lunes, 30 de mayo de 2022

AMADEO SABATTINI

Por José Antonio Artusi

Se cumplen 130 años del nacimiento de Amadeo Tomás Sabattini. Nació en Buenos Aires el 29 de Mayo de 1892 y murió en Villa María, Córdoba, el 29 de febrero de 1960.  

Su familia se afincó en Rosario cuando tenía dos años, y allí transcurrió su infancia y adolescencia. En 1910 se trasladó a Córdoba, donde estudió Farmacia y Medicina, obteniendo los respectivos títulos en 1912 y 1916. Fue un ferviente defensor de los principios de la reforma universitaria.

El flamante profesional se radicó primero en una pequeña localidad cordobesa, La Laguna, donde fundó una biblioteca popular a la que puso el nombre de Bernardino Rivadavia. Poco después se mudó a Villa María, la ciudad en la que instaló su mítico consultorio, y desde la que desarrolló a partir de entonces su labor política.       

Fue ministro de Gobierno, Justicia e Instrucción Pública de Córdoba desde el 17 de Mayo de 1928 hasta el golpe del 6 de septiembre de 1930, y Gobernador entre el 17 de Mayo de 1936 y el mismo día de 1940. Fueron los únicos cargos públicos que ocupó. Su formidable obra de gobierno - sintetizada en su célebre lema “agua para el norte, caminos para el sur y escuelas en todas partes” - es enorme y todavía causa admiración y asombro. De Amadeo Sabattini se puede decir – al igual que otros gobernadores radicales de la época – que su gestión constituyó un oasis de democracia pluralista, libertad y progreso, en una Argentina en la que imperaba el fraude y la represión y en un mundo que presenciaba los inicios de la barbarie nazi fascista. Participó siempre en las filas de la Unión Cívica Radical, y su muerte lo encontró abocado a tratar de unir las ramas separadas del partido tras el cisma de 1958.    

Conoció la cárcel y el exilio. Le tocó gobernar y estar en el llano. Las dificultades y los sinsabores no hicieron más que fortalecer su carácter y afianzarlo en sus convicciones. La medicina y la política fueron sus pasiones permanentes, unidas en el propósito ineludible de mejorar las condiciones de vida del pueblo. Laicista meticuloso, austero y modesto en grado superlativo, republicano cabal, fue el primer gobernador de Córdoba en asumir el cargo en traje de calle y jurando sólo por la Patria y por su honor. Las formas, para Sabattini, eran a veces tan relevantes como el fondo. Sabía plenamente que los gestos comunican y adquieren significados que trascienden el momento.

Un aspecto quizás no suficientemente investigado es la influencia que ejerció en Sabattini y en sus colaboradores la doctrina de Henry George, el economista norteamericano que a fines del siglo XIX había propuesto una reforma tributaria basada en desgravar los ingresos provenientes del trabajo y del capital y gravar solamente las rentas del suelo, como estrategia central en pos del progreso y de la lucha contra la pobreza. Algunos párrafos de su mensaje de asunción reflejan claramente tal influencia, así como la del liberalismo clásico y la del republicanismo igualitario: “la primera y fundamental tarea de este gobierno ha de ser asegurar el máximo de libertad compatible con la cohesión del núcleo social… Tendrá Córdoba bajo mi gobierno un régimen de convivencia fundamentado en la más amplia libertad… Queremos que los inevitables conflictos sociales se resuelvan dentro del plano del derecho y que todos, inspirados en un alto sentimiento de justicia, con un profundo afán de solidaridad y de comprensión mutua, contribuyamos al perfeccionamiento individual y al progreso colectivo… Una adecuada política impositiva que combata el latifundio y que elimine progresivamente los impuestos que afectan al trabajo y al consumo… ha de contribuir eficazmente a la defensa de nuestra producción agrícola y ganadera y al alivio de los trabajadores de nuestra campaña… La política económica y financiera del gobierno ha de estar acordada con la profunda orientación social que caracteriza en todos los órdenes la acción del partido político que me elevó al poder, mediante… la simplificación del sistema impositivo, disminución de los impuestos al trabajo, abolición de los que afectan al consumo, supresión de los que gravan las mejoras e implantación del proporcional progresivo a la tierra libre de las mismas.” El legislador que quiera buscar inspiración para una reforma tributaria verdaderamente progresista y promotora del desarrollo tiene en esas palabras de 1936 una referencia ineludible, de plena vigencia.          

Lo llamativo, quizás, es que Sabattini tuvo un antecesor conservador, el dos veces gobernador Ramón J. Cárcano, que también había impulsado las ideas de Henry George sobre el impuesto a la tierra libre de mejoras. Lúcido y profundo en sus análisis y diagnósticos, el médico de Villa María sabía diferenciar perfectamente lo fundamental de lo accesorio y entendía como pocos las contradicciones y las complejidades de la política.  

Recordar el ejemplo de coherencia y de lucidez que significó Sabattini es mucho más que un ejercicio de memoria histórica o una mera efeméride. Por el contrario, debería servirnos para entender mejor algunas cuestiones del presente y para iluminar el camino que debemos transitar para construir un futuro mejor, como el que él persiguió leal y obstinadamente durante toda su vida.-   


Publicado en el diario La Calle el día 29 de Mayo de 2022.- 

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