Por José Antonio Artusi
"El Estado no está para regalar cosas”. La frase le pertenece a Cristina Fernández, en ese momento Presidenta de la Nación, y fue pronunciada en un acto a mediados de Agosto de 2009. El diario La Nación informó que “fue durante un acto que encabezó en la Casa Rosada, y en el que pronunció un discurso de poco más de media hora que se transmitió por cadena nacional. "Hay pobres, pero el problema no es la pobreza, sino la inequidad social y la distribución del ingreso", aseguró la Presidenta, cuando promediaba su discurso”. Dejemos por ahora de lado que la pobreza sí constituía en ese momento un problema de primer orden, y lo constituye aún más ahora, además obviamente de la inequidad social y la desigualdad en la distribución del ingreso.
Lo que interesa destacar acá es que las palabras de
la Presidenta estaban dirigidas a relativizar - o directamente oponerse – a lo
que el diario fundado por Mitre mencionaba como “la idea de crear un ingreso
universal por hijo, una iniciativa que la Central de los Trabajadores
Argentinos (CTA) promueve desde hace años”. En realidad las que primero
propusieron ese instrumento, al que denominaron Ingreso Ciudadano a la Niñez,
fueron Elisa Carrió y Elisa Carca en los 90 durante la presidencia de Carlos
Menem, cuando integraban el bloque de diputados nacionales de la UCR. La idea cobró un renovado impulso en el 2008,
cuando Gerardo Morales, en ese momento al igual que ahora Presidente del Comité
Nacional de la UCR, Elisa Carrió, ya fuera del radicalismo y liderando la
Coalición Cívica, y el senador Rubén Giustiniani, Presidente del Partido
Socialista, coincidieron en insistir en la propuesta. Los 3 partidos emitieron
una declaración en Agosto de 2008 en la que entre otros puntos plantearon la
necesidad de “desarrollar políticas sociales universales que logren romper los
mecanismos clientelares de los actuales planes focalizados, que consolidan la
exclusión. Para ello promovemos: el Ingreso Ciudadano a la Niñez”. La idea era
obviamente generar un debate en el Congreso y lograr la creación del INCINI por
ley pero el 29 de octubre de 2009 se anunció la puesta en marcha de la
Asignación Universal por Hijo para Protección Social (AUH). La medida significó
la ampliación de las Asignaciones Familiares a los menores de 18 años cuyos
padres se encuentran desempleados, son monotributistas sociales, trabajadores
del servicio doméstico o del mercado informal. La posibilidad de que la
oposición avance en el tratamiento parlamentario de la ley obró como un acicate
para que la Presidenta retome la iniciativa política y se olvide de las
palabras que había pronunciado hace sólo un mes y medio. Digámoslo claramente,
la AUH cumplió un papel en la emergencia, y lo sigue cumpliendo, y no tiene
ningún sentido limitar su percepción a la cantidad de hijos. Se trata de un
beneficio del niño, no de los padres; excluir a algunos constituiría una
flagrante afrenta al principio de igualdad ante la ley. Pero digamos también
que la AUH, a pesar de su nombre, de universal no tiene nada. Se trata de un
beneficio amplio, pero aún así claramente condicionado y focalizado. Y a pesar
de ser algo mejor que nada, está lejos de constituir la mejor respuesta. La
alternativa superadora es precisamente volver al espíritu del Ingreso Ciudadano
a la Niñez, una prestación efectivamente universal e incondicional, percibida
como un derecho y no como una dádiva, que llega de manera individual e
igualitaria a todos los niños argentinos. Si se eliminara la AUH, pero también
las asignaciones familiares y las deducciones por hijos en el impuesto a las
ganancias se lograría un instrumento universal en serio, relativamente sencillo
de implementar y que no estigmatizaría a nadie.
Es curioso, muchos sectores ven a la AUH como
“regalar cosas” por parte del Estado, lo que Cristina Fernández decía que no
hay que hacer, pero no condenan con la misma fuerza los “regalos” de gas y
energía eléctrica que el Estado les brindó (y les sigue brindando) a los más
ricos del área metropolitana de Buenos Aires durante los gobiernos
kirchneristas a través de subsidios económicos por miles de millones de dólares
que explican buena parte del déficit fiscal, generando por ende altísima inflación
y problemas de todo tipo. Podríamos mencionar otros ejemplos de “regalar cosas”
por parte del actual gobierno nacional a sectores que no necesitan subsidios
con fondos públicos y no están precisamente entre los más vulnerables de la
sociedad.
CFK tenía razón; “el Estado no está para regalar
cosas”. Gerardo Morales, Elisa Carrió y Rubén Giustiniani también; es hora de “desarrollar
políticas sociales universales que logren romper los mecanismos clientelares de
los actuales planes focalizados, que consolidan la exclusión”. El ingreso
ciudadano a la niñez podría ser un buen comienzo en ese sentido.
Publicado en el diario La Calle el día 20 de marzo de 2020.-
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