Por José Antonio Artusi
Millones de argentinos se ven
privados del derecho a una vivienda digna. Se han ensayado diversas soluciones
al problema, que no sólo no lo han solucionado sino que en muchos casos lo han empeorado,
tales como malas leyes de alquileres. Permanece casi desconocida u olvidada,
paradójicamente, una política que podría tener un impacto significativo en la
mejora de la asequibilidad a la vivienda, ya sea en propiedad como en alquiler:
el impuesto al valor del suelo libre de mejoras, también conocido como el
impuesto único. Se trata de una idea propuesta por el economista y filósofo
estadounidense Henry George en su obra "Progreso y Miseria" en 1879.
Según George, este impuesto debería gravar únicamente el valor del suelo, sin
tener en cuenta las mejoras realizadas en él, como edificios o instalaciones. En
nuestro caso no equivaldría a crear un nuevo tributo sino simplemente a
reformar el impuesto inmobiliario, desgravando totalmente las construcciones y
gravando solamente el suelo, con alícuotas razonables y valuaciones cercanas a
los precios de mercado. Recordemos que el Premio Nobel William Vickrey sostuvo
que “el impuesto a la propiedad inmobiliaria es, económicamente hablando, la
combinación de uno de los peores impuestos, la parte que se deriva de las
mejoras a un bien inmueble… y uno de los mejores, el impuesto a la tierra o al
valor del lugar”.
Esta idea ha sido apoyada por muchísimos
economistas a lo largo de la historia, incluyendo a Milton Friedman (que lo
consideraba el menos malo), debido, entre otras razones, a su potencial para
mejorar la asequibilidad a la vivienda. Este impuesto, combinado con la
eliminación de muchísimos otros impuestos regresivos y distorsivos podría
contribuir a ello de diversas maneras:
. Desalentando la especulación
del suelo, mal llamada especulación inmobiliaria: El impuesto propuesto por
Henry George desalienta la especulación del suelo, ya que gravaría su valor y
no las mejoras. Esto significa que los propietarios de parcelas vacantes o
subutilizadas tendrían que pagar un impuesto relativamente más alto, lo que los
incentivaría a desarrollar o vender esas tierras, en lugar de mantenerlas sin
utilizar con fines especulativos. Esto aumentaría la oferta de viviendas y de
lotes en el mercado, lo que a su vez ayudaría a reducir los precios.
. Estimulando la inversión en
viviendas: Al gravar únicamente el valor del suelo y no las mejoras, se estimularía
a los propietarios a invertir en la construcción de viviendas en lugar de
especular con el mayor valor del suelo acrecentado por acciones del Estado y de
la comunidad. Esto también aumentaría la oferta de viviendas en el mercado, lo
que contribuiría a la reducción de los precios y a mejorar la asequibilidad
para compradores e inquilinos.
. Mejorando la equidad en la
distribución de la riqueza: la propiedad del suelo tiende a concentrarse en
manos de unos pocos propietarios, lo que puede resultar en desigualdades en la
distribución de la riqueza y dificultades en el acceso a la vivienda. Al
capturar una parte de las rentas extraordinarias y utilizarlas para financiar
programas de vivienda asequible o programas universales como el ingreso
ciudadano, podría contribuir a una mayor equidad en la distribución de la
riqueza.
. Estimulando el desarrollo
urbano eficiente: los propietarios de tierras tendrían un incentivo para
desarrollar sus propiedades de manera eficiente para minimizar el impacto del impuesto.
Esto impulsaría un crecimiento más compacta y sostenible de las ciudades,
promoviendo el uso eficiente del suelo y evitando la expansión urbana no
planificada y de baja densidad.
La idea de Henry George ha sido
objeto de críticas y debates en la comunidad económica, y algunos economistas
neoclásicos, en buena medida defendiendo intereses concretos de quienes se
beneficiaban con la especulación, han argumentado en contra de la inclusión del
suelo como un factor de producción separado del capital y del trabajo. Sin
embargo, otros economistas, como Fred Harrison y Mason Gaffney, han defendido y
actualizado la propuesta de Henry George, y han proporcionado argumentos contundentes
en favor de considerar el suelo como un factor de producción distintivo. Entre
los argumentos utilizados por estos y otros economistas podemos encontrar los
siguientes:
. Rentas económicas del suelo:
argumentan que el suelo tiene características especiales que lo diferencian de
otros factores de producción, y que los propietarios de tierras pueden obtener
rentas económicas simplemente por poseer tierras con valor en el mercado, sin
realizar ninguna actividad productiva. Estas rentas del suelo, según ellos, son
una forma de ingreso no merecido, ya que no resultan del esfuerzo o inversión
del propietario, sino del valor atribuido a la ubicación de la tierra. El
impuesto sería una forma de capturar parte de estas rentas del suelo y reinvertirlas
con sentido redistributivo para beneficio de la sociedad en su conjunto.
. Ineficiencias en la asignación
del suelo: consideran que la falta de un impuesto sobre el valor del suelo
puede llevar a una asignación ineficiente de los recursos, ya que los
propietarios de lotes pueden retenerlos sin desarrollarlos o subutilizarlos con
fines especulativos, en lugar de utilizarlos productivamente. Al desalentar la
especulación del suelo y promover un uso más eficiente del mismo, se mejoraría
la asignación de recursos y se promovería un desarrollo urbano más sostenible.
En nuestro país es muy poco
conocido un proyecto de ley presentado por el Presidente Roque Sáenz Peña en
1912, conocido como el "Impuesto al Mayor Valor de la Tierra", que fue
claramente inspirado en las teorías de Henry George y procuraba recuperar el
incremento del valor del suelo producido por acciones ajenas al propietario. El
proyecto de ley de Sáenz Peña buscaba gravar el aumento del valor del suelo que
se genera debido a la acción del Estado y al crecimiento de la comunidad, con
el objetivo de utilizar esos ingresos para financiar obras públicas nacionales
o municipales. Sin embargo, este proyecto de ley no prosperó. Quizás haya
llegado la hora de rescatar del olvido esa iniciativa trunca de ese gran presidente
que fue Saenz Peña.-
Publicado en el diario La Calle el día 16 de Abril de 2023.-
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