lunes, 26 de junio de 2023

CONCEPCIÓN DEL URUGUAY, A 240 AÑOS DE SU FUNDACIÓN

Por José Antonio Artusi

Se cumplen 240 años de la fundación de la ciudad de Concepción del Uruguay, el 25 de Junio de 1783, por Tomás de Rocamora. Este año se cumplen también 170 años de la Constitución Nacional, 150 años de la creación de la Municipalidad de Concepción del Uruguay, y 40 años de la recuperación de la democracia.

Las efemérides pueden servirnos, más allá de las formalidades y los protocolos, para conocer mejor nuestra propia Historia; pero sobre todo para reflexionar y tratar de aprender de ella, de modo tal de poder sacar conclusiones válidas que arrojen luz sobre el presente para poder construir un futuro mejor.

Concepción del Uruguay tiene muchos problemas pero también enormes potencialidades. Por su riquísima Historia, por sus merecidos títulos, Concepción del Uruguay no puede resignarse a un estado de cosas que no tenga alguna equivalencia al menos con nuestras logros de otros tiempos.  Tenemos nosotros, todos los uruguayenses, la obligación de construir de aquí en más los hitos que puedan en algún momento futuro ser las glorias del pasado y motivo de legítimo orgullo para quienes nos sucedan.

El Cabildo uruguayense fue el primero en adherir a la Revolución de Mayo. Aquí se resistieron los embates contrarevolucionarios de los realistas. De aquí salió Ramírez para luchar por el federalismo. Acá estuvo Artigas en el Congreso de Oriente, ratificando principios republicanos. Aquí se fundaron el primer colegio laico y la primera escuela normal de mujeres de la Argentina. En la Plaza Ramírez Urquiza se pronunció contra la tiranía rosista y nació el germen de la unidad y la organización nacional bajo el manto protector de la Constitución y el imperio del Estado de derecho.  

Luego, pasaron cosas; el magnicidio de Urquiza, la pérdida de la condición de ciudad capital de la provincia de Entre Ríos justo en el año del centenario; y tantos otros sucesos que en definitiva fueron marcando un sendero de pérdida de protagonismo en el escenario provincial y nacional, y otros que fueron señalando caminos de progreso y recuperación, hasta llegar a nuestros días.

El peso de ese riquísimo legado nos obliga a rebelarnos contra la medianía y la decadencia en todos los órdenes. Debemos fijarnos objetivos ambiciosos pero realizables. Tenemos muchas condiciones, naturales y culturales, para aspirar a un futro de progreso y prosperidad; pero esas condiciones no operan por sí solas. Hay que combinarlas con esfuerzos coordinados y perdurables a través del tiempo.

Hace 25 años, al formular el Plan Estratégico de Concepción del Uruguay, el equipo técnico liderado por el urbanista Freddy Garay consideró que la ciudad tenía una serie de problemas que podían agruparse en cinco ejes. Así, el primer eje (estructura económica) contenía un diagnóstico en el que figuraban cuestiones tales como la fragilidad de los principales sectores productivos, un desarrollo inferior a las potencialidades brindadas por el parque industrial, la zona franca y el puerto, y desajustes en el desarrollo del sector terciario. En el segundo eje (estructura ambiental) se enfatizaban problemáticas vinculadas con la actividad productiva, conflictos ambientales relacionados con déficits de infraestructura básica, la vulnerabilidad en sectores inundables y el escaso desarrollo de la vegetación en el medio urbano. El tercer eje (estructura social) planteaba que existían restricciones que impedían que amplios sectores de la población alcancen condiciones de vida aceptables y que los programas sociales eran insuficientes para atender las dificultades de los sectores más vulnerables. En el cuarto eje (estructura urbana) se priorizaban las dificultades para garantizar la implementación de los planes, una pérdida significativa del patrimonio histórico construido, la falta de criterios claros para el crecimiento de la ciudad y el debilitamiento del transporte público colectivo. Finalmente, en el quinto eje se hacía un crudo y duro diagnóstico del Estado Municipal: “en su plantel de personal tiene una estructura rígida y sobredimensionada, con superposición de funciones y sin el perfil de los puestos requeridos”; “en el área administrativa se detecta elevado gasto en personal y falta de transparencia, desequilibrio de la estructura remunerativa e ineficiencia en la función”; “la falta de compromiso y dedicación laboral provoca deficiente atención a la comunidad, la baja capacitación y profesionalización del personal provoca una baja producción”. Insisto, por las dudas, a todas estas cosas no las digo yo, están en un documento oficial del PECU publicado en el marco de un convenio entre la Municipalidad y el Consejo Federal de Inversiones.

Es obvio que en 25 años pasaron muchas cosas, para mal y para bien, y que debe necesariamente haber habido avances en algunas cuestiones y retrocesos en otras; pero de todos modos está claro que muchos de esos problemas persisten, aunque sea parcialmente, e incluso algunos se han agravado. Más cerca en el tiempo, el año pasado, en el marco del proceso de revisión del Código de Ordenamiento Urbano, el equipo técnico del Instituto de Gestión de Ciudades consideró que “Concepción del Uruguay debe animarse a pensar en grande y aprovechar su gran potencial para posicionarse como una ciudad intermedia de referencia en la región y en el país, en un proceso sostenido de participación ciudadana, construcción de acuerdos y fortalecimiento de la autoestima local”.

Los problemas que vienen desde hace mucho, y los más nuevos, y los del futuro que es necesario evitar, requieren diagnósticos claros y propuestas adecuadas. Quienes pretenden gobernar la Municipalidad de Concepción del Uruguay harían bien en elaborarlas y ofrecerlas prolija y detalladamente al electorado, o sea al soberano. Y los ciudadanos haríamos bien en reclamarlas, y en exigir luego que quienes gobiernen tengan a esas propuestas como su hoja de ruta. Para que a 240 años de su fundación, lo mejor de la Capital Histórica de Entre Ríos y Cuna de la Organización Nacional esté por venir.- 

 

Publicado en el diario La Calle el día 25 de Junio de 2003.-

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lunes, 19 de junio de 2023

UN INSTRUMENTO POLÍTICO DEL SIGLO XIX PARA EL SIGLO XXI

Por José Antonio Artusi

El lunes pasado, en Parque Norte, en la ciudad de Buenos Aires, una vieja herramienta de acción política volvió a exhibir su vigencia y sirvió para mostrar que la contradicción fundamental no es entre vieja y nueva política sino en todo caso entre mala y buena.  Me refiero a la sesión de la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical.

Se puede ser viejo y a la vez progresista en serio, liberal genuino, republicano convencido y reformista consecuente. Se puede ser viejo y aún así reivindicar las banderas del cambio y la innovación respondiendo a las demandas del presente, sobre todo de los jóvenes, para construir un futuro mejor. Y se puede ser joven y a la vez conservador, autoritario, populista y reaccionario. No es la edad de las personas, ni la de las instituciones, la que determina su carácter.

El lunes, mientras viajaba a Parque Norte, iba pensando qué podía decir cuando me tocara intervenir. Y se me ocurrió que debía insistir con algo parecido a lo que había dicho en ese mismo recinto hace 4 años, en 2019, cuando ratificamos nuestra participación en una coalición que pasó a denominarse Juntos por el Cambio. Al acreditarme ví la frase que estaba presente en la cartelería de la Convención y me dí cuenta de que me podía servir como leit motiv: “unir y gobernar”.

Dije por lo tanto que en primer lugar es imperioso, como siempre, garantizar la unidad del radicalismo. Nuestra larga historia nos muestra que cada vez que el radicalismo se fracturó el sistema republicano en su conjunto sufrió las consecuencias. En segundo lugar garantizar la unidad y la cohesión de Juntos por el Cambio; alianza que resolvimos, por unanimidad, seguir integrando. Por eso me permití, con humildad, sin soberbia, pero con firmeza, hacer un llamado respetuoso a los compañeros de los demás partidos de la coalición para que cuiden a su vez la unidad de sus respectivas organizaciones políticas, y fortalezcan de esa manera a Juntos por el Cambio. Sostuve que estábamos dando en ese sentido en la sesión de la convención un modesto pero valioso ejemplo de unidad, debate horizontal de ideas y propuestas, y democracia interna. Delegados de todas las provincias, de diversos sectores internos, de distintas edades y trayectorias, con distintas tonadas, pudimos discutir en un clima de respeto, sin descalificaciones ni chicanas, tomamos decisiones y resolvimos cuestiones concretas. La coalición que integramos se trata de una herramienta demasiado valiosa y trascendente como para no cuidarla o ponerla en riesgo por ambiciones personales o cuestiones menores. Es el instrumento que nos debe permitir ganar las elecciones de este año y gobernar exitosamente la Argentina para sacarla del marasmo en que se encuentra tras la desastrosa gestión de este gobierno calamitoso de los Fernández, Alberto y Cristina; sin dudas el peor desde la restauración de la democracia, hito del que se cumplirán 40 años el 10 de Diciembre. En tercer lugar, la unidad no puede ser una cuestión meramente declamativa; sino que debe estar cimentada en sólidos acuerdos en torno a un programa de gobierno ambicioso pero a la vez factible y realista, con diagnósticos certeros y propuestas efectivas que permitan comenzar a transformar a la República Argentina en un país próspero, con libertad e igualdad para todos sus ciudadanos.   

A ese programa de gobierno, precisamente, hicimos un aporte sustancial aprobando los lineamientos para el período 2023 – 2017 elaborados por los equipos técnicos de la Fundación Alem, tras un trabajo intenso de diversas comisiones que contaron con la participación de hombres y mujeres de todo el país. El Presidente de la Fundación, Agustín Campero, señaló en este sentido que “un partido político debe decirle a la sociedad qué piensa acerca del futuro, hacia dónde ir, qué medidas hay que tomar para que podamos vivir mejor. Eso hicimos con cientos de especialistas en todas las áreas de gobierno”.

Aprobamos también, porque hay que predicar con el ejemplo, y a lo que proponemos para las políticas públicas en general lo aplicamos a la vida interna de nuestro partido, un protocolo para erradicar y prevenir la violencia y discriminación por razones de género u orientación sexual.  Nerina Neumann lo expresó claramente; la UCR "es el primer partido que va a tener un protocolo específico sobre violencia de género, es el primer partido de este país que trabaja para dentro lo que luego quiere hacer para afuera".

El documento que aprobamos, denominado “Del dolor a la esperanza”, sostiene que “nuestro país tiene que evitar tanto la repetición de las políticas y los protagonistas que nos llevaron a esta devastación, como así también las tentaciones excéntricas, temerarias y engañosas que implican saltos al vacío en términos políticos y democráticos y consecuencias sociales y económicas desastrosas”.

Finalmente, suscribo y enfatizo algo que dijo el Presidente de la Convención, Gastón Manes: “no hay democracias sin partidos. Sin partidos, la sociedad queda frente a un espejo roto y los gobiernos fracasan. Para eso se requiere más sensatez, menos personalismo y más juego en equipo. Los argentinos no le piden a la política soluciones mágicas; sí piden autenticidad. Quieren que los dirigentes marquen el rumbo con nitidez, no con chicanas o tacticajes”.      

 

Publicado en el diario La Calle el día 18 de Junio de 2023.-

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EL TURISMO Y LA VIVIENDA; CÓMO CONCILIARLOS

Por José Antonio Artusi

Es cada vez más evidente que el sector turístico está llamado a ser uno de los principales pilares de la generación de empleo y riqueza. Un informe de la Organización Internacional del Trabajo de 2022 señala que “el turismo es una actividad que atrae la atención de los gobiernos debido a su rol como motor de los procesos de desarrollo económico, particularmente a nivel regional. Es una actividad intensiva en empleo donde coexisten firmas de diferentes tamaños en ecosistemas empresarios dinámicos con efectos positivos sobre la distribución del ingreso. Tiene anclaje territorial, genera divisas (aunque no siempre con un saldo positivo considerando el turismo receptivo y el emisivo) y es un potencial integrador y / o articulador de otras actividades productivas”. Ese mismo informe consigna que “según estimaciones del Ministerio de Turismo (2015), todas las Ramas Características del Turismo creaban en 2014 un total de 1,08 millones de puestos de trabajo, es decir, el turismo aportaría alrededor del 9,2 por ciento del total de los empleos de la Argentina”.

En un contexto en el que la automatización de los procesos productivos y la inteligencia artificial afectarán indudablemente a todas las actividades económicas, el turismo se posiciona con características diferenciales. En efecto, si bien es cierto que algunas actividades turísticas pueden ser automatizadas o afectadas por la tecnología, como la reserva de alojamiento en línea, el turismo sigue siendo una industria centrada en la experiencia y el contacto humano. Muchos aspectos del turismo, como la atención al cliente, las guías turísticas y la oferta de experiencias auténticas, requieren de interacción humana y conocimiento local, lo que limita el impacto de la inteligencia artificial en este sector.

Sin embargo, si no se planifica adecuadamente su desarrollo – como toda actividad económica – el turismo puede generar efectos indeseados. Uno de ellos consiste en que la demanda de alojamiento en una determinada localidad por parte de los turistas aumenta los precios del suelo y de los inmuebles, perjudicando de esa manera la asequibilidad a la vivienda por parte de los pobladores locales. De esa manera, buena parte de los beneficios que se obtienen en términos de mejores empleos y aumento de ingresos se ven relativizados por un aumento en la cantidad de recursos que se deben destinar para acceder a una vivienda adecuada, ya sea en propiedad o en alquiler. Lo que se gana por un lado se pierde por el otro, afectando especialmente a quienes perciben menores ingresos. Es así que es frecuente observar en muchas ciudades que han sido exitosas en promover su desarrollo turístico diversas formas de resistencia a algunas de las modalidades que surgen para dar respuesta a las demandas de los turistas. Un ejemplo reciente en este sentido es demonizar a plataformas de alquiler temporario de alojamiento por los efectos negativos en el encarecimiento de los alquileres y la disminución de la oferta de viviendas para residencia permanente. Sin embargo, el problema no radica allí. El problema no son esas plataformas. El verdadero problema radica en que no se recupere y reinvierta de manera eficaz la valorización del suelo generada por la comunidad y por el Estado que redunda en más y mejores atractivos turísticos. Lamentablemente, eso es lo que sucede la mayoría de las veces. La mayor demanda turística genera empleos, inversiones y divisas, pero a la vez dispara los precios del suelo y de las viviendas y si la política tributaria no ayuda y las expectativas son que esa demanda siga subiendo, alimenta procesos de especulación inmobiliaria. Una salida tonta a este dilema sería intentar poner trabas a la actividad turística. Pero la salida es por otro lado. Si una localidad es muy exitosa en materia turística eso evidentemente hará subir los precios del suelo bien localizado en ese destino, en el que el Estado seguramente habrá invertido enormes sumas en redes de infraestructura, equipamiento y sistemas de transporte. Ese mayor valor puede – y debe – ser recuperado por el Estado a través de diversos instrumentos, tributarios y no tributarios. Y luego podría ser reinvertido precisamente como un antídoto para revertir los efectos negativos causados por la actividad turística, en este caso el encarecimiento de las viviendas, a través de la financiación de obras que aumenten la oferta de suelo urbanizado y viviendas destinadas a los pobladores locales. Se pondría de esa manera en marcha un círculo virtuoso en el que a mayor actividad turística correspondería mayor recuperación y reinversión de las plusvalías urbanas que se generen, con lo que se lograría aprovechar al máximo los beneficios y morigerar o neutralizar los probables perjuicios. 

No se trata de matar a la gallina de los huevos de oro, ni de ver enemigos donde no están, ni de pegarse innecesariamente tiros en los pies. Se trata, por el contrario, de aprovechar al máximo una actividad de enorme futuro como es el turismo, pero haciéndolo de manera inteligente, aprovechando al máximo sus aspectos positivos y mitigando racionalmente sus posibles efectos colaterales negativos.-  

 

Publicado en el diario La Calle el día 11 de Junio de 2023.-

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martes, 6 de junio de 2023

EL EJEMPLO DE DETROIT

Por José Antonio Artusi

El Intendente de Detroit, Mike Duggan, publicó en su cuenta de Twiiter el 1º de Junio pasado lo siguiente: “En Detroit, se premia el deterioro y se castigan los edificios. Pero con el plan de Impuesto al Valor de la Tierra podemos solucionarlo. Y continuar difundiendo la belleza en cada rincón, dentro y fuera de Detroit.”

Siempre me pareció una tontería esa idea absurda que sostiene que no se puede aprender de la experiencia ajena. De ser así estaríamos condenados a seguir inventando eternamente la rueda y la pólvora. Si hay algo que ha permitido precisamente el progreso de la humanidad es nuestra capacidad de aprender y mejorar sobre la base de lo que piensan, hacen y escriben otros. Es obvio que ninguna ciudad es igual a otra, y que no se pueden extrapolar experiencias de manera acrítica, sólo porque funcionaron en otro lado en determinadas circunstancias. Pero también debería ser obvio que todas las ciudades – y todos los países – comparten algunos atributos que tienen validez universal. No es casualidad que algunas malas ideas no hayan funcionado nunca en ningún lugar; los controles de precios por ejemplo. Y tampoco es casualidad que algunas buenas ideas, de mediar las condiciones requeridas, siempre sean efectivas, con los matices y variables que surgen evidentemente de las diferencias que siempre existen entre sociedades diversas.

Por lo tanto, la gestión del intendente de Detroit, que ya puede exhibir algunos logros considerables en el marco de la recuperación de esa ciudad tras la crisis que se derivó de la decadencia de la industria automotriz, puede servir como un interesante laboratorio de experiencias del que pueden sacarse conclusiones interesantes y aprendizajes factibles de ser aprovechados en otras latitudes.

La recuperación económica de Detroit se ha basado en una combinación de factores y estrategias implementadas en los últimos años. Algunos de los elementos clave que han contribuido a la recuperación de la ciudad incluyen:

Diversificación económica: Detroit ha buscado diversificar su base económica más allá de la industria automotriz, que históricamente ha sido el pilar de la economía local. Se ha fomentado el crecimiento de sectores como la tecnología, la salud, y las energías renovables. La ciudad pasó de tener una tasa de desempleo del 18%, la más alta de Estados Unidos, a una de 5,8% en Abril, la más baja desde 2000.

Atracción de inversiones: La ciudad ha trabajado en atraer inversiones tanto nacionales como internacionales. Se han creado incentivos fiscales y programas de apoyo para atraer a empresas y emprendedores a establecerse en Detroit, generando empleo y revitalizando áreas degradadas.

Desarrollo urbano: Se han llevado a cabo proyectos de desarrollo urbano que buscan mejorar la calidad de vida de los habitantes y atraer a nuevos negocios y residentes a la ciudad. Esto incluye la mejora de barrios, la revitalización de espacios públicos, la construcción de nuevas viviendas y el fomento de la vida cultural.

Educación y capacitación: Se han implementado programas para mejorar la calidad de la educación en la ciudad y proporcionar oportunidades de capacitación laboral para los habitantes locales Esto ha ayudado a mejorar las habilidades de la fuerza laboral y aumentar las oportunidades de empleo.

 

Colaboración público-privada: La colaboración entre el sector público y el sector privado ha sido fundamental para impulsar la recuperación económica. Se han establecido asociaciones para la ejecución de proyectos, la creación de empleo y el apoyo a emprendedores y startups.

Es importante destacar que la recuperación económica de Detroit es un proceso en curso y todavía enfrenta desafíos. Es aquí donde entra en acción el propuesto “Land Value Tax Plan”. El Plan de Impuesto al Valor del Suelo de Detroit, que en realidad no implica crear ningún impuesto nuevo sino simplemente reformar el impuesto inmobiliario vigente, es una propuesta implementada por la Oficina del Director Financiero para ayudar en la recuperación de la crisis que afectó a Detroit. El objetivo principal del plan es cambiar el sistema impositivo existente, que se basa en gran medida en el valor de las construcciones, a un sistema basado en el valor del suelo.

En resumen, el plan propone que los impuestos a la propiedad inmobiliaria se calculen principalmente en función del valor del suelo en lugar del valor total de la propiedad incluyendo construcciones y mejoras. Esto implica que los propietarios de tierras vacantes o infrautilizadas, especialmente en áreas con alto potencial de desarrollo, pagarían impuestos más altos, mientras que los propietarios de propiedades con estructuras valiosas pero en terrenos menos costosos pagarían menos. Los propietarios de viviendas pagarían entre 500 y 2000 dólares menos por año, mientras quienes especulan con terrenos vacantes y causan deterioro en áreas consolidadas obviamente pagarían más.

El impacto esperado de este plan es estimular la inversión y el desarrollo de la ciudad, ya que se espera que propietarios de tierras vacantes o subutilizadas las destinen a un uso más productivo para evitar impuestos relativamente más altos. Esto podría fomentar la construcción de viviendas, negocios y otros proyectos en áreas actualmente abandonadas, lo que a su vez podría generar empleo.

Además de contribuir a la recuperación económica de Detroit, el plan también busca abordar la cuestión de las propiedades abandonadas y el deterioro urbano al fomentar la rehabilitación de terrenos. Se espera que el cambio en el sistema impositivo promueva un mejor uso del suelo y una mayor eficiencia en la asignación de recursos en la ciudad.

En general, el Plan de Impuesto al Valor del Suelo de Detroit, que requiere todavía la aprobación por parte de la legislatura del Estado de Michigan, tiene como objetivo impulsar el desarrollo económico, reducir la desigualdad y revitalizar la ciudad al incentivar la inversión y el uso productivo del suelo urbanizado. Sigamos de cerca el caso de Detroit.-


Publicado en el diario La Calle el día 4 de Junio de 2023.- 

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