Por José Antonio Artusi
El Intendente de Detroit, Mike
Duggan, publicó en su cuenta de Twiiter el 1º de Junio pasado lo siguiente: “En
Detroit, se premia el deterioro y se castigan los edificios. Pero con el plan
de Impuesto al Valor de la Tierra podemos solucionarlo. Y continuar difundiendo
la belleza en cada rincón, dentro y fuera de Detroit.”
Siempre me pareció una tontería
esa idea absurda que sostiene que no se puede aprender de la experiencia ajena.
De ser así estaríamos condenados a seguir inventando eternamente la rueda y la
pólvora. Si hay algo que ha permitido precisamente el progreso de la humanidad es
nuestra capacidad de aprender y mejorar sobre la base de lo que piensan, hacen
y escriben otros. Es obvio que ninguna ciudad es igual a otra, y que no se
pueden extrapolar experiencias de manera acrítica, sólo porque funcionaron en
otro lado en determinadas circunstancias. Pero también debería ser obvio que
todas las ciudades – y todos los países – comparten algunos atributos que
tienen validez universal. No es casualidad que algunas malas ideas no hayan
funcionado nunca en ningún lugar; los controles de precios por ejemplo. Y
tampoco es casualidad que algunas buenas ideas, de mediar las condiciones
requeridas, siempre sean efectivas, con los matices y variables que surgen
evidentemente de las diferencias que siempre existen entre sociedades diversas.
Por lo tanto, la gestión del
intendente de Detroit, que ya puede exhibir algunos logros considerables en el
marco de la recuperación de esa ciudad tras la crisis que se derivó de la
decadencia de la industria automotriz, puede servir como un interesante
laboratorio de experiencias del que pueden sacarse conclusiones interesantes y
aprendizajes factibles de ser aprovechados en otras latitudes.
La recuperación económica de
Detroit se ha basado en una combinación de factores y estrategias implementadas
en los últimos años. Algunos de los elementos clave que han contribuido a la
recuperación de la ciudad incluyen:
Diversificación económica:
Detroit ha buscado diversificar su base económica más allá de la industria
automotriz, que históricamente ha sido el pilar de la economía local. Se ha
fomentado el crecimiento de sectores como la tecnología, la salud, y las
energías renovables. La ciudad pasó de tener una tasa de desempleo del 18%, la
más alta de Estados Unidos, a una de 5,8% en Abril, la más baja desde 2000.
Atracción de inversiones: La
ciudad ha trabajado en atraer inversiones tanto nacionales como
internacionales. Se han creado incentivos fiscales y programas de apoyo para
atraer a empresas y emprendedores a establecerse en Detroit, generando empleo y
revitalizando áreas degradadas.
Desarrollo urbano: Se han llevado
a cabo proyectos de desarrollo urbano que buscan mejorar la calidad de vida de
los habitantes y atraer a nuevos negocios y residentes a la ciudad. Esto
incluye la mejora de barrios, la revitalización de espacios públicos, la
construcción de nuevas viviendas y el fomento de la vida cultural.
Educación y capacitación: Se han
implementado programas para mejorar la calidad de la educación en la ciudad y
proporcionar oportunidades de capacitación laboral para los habitantes locales
Esto ha ayudado a mejorar las habilidades de la fuerza laboral y aumentar las
oportunidades de empleo.
Colaboración público-privada: La
colaboración entre el sector público y el sector privado ha sido fundamental
para impulsar la recuperación económica. Se han establecido asociaciones para
la ejecución de proyectos, la creación de empleo y el apoyo a emprendedores y
startups.
Es importante destacar que la
recuperación económica de Detroit es un proceso en curso y todavía enfrenta
desafíos. Es aquí donde entra en acción el propuesto “Land Value Tax Plan”. El
Plan de Impuesto al Valor del Suelo de Detroit, que en realidad no implica
crear ningún impuesto nuevo sino simplemente reformar el impuesto inmobiliario
vigente, es una propuesta implementada por la Oficina del Director Financiero
para ayudar en la recuperación de la crisis que afectó a Detroit. El objetivo
principal del plan es cambiar el sistema impositivo existente, que se basa en
gran medida en el valor de las construcciones, a un sistema basado en el valor
del suelo.
En resumen, el plan propone que
los impuestos a la propiedad inmobiliaria se calculen principalmente en función
del valor del suelo en lugar del valor total de la propiedad incluyendo
construcciones y mejoras. Esto implica que los propietarios de tierras vacantes
o infrautilizadas, especialmente en áreas con alto potencial de desarrollo,
pagarían impuestos más altos, mientras que los propietarios de propiedades con
estructuras valiosas pero en terrenos menos costosos pagarían menos. Los
propietarios de viviendas pagarían entre 500 y 2000 dólares menos por año,
mientras quienes especulan con terrenos vacantes y causan deterioro en áreas
consolidadas obviamente pagarían más.
El impacto esperado de este plan
es estimular la inversión y el desarrollo de la ciudad, ya que se espera que
propietarios de tierras vacantes o subutilizadas las destinen a un uso más
productivo para evitar impuestos relativamente más altos. Esto podría fomentar
la construcción de viviendas, negocios y otros proyectos en áreas actualmente abandonadas,
lo que a su vez podría generar empleo.
Además de contribuir a la
recuperación económica de Detroit, el plan también busca abordar la cuestión de
las propiedades abandonadas y el deterioro urbano al fomentar la rehabilitación
de terrenos. Se espera que el cambio en el sistema impositivo promueva un mejor
uso del suelo y una mayor eficiencia en la asignación de recursos en la ciudad.
En general, el Plan de Impuesto
al Valor del Suelo de Detroit, que requiere todavía la aprobación por parte de
la legislatura del Estado de Michigan, tiene como objetivo impulsar el desarrollo
económico, reducir la desigualdad y revitalizar la ciudad al incentivar la
inversión y el uso productivo del suelo urbanizado. Sigamos de cerca el caso de
Detroit.-
Publicado en el diario La Calle el día 4 de Junio de 2023.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario