Entre 1942 y 1943 la
Municipalidad de Concepción del Uruguay, durante la gestión como Presidente
Municipal de Ambrosio Artusi, construyó 10 viviendas destinadas trabajadores
municipales, ubicadas en la manzana delimitada por las calles hoy denominadas
25 de Agosto, Rivadavia, Dra. Ratto y República de Chile.
La publicación “Caminos y
Transporte” informaba en ese momento que “para los obreros Municipales se
construirán casas con dos habitaciones de 3.60 x 3,10 m. y de 3,60 x 3.20 m
respectivamente, con un comedor de 3,50 x 3.20 m., cocina de 2,20. X 2.10 m. y
con un baño de 1.35 x 2.10 m., siendo la superficie cubierta total de 49,80 m2.
Dentro del tipo económico que caracteriza a las casas a construirse éstas
responderán, por la calidad de los materiales a emplearse y por el partido
adoptado en la distribución de los distintos ambientes a todas las exigencias
de solidez y confort necesarias para que los obreros municipales posean
viviendas cómodas, higiénicas y durables”.
En el informe que detalla las
concreciones de su gestión, Ambrosio Artusi expresó que “su construcción, que
está a cargo de la empresa local Atilio V. Nichele, se inició en Diciembre de
1942 y está próxima a terminar, habiendo trabajado en la misma más de treinta
obreros de vuestra ciudad. Se trata de cinco grupos de dos casas modernas…cuyo
costo total asciende a $36.692. Los obreros irán pagando el precio de estas
casas con un alquiler módico. La comuna ha adquirido la manzana que
perteneciera a la Sociedad de Beneficencia, en cuyo terreno se levantarán las
casas para empleados municipales”. Lamentablemente esta segunda etapa no
alcanzó a concretarse.
En la manzana en la que se
construyeron las viviendas para obreros, en el barrio La Concepción, se
dispusieron 12 terrenos, pero se levantaron en ese momento 10 viviendas. Los
lotes ubicados sobre las calles República de Chile y Rivadavia tienen
aproximadamente 13 metros de frente x 22 de fondo. Los lotes sobre calles 25 de
Agosto y Dra. Ratto, en el centro de la cuadra, son de 11 metros de frente por
26 de fondo. La superficie ronda en todos los casos los 290 metros cuadrados.
Las viviendas son unidades espejadas que comparten una medianera, con un
pequeño retiro de la línea municipal y un espacio libre sobre la otra
medianera, que comunica con el patio. Se trata de casas que han resistido muy
bien el paso del tiempo, con un envidiable estado de conservación, tras 80 años
de su construcción. En varios casos puede apreciarse claramente el diseño
original de la fachada, de líneas rectas y austeras, propias del racionalismo.
En otros las reformas han ocultado parcialmente las formas primigenias. La
planta de las viviendas es compacta y agrupa de manera eficiente las áreas
húmedas de cocina y baño, a la vez que minimiza las superficies destinadas a
circulaciones. Las condiciones de ventilación e iluminación estuvieron
adecuadamente previstas. En general el diseño original ha permitido
ampliaciones razonables y funcionales, tanto hacia el patio como hacia el
lateral libre, llegando en algunos casos a edificarse un segundo nivel en ese
sector.
Si tenemos en cuenta el costo de
construcción de cada vivienda, alrededor de $3.670, y lo comparamos con los
salarios de los trabajadores municipales en ese momento nos daremos una idea
del impacto que podría haber tenido la continuidad de un programa habitacional
de ese tipo. En el presupuesto de 1941 podemos ver que un peón recibía un
salario mensual de $120. Suponiendo que destinara el 25% de su ingreso al pago
de la cuota de la vivienda, o sea $30, y que el costo de ésta se incrementara
en un 6% en virtud de los intereses, lo que llevaría el costo total a $3890,
podría terminar de pagar el crédito en poco más de 10 años. Suponiendo también
que se incrementara el costo total si se computara el valor del suelo,
tendríamos que esos trabajadores municipales, en la escala más baja de la
nómina salarial, podrían terminar de pagar su vivienda tranquilamente en no más
de 15 años.
El proyecto de las viviendas
formó parte de un ambicioso plan de obras públicas que se concretó en esa
gestión, junto al nuevo mercado y al matadero y frigorífico, financiadas con un
empréstito municipal. Entre las 3 obras se invirtió una suma total de $885.280,
y se requirió el empleo directo de más de 230 obreros. Se trata de cifras
realmente significativas para la época. Tengamos en cuenta, por ejemplo, que el
presupuesto municipal del año 1941 ascendió a $521.600, y que la población de
la ciudad no debía superar en ese momento los 25.000 habitantes (el censo
nacional de 1947 arrojó una cantidad de 25.934 personas). Vale decir que el
plan de obras públicas concretado, computando sólo esas tres obras, superó al
presupuesto del año 1941 en un 69,72%, y se generaron puestos de trabajo
directo que representaron aproximadamente el 1% de la población. Hoy
equivaldría, estimamos, a aproximadamente 900 personas; más todo el empleo
indirecto que siempre se genera en torno a la industria de la
construcción.
La administración de Ambrosio
Artusi fue pionera en materia de políticas públicas de vivienda a nivel local.
Anticipándose a programas nacionales y provinciales en la materia, no sólo
dispuso este programa de construcción de viviendas que hoy todavía están en pie,
sino que sentó las bases para la institucionalización de dicha política con la
creación sobre el final de su mandato de la Comisión Municipal de la Vivienda
Popular.-
Vaya un agradecimiento especial a los vecinos del Barrio La Concepción
que habitan esas casas y que me abrieron generosamente sus puertas para
conocerlas.-
Publicado en el diaro La Calle el día 30 de Octubre de 2022.-
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