El 13 de Diciembre de 1907 se descubrió petróleo en Comodoro Rivadavia y comenzó la larga y conflictiva historia de la explotación de hidrocarburos en nuestro país.
Los Presidentes Yrigoyen y Alvear, de la mano del
Gral. Ing. Enrique Mosconi, sentaron hace 100 años las bases de una gran empresa
petrolera nacional, YPF, verdadero orgullo de los argentinos durante décadas
Hipólito Yrigoyen tenía absolutamente en claro que el petróleo sería un bien
estratégico y que la dirección de la política hidrocarburífera debía estar en
manos de la Nación. Los intereses reaccionarios de oligarquías feudales
enquistadas en las provincias y la connivencia con intereses extranjeros que
dominaban al Senado le impidieron, lamentablemente, lograr lo que constituía su
obsesión: la ley de nacionalización del petróleo. El golpe del 30 truncó las
posibilidades de avanzar por el camino de la autodeterminación y la defensa del
interés nacional. Yrigoyen, en el mensaje al Congreso acompañando el proyecto
de ley orgánica del petróleo en 1929, expresó con contundencia: "Las leyes mineras nacionales,
coincidentes con principios de derecho civil adoptados por nuestro código,
fueron dictadas en una época en no podía sospecharse el valor económico y la
importancia social que adquirirían en el futuro los aceites minerales o
hidrocarburos industrializados y puestos en el comercio. De ahí que no
introdujera una excepción dentro del régimen legal adoptado a las substancias
naturales existentes en el subsuelo, distribuyendo su dominio entre la Nación y
las provincias en concordancia con su soberanía política, lo que significa
entregar la dirección de los enormes intereses de todo orden relacionados con
el petróleo, a criterio administrativo múltiple, cambiante y frecuentemente
contradictorio de catorce jurisdicciones, además de la jurisdicción federal… Es
suficiente enunciar ese estado de cosas para comprobar sus graves
inconvenientes y hasta sus peligros evidenciados ya en la alineación
precipitada de concesiones por algunos gobiernos provinciales, cuyas
inconsultas medidas suscitaron tan justificadas inquietudes y que, revocadas
más tarde por el cambio de pensamiento emergente de la renovación de los
poderes locales, han dejado tras de sí secuela de conflictos…".
Va a ser durante la presidencia de Arturo Frondizi
que aquel anhelo de la nacionalización se concreta. En su libro "Política y petróleo",
Frondizi había señalado claramente el camino a seguir. Como señala el
economista Eduardo Conesa, "todo el
libro de Frondizi gira alrededor de la inconveniencia del sistema de
concesiones porque el mismo implica otorgar en propiedad el yacimiento; y
obtenida esa propiedad, los concesionarios solían mantener los yacimientos sin
producir porque les interesaba importar petróleo de otras países donde sus
costos de explotación eran menores, o sus ganancias mayores. Por eso, cuando
Frondizi alcanzó la presidencia en 1958, hizo dictar por el Congreso la ley
14773 estableciendo que los yacimientos de hidrocarburos son propiedad
inalienable e imprescriptible del Estado Nacional, otorgándose a las provincias
una regalía del 12% en función de su dominio originario o eminente. Y las
provincias, especialmente las patagónicas aceptaron gustosas.". Posteriormente
el Presidente Arturo Illia, en cumplimiento de los compromisos asumidos en la
campaña electoral, anuló dichos contratos por considerarlos concesiones
encubiertas, pero más allá de esa interpretación, Frondizi e Illia, herederos
de las mejores tradiciones del radicalismo estaban de acuerdo en lo
fundamental: el petróleo es nacional, YPF debe ser un actor estratégico en su
explotación, y no se deben permitir concesiones, sino que el capital privado
debe colaborar a través de contratos de exploración y explotación. El gobierno
del usurpador Onganía, derogó la ley 14.773 y la sustituyó por la 17.319, que
permitió las concesiones. YPF sufriría luego un duro golpe con la privatización
dispuesta por el gobierno de Carlos Menem, auspiciada de manera entusiasta por
el entonces Gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, y la legisladora
provincial Cristina Fernández. La entrega y extranjerización de YPF en los 90,
no revertida luego del todo más allá del relato falaz del gobierno kirchnerista,
tuvo las consecuencias que son conocidas. Tal como analiza claramente Eduardo
Conesa: "… el desastre era harto
previsible porque… hubo trece Estados distintos con políticas petroleras
diferentes. Por una parte la política petrolera de España ejercitada por
Repsol. Por otra, la política petrolera de Brasil ejercitada por Petrobras, que
finalmente vendió a grupos clientelistas locales. Por otra, la anti-política
petrolera del Estado bobo nacional argentino que recién en abril de 2012 se dio
cuenta del desaguisado que había generado…., y por último, las 10 políticas
petroleras distintas de los estados provinciales con petróleo amparados en el
redundante artículo 124 de la Constitución Nacional de 1994 sobre el supuesto
“dominio originario”. Dicha política consistió en otorgar concesiones dentro
del concepto de “capitalismo de amigos” para beneficio de quien sabe quién.
Pero más allá del problema de la corrupción, las provincias no están en
condiciones de negociar el contenido económico de las concesiones, ya que el
precio interno del fluido y las reglas de su comercialización en el mercado
interno del país o en el exterior son de incumbencia del Estado Nacional. A
ello se agrega la falta de simetría en el poder negociador dado por el enorme
conocimiento técnico de las poderosas corporaciones multinacionales del
petróleo frente el desamparo técnico y económico de nuestras provincias tomadas
individualmente."
Es imperativo volver a tener una verdadera política nacional de hidrocarburos recuperando en serio YPF como uno de sus instrumentos estratégicos.-
Publicado en el diario La Calle el día 24 de abril de 2022.-
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