Por José Antonio Artusi
La realidad en materia de salud
pública en la Provincia de Entre Ríos muestra un panorama francamente
desalentador. Las dificultades y problemas cotidianos de todo orden que deben
sufrir quienes acuden a centros de salud y hospitales públicos son la
manifestación más visible de la crisis en la coyuntura, que recaen sobre todo,
obviamente, en los sectores más vulnerables de nuestra sociedad.
Pero además, aunque menos
visibles, problemas estructurales como los déficits en materia de promoción,
prevención y atención primaria de la salud, la falta de una adecuada regionalización
hospitalaria, el incumplimiento de la cláusula constitucional que ordena que
los directores de hospital se designen por concurso, la ausencia de una eficaz articulación
del sector salud con otras áreas de las políticas públicas como educación y
vivienda, la insuficiencia de acciones en materia de educación sexual y salud
sexual y reproductiva, el agravamiento de problemas ambientales y sociales,
entre tantas otras cuestiones, demuestran a las claras que se ha venido
improvisando y colocando parches, sin un plan estratégico que dé respuestas a
la necesidad de revisar profundamente el sistema de salud, que - como en todo
el país - se caracteriza por su fragmentación y desarticulación, en el que la
masa de recursos que se invierten no se compadece con los resultados
alcanzados.
Tenemos un sistema de salud
disperso y profundamente desigual e inequitativo, con superposición caótica de
funciones y responsabilidades entre los distintos niveles del Estado y entre
éstos y las entidades de la seguridad social y el sector privado, lo que
determina una alta ineficiencia del gasto público en salud.
Es necesarios recordar que la
política sanitaria es fundamental para brindar igualdad de oportunidades, para que
todos puedan disfrutar efectivamente del derecho a la salud y de otros derechos
económicos y sociales de raigambre constitucional.
En este sentido es menester
señalar también la incomprensible demora en reglamentar nuevos derechos e
institutos incorporados al texto de la Constitución de Entre Ríos, reformada en
2008. Basta leer el Artículo 19, entre otros, para tomar conciencia de la
distancia que media entre el mandato constitucional y la realidad:
"La Provincia reconoce la
salud como derecho fundamental, desarrollando políticas de atención primaria.
La asistencia sanitaria será gratuita, integral, adecuada y oportuna. Será
prioritaria la inversión en salud, garantizando el primer nivel de atención,
así como la formación y capacitación. Se implementará un seguro provincial de
salud para toda la población y una progresiva descentralización hospitalaria.
El medicamento es un bien social básico. El Estado regula y fiscaliza el
circuito de producción, comercialización y consumo de éstos y de los productos
alimenticios, tecnología médica y acredita los servicios en salud. La ley
propenderá a jerarquizar el nivel de atención hospitalaria de tiempo
completo".
Otros artículos de nuestra
Constitución provincial se refieren también, directa o indirectamente, a la
salud: artículo 20 (derechos sexuales y reproductivos), artículo 21 (personas
con discapacidad), artículo 22 (derecho a un ambiente sano), artículo 24
(derecho a la alimentación y a un ingreso mínimo indispensable para la
subsistencia en determinadas situaciones), artículo 25 (derecho a la vivienda),
etc..
La pandemia y las respuestas que
se brindaron desde el Estado, muchas veces en detrimento de la adecuada
atención de otras patologías, vinieron a agravar problemas existentes, que se
combinan ahora de manera preocupante con una crisis social que muestra elevados
índices de pobreza y exclusión social, sobre todo en la población infantil.
Urge encontrar caminos razonables para aplicar remedios estructurales a sistema
enfermo, que no resiste más meros paliativos y demanda soluciones de fondo. Sin
un adecuado sistema de salud pública provincial, articulado eficientemente con
las políticas nacionales y con las de los gobiernos locales, no podremos
aspirar a ser una provincia pujante y desarrollada. Es obvio por otro lado que
los sistemas de salud no operan en el vacío, sino en el contexto de un
determinado escenario económico y social, para mal o para bien. Será clave por
ende procurar la debida sinergia entre las políticas públicas de todos los
sectores.
El Objetivo de Desarrollo
Sostenible 3 de Naciones Unidas - “garantizar una vida sana y promover el
bienestar en todas las edades es esencial para el desarrollo sostenible” - y
sus metas para el año 2030 nos deberían motivar a reconocer la gravedad del
problema, a elaborar diagnósticos adecuados, y a implementar estrategias
viables y efectivas, que lejos de la declamación y las meras promesas, se
transformen en realidades concretas para una mejor calidad de vida de todos los
entrerrianos.-
Publicado en el diario La Calle el día 18 de Septiembre de 2022.-
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