Por Roberto Rodriguez Vagaría
En el 114° aniversario del nacimiento de Arturo Frondizi
Son oportunos los 114 años de su
natalicio para recordar aquellos desencuentros en el seno de la UCR por 1957 y
que dieron el pulso, después, a la oposición del radicalismo "del
Pueblo" desde 1958 a 1962.
Me es oportuno contarle a uds
como es que fui testigo y actor de diálogos ya desapasionados que se fueron
enhebrando con el tiempo nuevo, pero que habían arrancado con la ruptura dura y
enconada de una generación anterior.
Se hizo evidente que la unidad de
trinchera de aquel radicalismo de los años 40 hasta el 55 tuvo un membrete
unificador sólido en la difícil convivencia entre aquellos gobiernos y nuestro
principal partido opositor, de una oposición excluida, cuando no perseguida y
en exilio.
Tantas luchas decantaron en un
inesperado internismo infértil para el radicalismo.
Apagadas las pasiones y en el
plexo de otra generación quiero remarcar las coincidencias que trajeron en el
portafolio los nuevos gobiernos radicales con decisiones de Arturo Frondizi
presidente. Esto se fue dando en el marco de la lacerante crisis permanente que
envuelve a nuestra Argentina.
Fueron síntesis superadoras de
las que poco se ha hablado y por eso vengo a aquí a enunciar solo algunas paradigmáticas,
como radical y testigo de cómo han sido.
● Ningún gobierno radical
modificó la Ley Domingorena de educación que tanta movilización y fervor costó
por aquel artículo 28, pudiendo haberlo hecho. Es más, el gobierno radical del
83 convocó a Domingorena a formar del mismo.
● Es fértil indicar que después
de la anulación de los contratos petroleros de la Administración Frondizi, que
fuera una bandera programática del radicalismo del 63, la renovada conducción
radical promovió nuevas miradas y Raúl Alfonsín, por iniciativa de Conrado
Storani(también actor del 63-66), resolvió enunciar el Plan Houton, en Texas,
en marzo de 1985, ante los petroleros, para transmitir un compromiso de
seguridad jurídica a los contratos futuros y continuidad a decisiones de
gobiernos democráticos anteriores para la extracción, transformación y
exportación de hidrocarburos. Supera el simbolismo.
● Nunca más necesario que hoy
recordar el esfuerzo de Frondizi en impulsar la relación con Brasil, que había
estado sostenida en un planificado malentendido, alimentado en ambas partes.
Los acuerdos de la Conferencia de
Uruguayana entre Don Arturo y Quadros en 1961, criticados en su época, resultó
el antecedente para el acuerdo de Alfonsín con Sarney en 1985 en aquella
Declaración de Foz de Iguazú para aventar sospechas de aprovechamiento bélico
secreto nuclear. Así se pudo firmar con tranquilidad de conciencia e interés
nacional, el Tratado de Tlatelolco para la desnuclearización de América
Latina, amén de ayudar a la pacificación con Chile, fabricante de misiles.
● Me consta que muchos de los
pasos de política exterior entre 1958 y el 62 fueron tenidos en cuenta para los
fundamentos del 83 en la Convención Nacional UCR, que integramos, para
encontrar el tono a la relación con los EEUU y Europa.
● El acento por el industrialismo
de la UCRI modifica la programática de la UCR definitivamente.
● Si en dos oportunidades los
radicales sentimos que otro radical lo había pensado antes, fue cuando nos tocó
el turno de actuar en La Hora del Pueblo en noviembre de 1970, noveles abogados
de la Juventud Radical y 11 años después, en la Multipartidaria Nacional de
1981.
En ambos casos era obvio, que más
que una presión a una dictadura militar era contribuir a que el Justicialismo
reingresara en un camino de convivencia democrática.
Temática en la que mucho antes
había meditado Frondizi y sus equipos, por el 57/58.
Estos puntos he querido remarcar
porque fueron temas de conversaciones muy discretas con los presidentes
Alfonsín y De la Rúa, antes de serlo y que consideraban que Arturo Frondizi fue
también y sobre todo un presidente radical con pensamiento y vuelo propio.
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