Hace 40 años, el 11 de Abril de 1982, la Juventud Radical de la Provincia de Buenos Aires emitió un comunicado en el que fijaba su posición frente la recuperación de las Islas Malvinas. A contrapelo de la postura de buena parte de la sociedad argentina, que había caído en la trampa que le había tendido la dictadura militar, la opinión de los jóvenes radicales bonaerenses estaba en línea con la que tuvieron algunos pocos dirigentes como Raúl Alfonsín, Arturo Illia, Arturo Frondizi y pocos más; y expresó con lucidez y coraje, contra la corriente, una visión que en muchos aspectos terminó siendo profética. Obviamente, dada la censura imperante, tuvo muy escasa repercusión.
A 40 años de ese documento, vale la pena recordar textualmente algunos
de sus párrafos y reflexionar al respecto:
“La Juventud Radical de la
provincia de Buenos Aires, coherente con la posición que la U.C.R. ha sostenido
en materia de política internacional con respecto a la usurpación de las islas
Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur, frente a los acontecimientos de público
conocimiento, ratifica la reivindicación de nuestra soberanía, pues repudiamos
el imperialismo y el colonialismo, que son formas de dominación que atacan a la
soberanía de las naciones…
La soberanía que reclamamos
sobre las islas del Atlántico Sur es la misma que queremos ejercer en todo el
territorio de la Nación. Hoy hemos recuperado el territorio ocupado por la
fuerza hace 149 años por los ingleses, nos queda todavía la inmensa tarea de
que el pueblo argentino “a través de la plena vigencia de la Constitución
Nacional” sea quien rija los destinos de la Nación y poder ejercer plenamente
la soberanía en toda la extensión de su significado.
… la justa reivindicación de
nuestros derechos soberanos sobre las Islas ha quedado diluida, entre otras
cosas, por la violación sistemática de los derechos humanos con su secuela de
muertos y desaparecidos, presos y exiliados.
En este marco, agravado por la
imprevisión e irresponsabilidad gubernativa, se produce el hecho militar. No se
contempló para producir tal hecho el estado de vulnerabilidad de la Nación
argentina, caracterizado por:
a) Moral del pueblo quebrantada
por la crisis social, económica y cultural, agravada por la corrupción más
grosera que conoció el país.
b) Economía devastada, con sus
resortes básicos en manos extranjeras.
c) Desprestigio internacional
del gobierno militar, considerado como una dictadura fascista en un plan de
expansión militarista.
El pueblo sufrirá los resultados
de ésta imprevisión porque el mayor peso de la crisis sobreviniente caerá sobre
sus espaldas, ya que no se tuvo en cuenta:
a) La reacción de las naciones,
europeas y americanas, fundamentalmente; y las decisiones de los organismos
internacionales como la ONU, la OEA y el Movimiento de Países no alineados.
b) Las medidas económicas de
embargos, bloqueo de fondos, vencimientos de deuda externa y consecuentes
moratorias, cese de importaciones de material imprescindible, incluso de uso
militar.
Párrafo aparte merece señalar la
irresponsabilidad con que se ha presentado el hecho consumado al pueblo, de una
medida que si bien involucra una reivindicación territorial sentida y anhelada
por todos, no ha tenido presente la gravedad de la situación del país. Es así
porque:
a) Existe el peligro de la
internacionalización del conflicto.
b) El desprecio a la vida que
significa una guerra. Es oportuno recordar que los constituyentes de 1853
reservaron al congreso nacional la facultad de declarar la guerra y a la Cámara
de Diputados de la Nación - representantes del pueblo de la nación - la iniciativa
de las leyes sobre reclutamiento de tropas. En cambio hoy el pueblo es llamado
a una guerra sin haber consultado antes su opinión y es convocado a Plaza de
Mayo a manifestar su apoyo, cuando tres días antes fue reprimido salvajemente
por quienes hoy hablan de la unidad de los argentinos.
c) Por la utilización de la
reivindicación histórica para paliar el creciente deterioro de y crisis interna
del proceso.
d) Por jugar con el sentimiento
patriótico de nuestro pueblo que siempre ha defendido la soberanía cuando ésta
ha estado en peligro.
... Nos preocupa la acción del
gobierno que parece no comprender la seriedad de la situación y fomenta desde
los medios de comunicación el espíritu belicista, sin dar las explicaciones del
caso y sin importarle qué piensa el país.
Tanto las declaraciones del
gobierno como la manifestación del sábado 10 de abril son muestra del objetivo
oculto de la medida: ganar espacio político para obtener una salida fácil y
elegante e imponer un manto de olvido a lo que ellos hicieron desde el 24 de
marzo de 1976 hasta la fecha.
La soberanía se debe defender
día a día, en forma pacífica, pero indeclinable. Hoy parece que quien la
renunció y entregó el orgullo nacional se desespera por recuperar su imagen a
cualquier costo. Hay que mantener la serenidad que nos impone nuestra
conciencia limpia.
No prestaremos apoyo al gobierno
militar, no queremos sumarnos a las voces irresponsables que cantan loas a las
FFAA demostrando una total inconsciencia sobre la seriedad de la situación
actual, ya que éste gobierno demostró durante 6 años su incapacidad para
conducir los destinos de la Nación…”
Lamentablemente, las decisiones tomadas el 2 de Abril y en los días
posteriores no sólo llevaron a una muerte absurda a muchos argentinos sino que nos
dejaron más lejos que nunca de la posibilidad
efectiva de recuperar las islas. Es doloroso, pero resulta necesario
reconocerlo.-
Publicado en el diario La Calle el día 10 de Abril de 2022.-
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