martes, 2 de abril de 2024

FRANCISCO BEIRÓ, EL VICEPRESIDENTE QUE NO FUE


Por José Antonio Artusi

Se cumplen 96 años de la proclamación de la fórmula Hipólito Yrigoyen – Francisco Beiró. El 24 de Marzo de 1928, en el teatro Opera de la Ciudad de Buenos Aires, la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical proclamó por aclamación a Hipólito Yrigoyen como candidato a Presidente de la República, acompañado por el entrerriano Francisco Beiró como candidato a Vicepresidente. En las elecciones generales que tuvieron lugar el 1º de Abril de ese año los electores radicales – recordemos que en ese entonces regía el sistema de elección indirecta que sería modificado en la reforma constitucional de 1994 – obtuvieron más del 61% de los sufragios emitidos. Lamentablemente Francisco Beiró murió el 22 de Julio de 1928, con sólo 51 años de edad, por lo que el Colegio Electoral, a instancias de la Convención Nacional de la UCR, designó a Enrique Martínez, en ese momento Gobernador de Córdoba, para reemplazarlo. Yrigoyen y Martínez asumieron el 12 de Octubre de 1928 y fueron depuestos por la funesta asonada del 6 de Septiembre de 1930, que inauguraría un ominoso ciclo de más de 50 años de inestabilidad política, violencia y apartamiento de las reglas constitucionales. No tiene demasiado sentido intentar esbozar una historia contrafáctica, pero no son pocos los que imaginan que el desenlace pudo haber sido bien diferente con Francisco Beiró a cargo de la Vicepresidencia en esos aciagos días de Septiembre, dadas su representatividad y su carácter.     

Francisco Beiró nació en Rosario del Tala el 19 de Septiembre de 1876. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio del Uruguay, y posteriormente la carrera de Derecho en la Universidad de Buenos Aires. Junto a Hortensio Quijano es uno de los dos ex alumnos del histórico colegio fundado por Urquiza que fueron electos para ejercer la Vicepresidencia. Sendos retratos suyos pueden apreciarse en el salón de actos Alejo Peyret. Desde muy joven canalizó su voluntad de participación política en el ámbito del radicalismo, y más específicamente en el yrigoyenismo. Actuó tanto en Entre Ríos como en la Capital Federal. Beiró ocupó diversos cargos partidarios, llegando a ejercer la presidencia del Comité Nacional y de la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical. En 1916 integró el Colegio Electoral que consagró Presidente a Hipólito Yrigoyen, con quien lo unía una estrecha amistad. En la ciudad de Buenos aires se desempeñó como concejal e intendente interino y sus gestiones fueron significativas para el progreso del barrio de Villa Devoto ya que impulsó el empedrado de calles y la instalación del alumbrado público. Fue electo diputado nacional en 1918 y renunció a su banca para ejercer el cargo de Ministro del Interior por un breve período, en el final de la primera presidencia de Yrigoyen, entre el 23 de Marzo y el 12 de Octubre de 1922.

En 1926 Francisco Beiró fue candidato a gobernador de Entre Ríos por el radicalismo yrigoyenista, acompañado en la fórmula por Gregorio Morán. Se trató de la primera vez en la que el partido radical concurrió dividido a los comicios. El sector afín a Yrigoyen fue derrotado en esa ocasión por la fórmula del radicalismo de Entre Ríos, tal como se denominaba la rama antipersonalista, integrada por Eduardo Laurencena y José María Garayalde.

El historiador Diego Barovero señala, en un artículo publicado en La Prensa el 14 de Diciembre de 2022 que “sin ánimo de introducir aquí especulaciones de carácter ucrónico ni de intentar hacerle decir a la historia lo que no sucedió, la circunstancia de la elección de Beiró como compañero de fórmula por parte de Yrigoyen, un líder de carácter indiscutiblemente personalista, pero también consciente de sus años, además de convencido del carácter regeneracionista del gobierno que pretendía encabezar al ser reelecto, permite inferir que lo que quería era asegurar la continuidad del sentido de su misión. Beiró había dado pruebas categóricas y concretas de su solidaridad política con Yrigoyen. Había sido su ministro político en el tramo final de su primera presidencia asegurando la sucesión de Alvear (que internamente le había resultado compleja en las propia filas por parte de seguidores que creían tener mayores méritos que el elegido), había encabezado la fracción yrigoyenista que enfrentó a los radicales antipersonalistas entrerrianos, a sabiendas de que era un destino de fracaso conocedor como era de su provincia natal; había presidido los órganos de conducción partidaria como el Comité Nacional y la Convención Nacional con probada lealtad. Todo hace pensar que Yrigoyen ya anciano pensó su propia continuidad en la permanencia de Beiró al frente del Ejecutivo ante cualquier contingencia. La diosa Fortuna dio por tierra con cualquier deseo o proyecto en ese sentido…”. Barovero concluye que “Francisco Beiró quedó en la memoria de los ciudadanos como el vicepresidente que no fue, casi 20 años más joven que su compañero de fórmula y jefe político, podría haber heredado su liderazgo si lo hubiera sobrevivido, lo que no ocurrió”.-

 

Publicado en el diario La Calle el 24 de Marzo de 2024.-

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