Por José Antonio Artusi
Se cumplen 117 años del nacimiento de James
Meade, economista inglés que obtuvo el Premio Nobel en 1977.
James Edward Meade nació en Swanage el 23 de junio
de 1907 y murió en Cambridge el 22 de Diciembre de 1995. Meade llegó a ser uno
de los principales asesores en la gestión del primer ministro laborista Clement
Attlee entre 1945 y 1951, en cuyo mandato se establecieron las bases del Estado
de bienestar británico, y en particular del Servicio Nacional de Salud.
Posteriormente Meade desarrolló una relevante carrera académica en la London
School of Economics y en la Universidad de Cambridge.
Philippe Van Parijs menciona a James Meade en
su “Breve historia de la idea del ingreso básico”, en un capítulo titulado “De
la militancia a la respetabilidad: Inglaterra entre guerras”, en el que – antes
de referirse específicamente a Meade – señala que “recién en el siglo XX el
ingreso básico universal se convirtió en un verdadero tema de discusión. En
primer lugar, bajo nombres como “dividendo social”, “bono estatal” y “dividendo
nacional” se desarrollaron propuestas para un ingreso básico incondicional en
los debates de entreguerras en Inglaterra. En segundo lugar, después de algunos
años de silencio, este tipo de ideas fueron redescubiertas y ganaron
considerable popularidad en los debates sobre “demogrants” y esquemas de “impuestos
negativos a los ingresos” durante las décadas de1960 y 1970 en Estados Unidos.
En tercer lugar, surgió un nuevo período de debate y exploración cuando las
propuestas de ingreso básico universal comenzaron a discutirse activamente en
varios países del noroeste de Europa desde finales de los años 70 y principios
de los 80. De manera bastante independiente, este siglo también vio la
introducción del primer –modesto pero genuino– plan de ingreso básico universal
del mundo mediante el nacimiento del Fondo Permanente de Alaska, que
proporciona dividendos anuales a todos los habitantes de Alaska”.
Más adelante Van Parijs sostiene que “mientras
que la popularidad del movimiento de crédito social primero aumentaba y luego
disminuía en amplias capas de la población británica, la idea de un ingreso básico
universal ganaba terreno en un pequeño círculo de intelectuales cercanos al
Partido Laborista británico. Entre ellos se destacó el economista George D.H.
Cole (1889-1959)”, quien en “varios libros defendió resueltamente lo que fue el
primero en llamar un “dividendo social”. Cole señaló, su obra “Principios de
planificación económica”, de 1935, que “el poder productivo actual es, en
efecto, un resultado conjunto del esfuerzo actual y de la herencia social de
inventiva y habilidad incorporadas en la etapa de avance y educación alcanzada
en las artes de producción; y siempre me ha parecido correcto que todos los
ciudadanos compartan el rendimiento de este patrimonio común, y que sólo el
resto del producto después de esta asignación se distribuya en forma de
recompensas e incentivos por el servicio actual en producción."
Sobre el aporte específico de James Meade a la
evolución de estas ideas Philippe Van Parijs expresa que “políticamente menos
activo, pero con una reputación internacional mucho más amplia que Cole, … el
premio Nobel James Meade, defendió el “dividendo social” con aún mayor
tenacidad. La idea de un dividendo social está presente en su “Esquema de una
política económica para un gobierno laborista” (1935) y en varios otros
escritos tempranos como ingrediente central de una economía justa y eficiente.
Y se convertiría en un componente crucial del proyecto “Agathotopia”, al que
dedicó sus últimos escritos (desde “Agathotopia” en 1989 hasta ¿“Pleno empleo
recuperado?” en 1995): asociaciones entre el capital y el trabajo y un
dividendo social financiado con bienes públicos son presentados allí como una solución
a los problemas del desempleo y la pobreza”.
Walter Van Trier, por su parte, señala que “en
1988, en una conferencia organizada por la Lega Nazionale delle Cooperative e
Mutue italiana, James Meade presentó el primero de una serie de artículos en
los que describía el marco institucional de lo que consideraba un lugar
suficientemente bueno para vivir, no un lugar perfecto. No es un lugar ni una
utopía, sino una Agathotopía. Una característica importante, incluso
indispensable, de este marco institucional, según afirma Meade, es “el pago por
parte del Estado a cada ciudadano... de un ingreso determinado, llamado
Dividendo Social. Estos ingresos están libres de impuestos y se pagan
incondicionalmente a cada ciudadano, ya sea que esté empleado o desempleado,
sano o enfermo, activo o inactivo y, según las tasas apropiadas, joven o
viejo”.
Van Trier enfatiza que “no es descabellado
pensar que a Meade se le ocurrió este peculiar dispositivo como resultado del
debate británico sobre política social en la década anterior a la conferencia
italiana y, por lo tanto, que lo añadió recientemente al conjunto de políticas e
instituciones económicas que había considerado anteriormente en su carrera como
potencialmente beneficiosas “para hacer frente a los inevitables choques entre
tres objetivos económicos: primero, la libertad de elección de los ciudadanos
en los mercados de empleo y para la satisfacción de sus necesidades (Libertad);
en segundo lugar, evitar cualquier contraste intolerable resultante de pobreza
al lado de grandes riquezas (Igualdad); y, tercero, el uso de los recursos
disponibles de manera que produzcan el nivel de vida promedio técnicamente más
alto posible (Eficiencia)”. Sin embargo, este autor argumenta que “el uso que
hace Meade del término "dividendo social" para referirse a la idea de
pagar una suma igual incondicionalmente a todos -o, si se quiere usar la
terminología moderna, un "ingreso básico"- es anterior en casi medio
siglo a la redacción “Agathotopia”. Así, ya se puede encontrar en los escritos
de Meade de mediados de los años treinta. De hecho…, el "dividendo
social" resurge con una regularidad tan desconcertante en los escritos de
Meade a lo largo de su carrera que es difícil no concluir que, desde muy
temprano, constituye una característica central de su visión sobre cómo hacer
del mundo un lugar mejor para vivir”. –
Publicado en el diario La Calle el 23 de junio
de 2024.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario