sábado, 28 de enero de 2023

LOS 150 AÑOS DE LA MUNICIPALIDAD Y LA CARTA ORGÁNICA

 

Por José Antonio Artusi              

Se cumplieron el 1º de Enero 150 años del inicio del funcionamiento institucional de la Municipalidad de Concepción del Uruguay. La ocasión es propicia para reflexionar acerca de su  pasado, su presente y su futuro, tratando de encontrar en la Historia pistas que nos permitan comprender mejor sus problemas y potencialidades, y sobre esa base poder visualizar qué se necesita para tener un mejor estado municipal, acorde a las demandas del siglo XXI pero también a la altura de nuestras glorias pasadas. Por eso es saludable y encomiable todo lo que se haga para conocer mejor y difundir nuestra propia historia, cargada de sucesos y protagonistas a menudo mucho menos conocidos que los del orden nacional o provincial.

Ha pasado mucha agua bajo el puente desde el 1º de Enero de 1873 y lógicamente la Municipalidad ha ido evolucionando de acuerdo a las circunstancias de cada época. Un hito clave en ese proceso fue la reforma de la Constitución provincial en 1933, durante el gobierno de Luis Lorenzo Etchevehere. Esa Constitución progresista y de avanzada consagró un régimen municipal moderno y que otorgaba a los municipios un amplio conjunto de competencias y responsabilidades, y dispuso la elección popular directa del presidente municipal, dando fin de esa manera a la designación por parte del gobernador, sistema que generó innumerables problemas y conflictos, como es fácil de suponer. Esa Constitución rigió hasta 2008, en el que un nuevo proceso reformista otorgó a los municipios la autonomía de manera expresa, en línea con las disposiciones de la Constitución nacional reformada en 1994. Para los municipios de más de 10.000 habitantes se previó la posibilidad de sancionar sus propias cartas orgánicas. Sin embargo, llamativamente, ningún municipio ha avanzado en ese camino.

El sesquicentenario de la Municipalidad de Concepción del Uruguay es una buena oportunidad para plantearse el reto de dar un nuevo salto de calidad en la configuración del Estado municipal, a través del dictado de nuestra propia carta orgánica.  Se requiere para ello un amplio debate, que incluya obviamente a los partidos políticos pero que no se agote allí, sino que abarque también a las universidades y a las organizaciones de la sociedad civil.

La Constitución nacional de 1853 y la Constitución provincial de 1933 fueron mucho más que meros libritos. Configuraron un modelo de país y de provincia, y dispusieron las bases y puntos de partida para implementar un plan de desarrollo, en pos de una sociedad mejor. Propongo debatir la necesidad de una carta orgánica para Concepción del Uruguay con ese espíritu, la carta orgánica como un plan, que contenga los grandes ejes estratégicos para construir una ciudad mejor, más justa, democrática, linda, saludable, segura y sostenible.

Concepción del Uruguay fue pionera de la independencia, baluarte del federalismo  republicano, cuna de la organización nacional y de la educación laica, entre otros tantos logros. La Capital Histórica de la Provincia de Entre Ríos no puede resignarse a naturalizar ciertos problemas y déficits que nos afectan. Debe por el contrario plantearse el desafío ambicioso pero realista de ser una ciudad que recupere su liderazgo y su protagonismo, que brinde mejores condiciones de vida para todos los uruguayenses, y que ofrezca a quienes quieran venir un ámbito hospitalario para vivir, trabajar y estudiar. Una carta orgánica moderna y adecuada a los requerimientos del futuro puede ser un buen aporte en ese sentido. Empecemos a debatir su contenido.-           


Publicado en el diario La Calle el día 16 de Enero de 2023.-  

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miércoles, 11 de enero de 2023

RECUPEREMOS BANCO PELAY


 Por José Antonio Artusi              

A los que tuvimos la suerte de conocer y disfrutar Banco Pelay en sus mejores épocas no nos puede resultar indiferente ver el estado de postración y deterioro en el que se encuentra actualmente. Pero la indignación, útil a veces para reaccionar frente a cosas que no nos gustan o para evitar naturalizar problemas que podrían solucionarse, de poco vale si no la acompañamos con algo más que la queja y la atribución de culpas; básicamente con ideas y propuestas. Las que esbozo de manera preliminar acá no pretenden ser la única alternativa. Son más bien un modesto aporte a un debate que deberíamos estar dando de manera amplia.

Considero que el primer paso no debe ser otro que adoptar la consigna del título, en toda su dimensión; evitar la resignación y el lamento plañidero y nostálgico que añora un pasado que no va volver pero que se agota en sí mismo. Propongo por el contrario que nos tracemos, con visión de futuro, un objetivo ambicioso, que recupere y valorice lo mejor que tuvimos pero que también le adicione algo más. O sea, volver a tener la mejor playa de río de la Argentina, con todos los servicios que ello implica, complementada con un camping en condiciones adecuadas, complejos de cabañas y servicios de alojamiento y gastronómicos, un sitio para amarre de embarcaciones, un parque y reserva natural, etc..

Puedo imaginar al lector, en este punto, coincidiendo más o menos con los objetivos pero planteando dos objeciones centrales. Primera: Pelay se inunda y el río se llevó la arena, no se puede evitar. Segunda: nadie va a poner las inversiones que se requieren para un objetivo tan ambicioso; ergo, “no se puede”.  Pretendo demostrar que, por el contrario, se puede superar esos escollos, que obviamente existen y requieren decisiones correctas para sortearlos.

En primer lugar, las condiciones naturales del lugar no deberían ser un obstáculo que impida que se transforme en un sitio atractivo para uruguayenses y visitantes, básicamente en verano pero también durante todo el año, si se lo acondiciona con las mejoras que se requieren a tal efecto. Construcciones palafíticas, elevadas y resueltas con materiales y tecnologías que tengan en cuenta los desafíos de la condición de “área de paisaje frágil”, tal como se la considera en la propuesta de nuevo código de ordenamiento territorial que seguramente tendrá tratamiento legislativo en el concejo deliberante de Concepción del Uruguay en 2023, pueden constituir una respuesta adecuada al carácter de inundable que presenta el sitio. La calidad de la playa podría asegurarse con refulado y con acciones complementarias. Adicionalmente, en etapas posteriores, podría pensarse en un puente y un camino más elevados que los actuales.

Con respecto a la segunda objeción podría pensarse en un esquema financiero que recurra a la inversión privada y demande $ 0 de recursos públicos. El camino a seguir podría constar de los siguientes pasos:

-          Elaborar un proyecto a largo plazo, con etapas intermedias sucesivas; definiendo un programa de necesidades y las obras que se requieren; paradores, bares, comedores, cabañas, bungalows, sanitarios, lavaderos, sectores de camping, amarras náuticas, miradores, senderos, áreas deportivas y de juegos, reserva natural, etc.. El proyecto podría surgir de un concurso nacional de ideas y anteproyectos.

-          Convocar a una licitación pública (o varias) para concesionar la explotación de los servicios de todo tipo que se presten en el complejo turístico y recreativo. El concesionario obtendría la posibilidad de explotarlo por un período extenso de tiempo, de modo tal de permitir las inversiones que se requieran.    

Todo el proyecto debería contemplar de modo especial el cuidado de la calidad ambiental con criterios de sostenibilidad, incluyendo planes de gestión de residuos, de saneamiento, de manejo de la biodiversidad y los ecosistemas, etc..

Hay otros caminos posibles? Debería haberlos. Bienvenidos al debate y la discusión de ideas. Lo que no podemos hacer de ninguna manera es resignarnos y aceptar mansamente que no se puede. Recuperemos Banco Pelay. Se puede.-         


Publicado en el diario La Calle el día 8 de Enero de 2023.-

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martes, 3 de enero de 2023

QATARSIS

Por José Antonio Artusi              

Tras el Mundial y la alegría por la tercera, algunas reflexiones.

Qatarsis 1: Gracias!

A los argentinos y a muchos amantes del fútbol que no son nuestros compatriotas Messi y la Scaloneta nos regalaron en pocos días algunos momentos de intensa felicidad, muchos pasajes hermosos de juego colectivo en la competencia más exigente del mundo, goles maravillosos, y la satisfacción de ver cómo un equipo argentino, combinando talento con esfuerzo, entrega y organización, lograba un objetivo que no se alcanzaba desde hace mucho tiempo. Cada uno tendrá sus propias razones para un agradecimiento especial a Messi. Estas son las mías.  “Messi es lo mejor que tenemos”, dijo Luis Scola, otro grande, en una entrevista con Luis Novaresio en 2019. Sus sabias palabras, dichas en las malas, merecen recordarse en las buenas: “pongo a Messi por arriba como lo mejor que tenemos por mucho más de lo que hace adentro de la cancha… esta cultura de la viveza, esta cultura de la media trampa, esta cultura de los “huevos”, y de ganarlo con las camiseta y demás, realmente es un ancla para nosotros, como deportistas, y



como país probablemente también, porque el deporte es un reflejo de muchas más cosas… No podés ganar con viveza, vos tenés que ganar con talento, vos tenés que ganar con entrenamiento, vos tenés que ganar con esfuerzo…”. Creas en lo que creas, en Dios, en la Pachamama, en Tutatis, en los dioses del Olimpo o en la lotería de genes, Messi nació con un don extraordinario, ser un superdotado para jugar a la pelota con 10 compañeros siguiendo las reglas de un juego espectacular que inventaron unos ingleses. Pero ese talento de poco le habría servido sin esfuerzo y sin disciplina. Estamos aprendiendo casi de memoria las imbatibles estadísticas de Messi, pero hay algunas que no se mencionan. ¿Cuantas horas de entrenamiento y de charlas técnicas tendrá Messi? ¿Cuántos tiros libres y penales habrá practicado en su vida? ¿Cuántas horas de viaje antes de cada competencia, sumadas? ¿Cuántos días en concentraciones?. Solamente un bobo podía pensar que Messi nos debía algo, pero él nos dio, a pesar de todo, una vez más, una magnífica lección, que se constituye en un verdadero ejemplo que trasciende lo deportivo. Sus propias palabras lo expresan con claridad: “Siempre tuve el sueño de ser Campeón del Mundo y no quería dejar de intentarlo, aún sabiendo que quizá nunca se daría… Muchas veces el fracaso es parte del camino y del aprendizaje y sin las decepciones es imposible que lleguen los éxitos.” Quizás como nunca antes, muchos queríamos que la selección gane la Copa del Mundo porque somos argentinos, pero también porque queríamos que la gane Messi, porque nos parecía injusto que no la pueda levantar, porque si hay alguien que se la merecía era él. Por el fútbol, por la belleza, por la alegría compartida, por el ejemplo, por la conducta, porque nadie nos representó mejor estos días, adentro y afuera de un campo de juego, eternamente gracias Sr. Lionel Andrés Messi!   

Qatarsis 2: Vergüenza

El Mundial de Fútbol jamás debió haberse disputado en Qatar. Admitámoslo sin vueltas y sin intentar justificar lo injustificable. La FIFA le agregó un baldón más a la larga historia de su lado más oscuro. Que una competencia internacional de tanta relevancia se desarrolle en un país gobernado por una monarquía teocrática que no pasa el más mínimo de test de respeto a los derechos humanos es una atrocidad espantosa. Norma Morandini lo expresó con claridad meridiana en La Nación: “…quedará también como el Mundial de la violación de los derechos humanos, tan planetarios como el fútbol, por la situación de las mujeres y los más de seis mil trabajadores muertos por haber trabajado como esclavos para construir los faraónicos estadios. Semejante poder que pone en pausa los males del mundo, sin embargo, se manifestó impotente para evitar que en Irán sean condenados a muerte los jóvenes que salieron a la calle para demandar derechos, entre ellos varios deportistas.” No hay relativismo cultural ni ninguna otra consideración pragmática que pueda legitimar que Qatar haya sido el escenario del Mundial. Quienes se comen el amague, para decirlo en términos futboleros, de expresiones falaces tales como “es otra cultura”, o “en la práctica no es tan así”, deberían revisar su posición. Los derechos humanos son universales y se defienden en todos lados, siempre.-  


Publicado en el diario La Calle el día 24 de Diciembrede 2022.-      

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