miércoles, 8 de marzo de 2023

EL CENSO 2022 Y LAS POLÍTICAS PÚBLICAS DE VIVIENDA

Por José Antonio Artusi              

Un informe de la Fundación Tejido Urbano comienza señalando que “los datos preliminares del Censo de Población y Viviendas 2022 muestran que se registraron 17.780.210 viviendas en todo el país. Esta cifra indica un aumento del 28,5% con respecto a lo que indicó el censo de 2010 (año en el que se contabilizaron 13.835.751 viviendas). En el mismo período, también con base en los datos obtenidos en ambos censos, la población argentina creció un 14,8%. La información recopilada muestra que, entre 2010 y 2022, se construyeron en la Argentina más de 3,9 millones de viviendas. Parece un milagro, por fuera de toda lógica. La gente necesita un lugar donde vivir y lo consigue, más allá de cómo lo logre o de cuál sea la ubicación de la vivienda. La pregunta ahora es quién construyó estas viviendas: ¿cuántas hizo el Estado?, ¿cuántas fueron construidas por el sector privado formal?, ¿de qué otras formas se construyeron viviendas en estos años?”

Más adelante, tomando datos de diversas fuentes oficiales, los autores del informe brindan un gráfico en el que muestran que esas nuevas viviendas se distribuyen de la siguiente manera: un 11,5% corresponde a viviendas realizadas por el Estado, un 38,5% a unidades concretadas por mecanismos de mercado formal, y un 50% es el resto, viviendas “en condiciones de informalidad, ya sea en los barrios populares o como fruto de la expansión urbana y la creación de un suelo en el que construir el hogar”.

El informe concluye considerando que “el panorama descripto revelaría un alto grado de informalidad en la construcción de viviendas, resultado de un sector privado formal que atiende fundamentalmente una población con ahorros suficientes y de un Estado -sea cual fuere su nivel- que no llega a cubrir más del 15% de la demanda y que cuando ejecuta, suele hacerlo en zonas periféricas, de manera ineficiente en lo económico y social”.

Un panorama más o menos similar se presenta en Entre Ríos. Si bien hace falta información más completa, podemos de todos modos extraer algunas conclusiones de los datos provisionales. En primer lugar, nuestra provincia incrementó claramente su tasa de crecimiento intercensal. Del 1.158.147 que éramos en 2001 pasamos a 1.235.994 en 2010, y a 1.426.426 en 2022. El porcentaje de crecimiento intercensal fue del 6.7% entre 2001 y 2010 y del 15,4% entre 2010 y 2020, levemente superior a la tasa nacional. De todos modos cabe señalar algunas inconsistencias en la información brindada, por ejemplo en lo relativo a la población en situación de calle. Según los datos provisorios del censo 2022 existían sólo 139 personas en tal situación, y se ubicaban en solamente 3 departamentos, Federación, Paraná y Uruguay. Por otro lado es clave contar con información desagregada de la que todavía no disponemos, por ejemplo la cantidad de viviendas desocupadas. Cabe recordar el alto porcentaje de viviendas desocupadas que se relevaron en el 2010, un 16,05%, correspondiente a 68.341 unidades desocupadas de un total de 425.591 viviendas particulares.

El censo 2022 relevó un total de 559.398 viviendas particulares, 133.807 más que en 2010. En este caso la tasa de crecimiento intercensal también es mayor que la nacional, un 31.44%, y prácticamente duplica la correspondiente a la población. Si consideramos que entre 2010 y 2020 se terminaron 12.048 viviendas por parte del IAPV, tanto de operatorias FONAVI como de programas federales, y suponiendo que en 2021 y 2022 el ritmo de construcción haya sido similar al de la década (hipótesis generosa dada la pandemia), tenemos que entre 2010 y 2022 se habrían construido aproximadamente 13.143 viviendas por parte del instituto provincial. Si asumimos una estimación hipotética de un adicional del 20% correspondiente a viviendas construidas por programas municipales, tendremos que el Estado pudo haber concretado 15.771 viviendas en el período intercensal. Esa cantidad representa el 11,78% del total de viviendas nuevas, un porcentaje notablemente similar al nacional que estima la Fundación Tejido Urbano, un 11,5%. Para decirlo en términos más simples, entre los dos últimos censos, tanto en Entre Ríos como en Argentina, de cada 10 viviendas nuevas, sólo una correspondió a un programa estatal, cuatro se lograron mediante intervenciones en el mercado formal, y cinco se concretaron de diversas maneras más o menos espontáneas, en asentamientos informales o en áreas de expansión urbana, etc.              

Estos datos muestran claramente la insuficiencia de las tradicionales políticas públicas de vivienda, basadas en la entrega de viviendas terminadas en áreas periféricas de baja densidad y generalmente desconectadas y deficitarias tanto en infraestructura de servicios públicos como en equipamiento comunitario, movilidad y espacios públicos. Es obvio que los institutos provinciales de vivienda y los gobiernos locales pueden y deben construir más y mejores viviendas, con localizaciones, tipologías y diseños adecuados; y en anteriores oportunidades hemos mostrado algunas ideas al respecto, pero aún así esos esfuerzos serán insuficientes.

La prioridad debe ser otorgada a lograr que ese aproximadamente 50% de soluciones basadas en la informalidad pasen a ser progresivamente viviendas con tenencia regular del suelo, en buenas localizaciones, con intervención profesional, buenos diseños y obras registradas. Para eso hace falta, básicamente, mejorar la asequibilidad al suelo urbanizado, y en ese desafío la política tributaria es fundamental. Necesitamos reformas tributarias a todo nivel basadas en el concepto de gravar solamente el valor del suelo y desgravar las construcciones y mejoras, de modo tal de movilizar el suelo vacante, desalentar la especulación inmobiliaria y promover la construcción y ocupación de viviendas. Necesitamos también recuperar un mercado de créditos hipotecarios, herramienta fundamental en esta materia en todos los países desarrollados del mundo. Los municipios, finalmente, no pueden desentenderse de este problema. A través de diversas acciones de recuperación y reinversión de la valorización del suelo generada por la acción pública es muchísimo lo que pueden hacer, poniendo en marcha bancos de suelo y fondos de desarrollo urbano, entre otros instrumentos.  

Necesitamos urgente los datos completos del censo 2022. Necesitamos políticas públicas basadas en datos confiables y certeros.-   


Publicado en el diario La Calle el día 5 de Marzo de 2023.-

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