FRANCISCO BARROETAVEÑA
Por José Antonio Artusi
Se cumplen 169 años del nacimiento de Francisco Antonio Barroetaveña
Zepeda. Nació en Gualeguay el 20 de julio de 1856 y murió en Buenos Aires el 27
de noviembre de 1933. Cursó el bachillerato en el Colegio del Uruguay. El 14 de
mayo de 1877 presidió la asamblea fundacional de la Asociación Educacionista
“La Fraternidad” en el Teatro “1º de mayo”, y fue su segundo presidente,
sucediendo a José Benjamín Zubiaur. Estudió luego abogacía en la Universidad de
Buenos Aires y obtuvo su título con una tesis sobre el matrimonio civil. En
1878 fue iniciado en la masonería en la Logia Jorge Washington de Concepción
del Uruguay y más tarde en Buenos Aires participó junto a Leandro Alem en la
Logia Docente, que impulsó la sanción de lo que sería la ley 1420 de educación
común en 1884. En 1883 publicó una monografía sobre la “Inconstitucionalidad de
la ley de convocatoria a la Asamblea Constituyente en la provincia de Entre
Ríos”. Asamblea Constituyente que, entre otras reformas, trasladó la capital de
Concepción del Uruguay a Paraná, introdujo el bicameralismo en la Legislatura y
estableció que la educación común debía ser gratuita, obligatoria y laica
El 20 de agosto de 1889 el diario La Nación publicó un artículo de su
autoría con fuertes críticas al gobierno de Juárez Celman titulado “¡Tu quoque
juventud! (En tropel al éxito)”. Barroetaveña se lamentaba de “la vida
política del país totalmente suprimida, gozándose hoy mil veces más libertad
política y civil en todas las monarquías constitucionales de la vieja Europa
que en esta joven República de la América del porvenir; la descentralización
administrativa y política casi ha desaparecido, pues ya en el hecho no hay
provincias sino intendencias, ni municipalidades elegidas por el pueblo sino
comisiones de amigos de los gobernantes llevados para asegurar el abuso y la
arbitrariedad. En todas partes malestar, desgobierno y escándalos, que
arruinarán al pueblo cuando estalle una crisis inevitable que todos la
presienten”.
El artículo tuvo tanta repercusión que poco después se convocó, con las
firmas de Francisco Barroetaveña y Marcelo de Alvear, entre otros, a una
reunión en el Jardín Florida el 1º de septiembre de 1889. Ese día quedó
constituida la Unión Cívica de la Juventud, y Barroetaveña fue designado su
presidente. El 13 de abril de 1890 en otra asamblea en el Frontón Buenos Aires
se resolvió cambiar el nombre del partido, que pasó a denominarse simplemente
Unión Cívica. Los sucesos posteriores son más conocidos; el levantamiento del
Parque de Artillería el 26 de julio, la renuncia de Miguel Juárez Celman el 6
de agosto y la asunción de la presidencia por parte del vicepresidente Carlos
Pellegrini. Y al año siguiente, el 26 de junio de 1891, la creación de la Unión
Cívica Radical liderada por Leandro Alem como una escisión de la Unión Cívica,
y en oposición a la Unión Cívica Nacional encabezada por Bartolomé Mitre.
El 4 de febrero de 1894 fue electo diputado nacional por la Capital
Federal, propuesto por la UCR, que se impuso. El segundo lugar correspondió a
la Unión Cívica Nacional y el tercero al Partido Autonomista Nacional. Ejerció
su mandato entre el 30 de abril de 1894 e idéntico día de 1898. Volvió a la Cámara
de Diputados entre 1900 y 1904, pero ahora por la Provincia de Buenos Aires, y
en una lista mixta originada a partir de un acuerdo del radicalismo con el
Partido Autonomista bonaerense.
María Gabriela Micheletti señala que “es conocida su actuación
parlamentaria… en la que fue promotor de una serie de proyectos de ley de corte
laicista, ... En sus escritos y en su función de legislador, Barroetaveña
criticó la influencia del clericalismo en el país y se manifestó partidario de
lograr una mayor separación entre la Iglesia y el Estado. Se proclamó defensor
de la libertad de cultos, aunque consideraba a la religión como una cuestión
que pertenecía exclusivamente a la esfera privada. Escribió, entre otras obras,
“El matrimonio civil” (1884), “El clericalismo y el divorcio” (1912) y “Escuela
libre de dogmas”, esta última junto a J. Alfredo Ferreira y José B. Zubiaur”. Dévrig
Mollès recuerda que Barroetaveña actuó como portavoz de la Liga Argentina del
Libre Pensamiento en 1910, y describe
así sus ideas: “influido por la ideología del Progreso, imaginaba a América
como cuña de una nueva civilización, de “una humanidad futura, donde se
fundirán razas, lenguas, doctrinas, religiones, costumbres e instituciones de
las demás partes del planeta”. Su liberalismo era político y cultural, pero
también económico. En la esfera cultural, deseaba la “secularización de todas
las instituciones”, “la instrucción pública científica, laica y obligatoria
para todos”, base de “las industrias útiles”. En lo económico, Barroetaveña se
oponía –como muchos radicales en este momento– al proteccionismo aduanero
reclamado por ciertos miembros del Partido Autonomista Nacional”.
Barroetaveña mantuvo fuertes lazos de amistad con Leandro Alem, al que
siguió hasta su muerte en 1896, pero no tuvo una buena relación con su sobrino,
Hipólito Yrigoyen, con el que estaba notoriamente distanciado. Esta
circunstancia hizo que Barroetaveña se mantuviera bastante alejado de la
actividad política luego de sus mandatos como diputado.
En 1931, proscripto y obligado al exilio Alvear, Barroetaveña fue el
candidato presidencial del radicalismo antipersonalista entrerriano, en
contraste con otras provincias en las que los antipersonalistas apoyaron la
candidatura de Agustín Pedro Justo acompañado por José Nicolás Matienzo,
mientras que el Partido Demócrata Nacional, coincidiendo en la candidatura
presidencial de Justo, impulsó a “Julito” Roca para ocupar la vicepresidencia,
posición ésta que fue la que se impuso finalmente. En Entre Ríos el triunfo
correspondió a la UCR “Independiente”, que con la fórmula Barroetaveña –
Matienzo obtuvo el 45,96%. En segundo lugar se ubicó la Concordancia que
apoyaba a Justo, con el 35,23%, y más atrás la Alianza Civil, coalición
integrada por el Partido Demócrata Progresista y el Partido Socialista, con el 18,82%.
Entre Ríos, donde se impuso Barroetaveña, y Santa Fe, donde ganó la Alianza
Civil con la fórmula Lisando de la Torre – Nicolás Repetto, fueron las únicas
provincias en las que el triunfo no correspondió a la Concordancia, en
elecciones que fueron caracterizadas junto a otras de esa década como el “fraude
patriótico”.
No existe nada en Concepción del Uruguay que recuerde a Francisco Barroetaveña,
y permanece casi como un ilustre desconocido en el partido que ayudó a fundar.
Fuentes:
"Francisco Barroetaveña." n.d. Efemérides
radicales.
http://www.efemeridesradicales.com.ar/indice/F/Francisco_Barroetavena/Francisco_Barroetavena.html.
MIcheletti, María Gabriela. "Historia religiosa, libre pensamiento y
anticlericalismo. La relación epistolar de dos amigos unidos por un credo
liberal laico: David Peña y Francisco Barroetaveña ." 2017. Acta
Académica. https://cdsa.aacademica.org/000-019/426.pdf.
Mollés, Dévrig. "¿Derecha o izquierda? El anticlericarismoargentino
frente a la cuestión social (1904 - 1910)." 2013. Dialnet.
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4789985.
Publicado en el diario
La Calle el 20 de julio de 2025.
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