La Unión Cívica Radical se enfrenta a un
desafío trascendental, uno más en su larga y fecunda historia al servicio de
las causas de la libertad y la igualdad. La renovación de las autoridades de su
Comité Nacional constituye en este sentido una oportunidad ineludible para
iniciar un proceso de profundas transformaciones en la estructura y en la
dinámica del partido.
Este desafío está atravesado por 3 consignas
fundamentales, que unidas coinciden con las siglas de la UCR: Unidad, Cambio y
Renovación.
Unidad. La unidad de los radicales
contenidos en la organización partidaria es un requisito indispensable para cualquier
posibilidad de recuperación. La UCR nació de un cisma, y quizás esa
circunstancia la predispuso a una permanente tendencia a dividirse en ramas que
reclamaban cada una por su lado el monopolio de la pureza doctrinaria. Debemos
ser el único partido en el mundo cuya marcha dice literalmente “que se rompa”.
Nada bueno surgió de las divisiones de la década del 20 ni del cisma del 58 ni
de la libanización del 2001. Cada vez que el radicalismo se dividió le dimos
aire a opciones retrógradas y populistas, y condenamos a la ciudadanía a tener
que optar entre alternativas que no tenían nada bueno que ofrecerle a la República.
La unidad como componente estratégico de nuestra acción política no puede, obviamente,
esconder debajo de la alfombra diferencias insalvables, pero sí debe ofrecer un
margen razonable de flexibilidad que contenga a los diversos matices en el
marco de nuestras concepciones pétreas. Quienes creyeron, profundamente
equivocados, que el peronismo en cualquiera de sus versiones podía significar
una alternativa válida de canalización de los ideales del radicalismo ya se han
ido y lo único que deberían hacer es renunciar a su afiliación.
Cambio. Ese hermoso y poético texto que
es nuestra Profesión de Fe Doctrinaria - recordarlo nunca está de más - dice
expresamente que “para el Radicalismo los fines son inalterables: los de la
libertad y los de la democracia para la integración del hombre, así como pueden
ser variables los medios porque son instrumentos, y variables son las
condiciones sociales de la realización nacional”. Los fines son inalterables,
pero los medios instrumentales que hemos implementado son en buena medida obsoletos
y las condiciones sociales han cambiado profundamente. Es hora por ende de cambiar
los medios. Cambiar los medios no puede ser una mera consigna gatopardista que
se reduzca a maquillajes y retoques de circunstancia. Se imponen cambios de
raíz; en nuestras normas, en nuestros métodos, en nuestras prácticas cotidianas,
en nuestra comunicación, en nuestras estrategias proselitistas, en nuestras bases
de acción política y en nuestras propuestas para un programa de gobierno. Esa
revisión de nuestros postulados acerca delo que queremos para la sociedad
argentina y cómo pretendemos lograrlo debe aproximarnos a las demandas y las
exigencias de un partido moderno y preparado para gobernar de acuerdo a las condiciones
cambiantes y complejas del siglo XXI, un partido político que se nutre de sus
mejores tradiciones y sus principios inmutables pero que a la vez es capaz de
hacer una profunda y sincera autocrítica y aprender en serio de sus propios
errores y desvíos.
Todo ello implica un proceso participativo y
horizontal a lo largo y a lo ancho del país para involucrar a cada afiliado en
pos de comprometerse a generar una nueva mística que recupere la confianza en
nuestras propias fuerzas, sin la que no podremos transmitir la esperanza de un
futuro mejor a la sociedad en su conjunto. Como dijo Yrigoyen en su momento,
habrá que empezar de nuevo, con paciencia, con sentido estratégico, sin dejar
que la coyuntura nos nuble la mirada hacia el futuro.
Renovación. Se impone una profunda
renovación de nuestros cuadros dirigentes a cargo de las máximas responsabilidades
en la conducción del partido. La magnitud de los cambios imprescindibles
expuestos más arriba demanda una dirigencia que no tenga vinculación directa con
las tácticas y estrategias que a nivel nacional nos han llevado a este estado
de situación, que sea capaz de concitar la suficiente credibilidad y confianza
adentro y afuera de las filas partidarias. Sin tirar a nadie por la ventana,
sin arrogancia ni soberbia por parte de nadie, asumiendo cada uno sus
responsabilidades, es hora de dar paso a una nueva generación de dirigentes
jóvenes y representativos, que se nutran de la fortaleza que dimana de nuestra
presencia en gobiernos provinciales y locales, de nuestra activa presencia en
el movimiento estudiantil, en organizaciones sociales y en la amplia geografía
de casas radicales en todo el territorio nacional.
La ciudadanía nos ha puesto a nivel nacional
en el lugar de la oposición y es ese el rol que debemos desempeñar. Una
oposición seria, responsable y constructiva; la contracara de la oposición
intolerante y golpista que siempre lleva adelante el peronismo, la burocracia sindical,
las corporaciones prebendarias y la izquierda marginal. Ser oposición, debe
quedar claro, implica abstenernos por completo de ocupar responsabilidades en
el actual gobierno nacional. Debemos preservarnos como alternativa. Ni los
éxitos ni los fracasos de la próxima administración serán nuestros, y la
ciudadanía lo debe advertir con claridad. Es clave por lo tanto no agotarnos en
la mera oposición sino comenzar a construir una alternativa. Una alternativa
basada en un sólido programa de gobierno y encarnada en una coalición de
partidos políticos que compartan con nosotros principios, ideas y propuestas
concretas; y no una mera conjunción de “espacios” que quizás sirven para ganar elecciones
pero no para gobernar bien y llevar adelante las profundas transformaciones
estructurales que nuestra sociedad demanda en todos los campos.
El desafío es enorme y partimos de una
situación harto difícil y compleja, pero ello no debe ser motivo de desánimo ni
de pesimismo. Por el contrario, debe motivarnos a redoblar esfuerzos para encontrar
los medios y los instrumentos que nos lleven a acercarnos a nuestros fines inalterables,
los de la libertad y los de la democracia republicana en sentido integral.
Adelante radicales…!
José Antonio Artusi
Afiliado a la Unión Cívica Radical
Concepción del Uruguay, Cuna de la
Organización Nacional, Noviembre de 2023.-
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