el Colegio del Uruguay, institución
que más tarde lo tendría como profesor. También ejercería la docencia en la
Escuela Normal. Tras egresar como médico en la UBA regresó a Concepción del
Uruguay y comenzó a ejercer su profesión. Colaboró con el Hospital de Caridad
de la Sociedad de Beneficencia. Omar Gallay recuerda en su obra “El
Hospitalito” que en 1932 dicha institución, “junto al pueblo de Concepción
del Uruguay, tributó un merecido homenaje de despedida a los doctores Amadeo
Barbará, Augusto Blanchet, Luis María Pons, José A. Rodríguez y Tomás Cuesta
Yáñez, con motivo de su traspaso al Policlínico Regional recientemente
inaugurado. El diario “Los Principios” dijo: “Cuando los doctores… penetraron a
la galería central del Hospital el inmenso público que colmaba el recinto
prorrumpió en una estruendosa salva de aplausos”. A este acto le siguió un
banquete de honor servido el 9 de enero en el salón comedor del “París Hotel”,
pleno también de elocuentes discursos, entre ellos el pronunciado por el Dr.
Delio Panizza”.”
El 11 de mayo de 1939 “La Juventud” publicó una nota en la que se
informaba que “el gobernador de la provincia ha dispuesto la creación de un
instituto de cardiología que funcionará en el hospital local de la calle Perú
bajo la dirección del Dr. José A. Rodríguez”. Fue uno de los fundadores de
la Clínica Uruguay e integró la comisión que dio origen al Círculo Médico.
Problemas auditivos que le impedían auscultar adecuadamente a sus pacientes lo
llevaron a especializarse en diagnóstico por imágenes radiológicas. No dejó de
estudiar medicina hasta el último día en que permaneció en su consultorio de
calle Almafuerte.
Participó activamente en el radicalismo yrigoyenista. Se desempeñó
varias veces como concejal, siendo muy joven, en las décadas del 20 y del 30. A
partir de la década del 40 su protagonismo político decayó, para concentrarse
en el ejercicio de su profesión y en la activa participación en diversas
instituciones de la sociedad civil, pero su filiación radical permaneció
inalterable hasta su muerte. Integró y presidió la comisión directiva de la
Biblioteca Popular “El Porvenir” y participó activamente en la Alianza Francesa
y en Amigos de la Música.
En 1924 asumió como concejal e integró el bloque radical junto a
Ambrosio Artusi, entre otros. Debieron haber forjado, a pesar de la diferencia
de 10 años, una relación de amistad y profunda confianza. A punto tal que, en
1929, ante una injusta y calumniosa acusación Ambrosio Artusi no vaciló en
retar a duelo a quienes habían expresado las ofensas, y designó al joven médico
como uno de sus padrinos. En 1944 el Dr. Rodríguez habría de tener la dolorosa
tarea profesional de firmar el certificado de defunción de su amigo. Para esas
elecciones, que habían tenido lugar el 2 de diciembre de 1923, el radicalismo
presentó una plataforma en la que podemos encontrar algunas líneas de acción
que van a estar presentes más tarde de manera concreta en la gestión de
Ambrosio Artusi como intendente, entre 1939 y 1943, tales como “la edificación
de casas económicas para empleados y obreros” o “la construcción de un mercado
modelo”. Pero interesa también resaltar algunas cuestiones doctrinarias. El
punto 3º, por ejemplo, denota una evidente influencia de las ideas de Henry
George: “Modificación del sistema impositivo tendiente a liberar de impuestos a
las industrias y ocupaciones útiles. Impuesto sobre el valor de la tierra libre
de mejoras”. Aquellas propuestas siguen siendo tan valiosas como desoídas,
lamentablemente. En esos comicios la UCR obtuvo 516 votos y consagró la
totalidad de las bancas, y el Partido Socialista 76.
En 1924 surgió un conflicto entre el concejo deliberante y el gobierno
provincial encabezado por Ramón Mihura con motivo de la designación del
intendente Demetrio Echezárraga. En marzo de 1925 José Antonio Rodríguez fue
nuevamente electo concejal, pero ya con un radicalismo dividido. En esa
oportunidad el yrigoyenismo obtuvo cuatro bancas, entre ellas la de Rodríguez, y
el antipersonalismo seis. Como se trataba de una elección complementaria para
completar el período que había quedado trunco por la acefalía del anterior
cuerpo, tras la intervención del gobierno provincial, hubo nuevamente
elecciones el 6 de diciembre de 1925. En esa oportunidad yrigoyenistas y
antipersonalistas obtuvieron 5 bancas cada uno, y tras numerosas idas y vueltas
el 1º de enero de 1926 la presidencia del cuerpo recayó en Mariano López y la
vicepresidencia 1ª en José Antonio Rodríguez. Ese período estuvo signado por un
grave conflicto acerca de la validez de la elección de los concejales, y
finalmente los concejales yrigoyenistas fueron sustituidos en octubre de 1926
por miembros designados por el gobierno provincial.
En 1935, al ser electo nuevamente concejal por la UCR, ya unificada, se
dio una situación curiosa. También fue electo concejal por el Partido Demócrata
Nacional su cuñado, Rodolfo Seró Mantero. El diario “La Juventud”, bajo el
título “Sorteo de concejales”, dio a conocer que “la situación planteada a
los señores concejales Dr. José A. Rodríguez y Rodolfo Seró Mantero a raíz del
parentesco que los une, ha quedado solucionada mediante sorteo, habiendo éste
favorecido al Dr. José A. Rodríguez, quien continuará en su banca, no así el
Sr. Seró Mantero, quien ha sido reemplazado por el primer suplente de su sector
político, Sr. Ángel Mazzarello. La comisión especial designada a objeto de
considerar el caso llegó a la conclusión de que no era posible el desempeño
simultáneo del mandato por ambos concejales en virtud de los vínculos de
parentesco que los unen.”. El intendente titular fue el Dr. Justo Germán
Ravenna. También resultaron electos por la “UCR yrigoyenista”, un sector que no
había aceptado la reunificación del radicalismo, Alberto Carosini y Delio
Panizza. Los concejales radicales obtuvieron 2261 votos, poco más del 50% del
total, los conservadores 1015, los “yrigoyenistas” 698 y los socialistas 175.
El cisma del radicalismo de 1958 lo encontró del lado de la UCR del
Pueblo. La política le brindó, naturalmente, desilusiones y desencuentros, pero
alguien que lo conoció bien dijo de él que nunca lo oyó criticar a nadie, y que
solamente a veces decía de alguien “siempre quiere estar donde no está”.
Tuvo amigos entrañables, le gustaba recordarlos y agradecía haberlos encontrado
en su camino.
Conservaba en su inmensa biblioteca un pequeño cuadro que enmarcaba un
documento, la copia de un prontuario suyo que le había entregado un oficial de policía
después que lo derrocaron a Perón. En la época en que eran habituales los
interrogatorios a los “contreras” le habían preguntado por sus ideas políticas
y él, con su peculiar sentido del humor, había contestado que era “socrático”.
El documento lo describía como un “comunista de una clase rara”.
Publicado en el diario La Calle el 22 de junio de 2025.
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