Por José Antonio Artusi
Se cumplen 959 años
del inicio de la invasión y conquista de Inglaterra por parte de Guillermo el
Conquistador. Guillermo, también conocido como el Bastardo, nació en Falaise,
Normandía, probablemente en 1028 y murió en Ruan el 9 de septiembre de 1087. Descendiente
de vikingos, fue el primer rey normando de Inglaterra (Guillermo I), y el duque
de Normandía desde 1035 hasta su muerte (Guillermo II).
En 1066, Inglaterra
estaba sumida en una crisis sucesoria tras la muerte del rey Eduardo el
Confesor, quien no dejó herederos directos. Harold Godwinson, un poderoso noble
anglosajón, fue coronado rey, pero su legitimidad fue cuestionada por
Guillermo, duque de Normandía, quien afirmaba que Eduardo le había prometido el
trono. Al mismo tiempo, Harald Hardrada, rey de Noruega, también reclamaba la
corona, lo que llevó a una lucha tripartita por el poder.
La Batalla de
Hastings fue el punto culminante del conflicto. Guillermo desembarcó en la
costa sur de Inglaterra, en Pevensey, el 28 de septiembre de 1066. Haroldo,
tras derrotar a Hardrada en la batalla de Stamford Bridge en el norte, marchó
rápidamente hacia el sur para enfrentar a Guillermo. El 14 de octubre, ambos
ejércitos se encontraron cerca de Hastings. Los normandos, con una combinación
de caballería, arqueros y tácticas disciplinadas, superaron a las fuerzas
anglosajonas, agotadas por la marcha forzada y la reciente batalla. Harold
murió en el campo de batalla, y con su muerte, la resistencia anglosajona
colapsó. Guillermo fue coronado rey el 25 de diciembre de 1066 en la Abadía de
Westminster, iniciando la era normanda.
Uno de los cambios
más significativos tras la conquista fue la reestructuración de la propiedad de
la tierra. Antes de 1066, Inglaterra tenía un sistema de tenencia de tierras
relativamente descentralizado, con nobles anglosajones y terratenientes locales
controlando grandes extensiones. Sin embargo, Guillermo, como nuevo rey,
implementó un sistema feudal rigurosamente centralizado, inspirado en las
prácticas normandas. Este sistema redefinió la relación entre la corona, los
nobles y las demás clases sociales.
El sistema feudal
normando se basaba en la relación entre el señor y el vasallo. Los señores
otorgaban tierras a sus vasallos a cambio de lealtad y servicio militar. Este
sistema reemplazó al sistema anglosajón de propiedad de la tierra, que no era
tan estricto y admitía en ocasiones la posesión directa por parte de los campesinos
libres. La introducción del feudalismo normando en Inglaterra tuvo un impacto
duradero en la estructura social y económica del país.
Guillermo confiscó
las tierras de los nobles anglosajona, muchos de los cuales murieron en
Hastings o fueron desposeídos por su resistencia. Estas tierras fueron
redistribuidas entre sus seguidores normandos, creando una nueva aristocracia
leal al rey. En 1086 Guillermo I encargó confeccionar el “Domesday Book”, una
especie de censo o registro exhaustivo, que constituyó un logro administrativo
sin precedentes, ya que no solo documentó la propiedad, sino que también sirvió
como base para la tributación.
El sistema feudal
normando estableció que toda la tierra pertenecía al rey, quien la otorgaba a
sus vasallos a cambio de lealtad y servicios militares. Estos vasallos, a su
vez, subdividían las tierras entre caballeros y otros subordinados, creando una
jerarquía rígida. Los campesinos, ahora en su mayoría siervos, trabajaban la
tierra a cambio de protección y una porción de la producción. Este sistema
consolidó el poder de la corona, ya que los nobles dependían directamente del
rey para mantener sus tierras, lo que redujo la autonomía de la antigua élite
anglosajona.
La conquista
normanda también trajo cambios significativos en los sistemas tributarios.
Antes de 1066, los reyes anglosajones recaudaban impuestos como el “danegeld”,
un tributo originalmente destinado a pagar a los invasores vikingos para evitar
ataques. Este impuesto, basado en la extensión de la tierra, era recaudado de
manera irregular y dependía de la cooperación de los nobles locales. Guillermo,
sin embargo, introdujo un sistema tributario más sistemático y eficiente,
apoyado por el “Domesday Book”.
El “Domesday Book”
permitió a Guillermo evaluar con precisión la riqueza de sus dominios,
incluyendo tierras, ganado, y recursos. Cada parcela fue relevada y registrada minuciosamente,
brindando datos sobre su producción y su capacidad contributiva. Esto permitió
a la corona imponer impuestos basados en la productividad real, en lugar de
estimaciones aproximadas. Los impuestos se recaudaban en especie (granos,
ganado) o en dinero, y los señores feudales eran responsables de garantizar que
sus tierras cumplieran con los montos establecidos.
El “*Domesday Book”
no solo fue una herramienta administrativa, sino también un símbolo del control
normando. Su legado perdura como una fuente histórica invaluable, que ofrece
una visión detallada de la economía y la sociedad del siglo XI. Además, los
sistemas tributarios establecidos por Guillermo sentaron las bases para la
fiscalidad medieval, permitiendo a la corona financiar guerras, construcción de
castillos y la administración del reino.
En 1776 Thomas
Paine, un republicano inglés que llegó a ser uno de los padres fundadores de
los Estados Unidos y participó en la Revolución Francesa, caracterizó en su
libro “Sentido Común” a Guillermo el Conquistador como “un bastardo francés
que desembarca con bandidos armados y se proclama rey de Inglaterra contra el
consentimiento de los nativos”, y sostuvo que su ascenso al trono “ciertamente,
no tiene nada de divinidad”. Intentando demostrar con argumentos lógicos la
ilegitimidad de origen tanto del sistema monárquico como de la propiedad de la
tierra por parte de la aristocracia terrateniente, señaló que “en cuanto a
la usurpación, nadie puede ser tan valiente como para defenderla; y que
Guillermo el Conquistador fue un usurpador es un hecho innegable. La pura
verdad es que la antigüedad de la monarquía inglesa no soporta ser considerada”.
Henry George, a su
vez, en “Progreso y miseria” (1879), utilizó la conquista normanda de
Inglaterra para ilustrar los orígenes feudales de la propiedad de la tierra y
la monopolización que genera desigualdad económica. George la menciona en el
contexto de cómo los títulos de propiedad en Inglaterra derivan de la violencia
y la conquista, no de un derecho natural, lo que refuerza su argumento central:
la apropiación privada de la valorización de la tierra como fuente de pobreza
en medio del progreso. En sus propias palabras: "En todos los países
feudales, la tierra fue apropiada por conquista o por concesión de aquellos que
la habían conquistado. En Inglaterra, por ejemplo, tras la Conquista Normanda,
la tierra fue dividida entre los seguidores de Guillermo, y los cultivadores
sajones fueron convertidos en siervos o forzados a pagar renta como
arrendatarios."
Los cambios en la
propiedad de la tierra y la tributación tuvieron consecuencias duraderas. La
centralización del poder en manos de la corona y la nueva élite normanda redujo
la influencia de las comunidades locales y consolidó un sistema político jerárquico.
La introducción del feudalismo creó una sociedad más estratificada y desigual.
Estas transformaciones evolucionaron durante siglos, modelando las estructuras sociales
y económicas de Inglaterra durante el medioevo y posteriormente, proyectando
sus consecuencias hasta nuestros días.
Publicado en el diario La Calle el 28 de septiembre de 2025.
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