jueves, 28 de diciembre de 2023

ISIDORO NEYRA

Por José Antonio Artusi

Hay una historia local, lugareña (¿una micro historia?) todavía poco investigada y menos conocida. Una mirada atenta a lo micro, a lo local, a lo “pequeño”, a lo cercano, a lo coyuntural, tiene la potencialidad de aportar elementos que permitan entender mejor los procesos estructurales que se dan en lo macro, en la gran escala, en los procesos que abarcan realidades diversas y extensas en el tiempo y en el espacio.

Rodolfo Leyes, en un trabajo titulado “¿Sindicatos de izquierda y obreros radicales?”, señala que “el 18 de marzo de 1943, Juan Balsechi, tal vez, el más destacado sindicalista de la provincia de Entre Ríos, fue excarcelado por la Justicia, que lo tenía preso desde hacía unas semanas por un conflicto en el puerto de Concepción del Uruguay. El mismo día de su libertad, compartió tribuna con el Senador provincial y Presidente de la UCR de Uruguay, Isidoro Neyra,…”.

Isidoro Neyra nació en 1904 y murió en 1962. Egresó con el título de maestro de la Escuela Normal de Concepción del Uruguay en 1922. Fue un destacado dirigente de la Unión Cívica Radical del Departamento Uruguay, llegando a ocupar numerosos cargos partidarios. Fue un decidido impulsor de la reunificación del radicalismo entrerriano que se concretó en 1935, tras el cisma de la década anterior entre yrigoyenistas y antipersonalistas. A los 25 años ocupó una banca de diputado provincial, mandato que desempeñó entre 1929 y 1931. En 1937 fue designado Jefe de Policía del Departamento Uruguay, y entre 1939 y 1943 representó al departamento como senador provincial. Su militancia opositora contra el gobierno nacional que fue depuesto el 4 de Junio de 1943 continuó contra el gobierno de facto que lo sucedió y contra el que asumió el 4 de Junio de 1946 tras las elecciones de Febrero de ese año, que llevaron a Juan Domingo Perón a la Presidencia. Esa postura le valió numerosos arrestos. En 1952 fue candidato a Vicegobernador, completando la fórmula que encabezó Fermín Garay. El peronismo se impuso con contundencia en esa elección, obteniendo una holgada ventaja sobre la fórmula radical, que obtuvo el segundo lugar. En 1955, tras el golpe que derrocó a Perón, Neyra fue designado Ministro de Educación por la intervención federal que había asumido el gobierno provincial. Enrique Pereira lo recuerda como “consecuente, apasionado y corajudo, además de un hombre austero y de gran formación intelectual”. “Patán” Neyra también incursionó en el periodismo, siendo director de los periódicos “Tribuna”, identificado con el radicalismo antipersonalista, y “Libertad”.

Una faceta menos conocida quizás de la trayectoria de Neyra es su vinculación con el mundo sindical. Rodolfo Leyes señala en su tesis doctoral que “en 1933 aparece, junto a los dirigentes sindicales de Concepción del Uruguay, propiciando un encuentro de los gremialistas con el gobernador para solicitar el indulto para unos obreros. En 1938 vuelve aparecer cerca de los obreros como comisario de Concepción del Uruguay, cuando logra sentar en una misma mesa a los trabajadores de la construcción ocupados en el Colegio Nacional y a la empresa constructora para firmar un pliego que era favorable a los obreros. Será años después, ya como senador, el responsable del envío de telegramas para reclamar por la libertad de Juan Balsechi, principal referente de la Unión Obrera Departamental de Concepción del Uruguay, apresado en el puerto de aquella ciudad bajo jurisdicción nacional”.

En un trabajo en el que analiza un período en el que “se comienza a reconocer el acercamiento a sectores políticos burgueses que manejaban el estado, en particular, el radicalismo” por parte de ciertos sectores sindicales, Leyes narra que “el primero de mayo de 1939 se celebró en la localidad de Colón con la concurrencia de militantes de otras localidades. Durante el acto se refirieron a las condiciones laborales, la situación de pobreza y desocupación. Pero uno de los referentes más importantes del gremialismo provincial, Juan Balsechi, dedicó parte de su discurso al reclamo por el incumplimiento de la ley de ocho horas laborales en el frigorífico local... Meses después el senador radical, cercano a los sindicalistas, Isidoro Neyra presentó una minuta para derogar la excepción a la ley de ocho horas de trabajo y encontró el apoyo de los sindicalistas que saludaron la medida”.

La lucha contra el fascismo constituyó otro punto de coincidencia entre el radicalismo y sectores sindicales. Rodolfo Leyes recuerda que “a mediados de los treinta, la lucha antifascista contaba con elementos endógenos que obligaron a todas las fuerzas “progresistas” a acercarse. Uno fue el proyecto de ley del conservador Sánchez Sorondo sobre la represión al comunismo –lo que implicaba la represión de casi toda manifestación de izquierda-. Otro tema preocupante eran los constantes ataques de las fuerzas reaccionarias a través de la prensa, con llamados a atacar a la población judía y a los gremialistas. Así fue que, en octubre de 1936, en medio de la discusión de una ofensiva de las fuerzas de derecha nacionalistas, se realizaron una serie de actos contra la reacción, a los que adhirieron varios partidos... Juan Balsechi fue el orador designado por la UOD. Días más tarde, se informó que las agrupaciones que respondían al “Frente Popular” (sic) habían logrado un acto con un gran público que alcanzó los 2.000 participantes, que había comenzado con la entonación del Himno Nacional. El primero en hacer uso de la palabra fue el radical Isidoro Neyra.”.-


Publicado en el diario La Calle el día 24 de Diciembre de 2023.-

Leer más...

lunes, 11 de diciembre de 2023

ERNESTO SAMMARTINO

Por José Antonio Artusi

Ernesto Sammartino nació en Ramallo el 4 de Enero de 1902 y murió en Buenos Aires el 7 de Enero de 1979. Tras recibirse de abogado se trasladó a Paraná, donde comenzó su participación política en el radicalismo, en el que ejerció numerosas responsabilidades.

En la década del 30 fue solidario con la República Española contra el falangismo franquista. Escritor y periodista, llegó a ser director de El Diario de Paraná y de otros periódicos. A los 31 años formó parte del brillante cuerpo de convencionales que reformó la Constitución de Entre Ríos en 1933. Sammartino propuso y obtuvo la inclusión del sufragio femenino, avance que lamentablemente no fue reglamentado en ese momento por la Legislatura.    

Entre 1936 y 1940 ocupó una banca en la Cámara de Diputados de la Nación, electo por la provincia de Entre Ríos. Volvió a ejercer ese cargo en 1946, pero ya en representación de la Capital Federal, donde se había radicado. Su mandato culminaba, obviamente, en 1950, pero fue expulsado de la cámara en 1948, y perseguido por el gobierno de Perón debió exiliarse en Montevideo, hasta 1955. Junto a Silvano Santander, Ricardo Balbín, Atilio Cattaneo y Agustín Rodríguez Araya integró el selecto grupo de integrantes del bloque “de los 44” que fueron desaforados por el delito de expresar públicamente sus ideas, debiendo algunos enfrentar la cárcel y otros el exilio. En Montevideo se desempeñó como editorialista del diario El Día, vinculado al Partido Colorado. Retornó al país en 1955. Jamás ocupó cargo alguno en gobiernos de facto. Fue electo nuevamente diputado nacional en 1960, y su mandato se vió trunco por la disolución del Congreso en 1962 tras el golpe que derrocó al Presidente Frondizi. Durante la presidencia de Arturo Illia se desempeñó como embajador en el Perú, cargo al que renunció cuando aquel fue depuesto por la asonada de Onganía, siendo esa su última responsabilidad pública.  

En el Diccionario Biográfico Nacional de la Unión Cívica Radical Enrique Pereira señala que “su labor parlamentaria fue significativa de su capacidad, aún cuando fue opacada por su polémica personalidad, lo que le atrajo muchos adversarios, a los que no se privó de fustigar cuanto quiso, sin importar la situación, la oportunidad ni la desventaja. Algunas de sus frases lapidarias, a veces sacadas de contexto, a veces un tanto injustas, lo siguieron más allá de su muerte… fue un hombre cortés, amable y sencillo, de una honradez intachable, una especie de caballero de los viejos tiempos, para quien el dinero y la comodidad eran cuestiones muy secundarias… fue un ciudadano que, a su manera y en su tiempo, sirvió lealmente a la República”.

En la sesión en la que fue expulsado de la cámara Sammartino pronunció estas palabras: “No hemos venido aquí a ensayar reverencias frente al látigo… Esta no es una boite de moda ni un club social. Esta es la Cámara libre de un pueblo libre y un Presidente de la República no puede hablar como el jefe de una tribu al compás de tambores de guerra, para despertar el odio o la adhesión de las turbas ululantes”, a la vez que expresó su voluntad de “reincidir una y mil veces en usar el derecho de palabra y de pensamiento”.         

En un libro publicado recientemente, “El mito del gorila”, Osvaldo Pérez Sammartino, luego de describir las circunstancias que rodearon su intervención en la sesión en la que pronunció la recordada frase “aluvión zoológico”, señala que “es interesante detenerse un momento en su figura. El “aluvión zoológico” lo marcó desde entonces, aunque es evidente, como lo explicó muchas veces, que ese exabrupto fue dirigido a los diputados que lo agredían, no a los votantes del peronismo. Pero la expresión quedó asociada al más exacerbado gorilismo, entendido éste en su doble - y falsa – acepción de antiperonista y reaccionario… Dicho sea de paso, es curioso que quienes con tanta naturalidad llaman gorilas a sus críticos, sean tan susceptibles si los destinatarios de la animalización son ellos. Más curioso es que los no peronistas, y en especial los radicales, se sientan incómodos ante la mención de Sammartino. En buena medida, los atemoriza la ignorancia… Fue consecuente en combatir los totalitarismos tanto de izquierda como de derecha. Se lo podría calificar como un liberal progresista, lo opuesto a un oscurantista y reaccionario. Pero dijo “aluvión zoológico”…”.     

Reynaldo Vanossi, en una Comunicación de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, señala que Sammartino, “desde su banca defendió tenazmente la ley 1420 de enseñanza común, atropellada en la década del cuarenta, cuando el totalitarismo y el oscurantismo se adueñaron del Ministerio de Educación de la Nación” y que “en 1948 sostuvo la inmediata necesidad de reconocer al Estado de Israel”. A su vez, “denunció la infiltración nazi en nuestro país y la presencia de criminales de guerra amparados en los pliegues de cierta burocracia adscripta a las potencias derrotadas en 1945”.

Vanossi, tras recordar que sus luchas le costaron la “cárcel durante la dictadura militar inaugurada en el nefasto año 1943, más tarde su expulsión como diputado nacional y luego siete años de exilio”; enfatiza que “más de una vez recordó que nunca condenó los logros sociales del justicialismo sino a las mayorías parlamentarias regimentadas y obsecuentes que en su momento no apreciaron que las conquistas populares debían estar acompañadas de la democracia política y de respeto por las libertades individuales”.-

 

Publicado en el diario La Calle el día 10 de Diciembre de 2023.-   

Leer más...

miércoles, 6 de diciembre de 2023

LA REVISTA “SER”

 

Por José Antonio Artusi *

Se presentó el pasado día miércoles 29 de Noviembre en el Museo de la Ciudad el número 26 de la Revista SER, publicación del Instituto Superior de Formación Docente de la Escuela Normal Superior “Mariano Moreno”. Se trata de una edición especial, publicada a modo de homenaje con motivo del sesquicentenario de la escuela, por iniciativa del Centro Cultural “Justo José de Urquiza” y con el apoyo de la Municipalidad de Concepción del Uruguay y la empresa cooperativa Río Uruguay Seguros.

Tal como se expresa en el mensaje del equipo editor, “los 150 años de la Escuela Normal Mariano Moreno motivaron, entre otras actividades en homenaje, que el Centro Cultural “Justo José de Urquiza de Concepción del Uruguay impulsara la feliz idea de realizar cuatro conferencias sobre diferentes temáticas vinculadas a la historia de la importante institución educativa uruguayense. Estas cuatro conferencias son las que abren esta edición de la revista SER, a modo de dossier sobre el aniversario, cuando se cumple un siglo y medio de fructífera vida institucional”.

Cabe recordar que recientemente un grupo de profesores y estudiantes de los cursos del profesorado de la Escuela Normal concretaron un proyecto sumamente interesante, que consistió en la digitalización de los 25 números publicados de la histórica Revista SER, entre 1962 y 1994. El trabajo, que demandó varios meses de meticuloso trabajo, permitió digitalizar el contenido de esos textos y publicarlos en la página web de la escuela.

En la contratapa del nuevo número de la revista puede leerse que “nació en 1962 en el seno de los cursos del profesorado… Desde su aparición se propuso ser una “revista de investigación” concebida como “una manera útil de complementar la enseñanza superior”. Su mentor principal fue el ilustre profesor Roberto Angel Parodi, junto al entusiasta cuerpo de docentes de esa época fundacional. Este número especial es un homenaje vivo y dinámico a la Escuela Normal en sus 150 años y a la vez a aquella aventura educativa, histórica, filosófica y científica con más de tres décadas de labor, que hoy renace con nuevo vigor”.

En este número, tras el mencionado dossier se pueden encontrar artículos de investigación de autoría de profesores y estudiantes del establecimiento y textos inéditos de poetas y escritores entrerrianos. El dossier está complementado por material fotográfico que complementa los artículos y los textos de la segunda parte cuentan con ilustraciones de artistas locales.

Volviendo al mensaje del equipo editor, se señala allí que “las repercusiones de SER en la época fueron muy destacadas: diarios y publicaciones de alcance nacional destacaban la labor de la revista, y en sus páginas además de los prestigiosos docentes de la casa hay trabajos de algunas de las más destacadas figuras de las letras, las artes y las ciencias de Entre Ríos y algunas del país… Hubo intercambio epistemológico de SER con centros de investigación de América Latina, de Estados Unidos y de España. Héctor Buenaventura Sauret definió a la revista/libro como “el ejemplo cultural de Entre Ríos”. Tal fue su importancia y su aporte en el prestigio creciente de los cursos del Profesorado de la Escuela Normal.”

Corresponde felicitar y agradecer a todas las personas e instituciones que han hecho posible esta feliz iniciativa, en la senda de las mejores tradiciones de la riquísima historia educativa y cultural de la Cuna de la Organización Nacional. Es de desear que esta edición especial sirva como estímulo para que el año que viene podamos asistir a la presentación del número 27 de la revista y se retome la frecuencia anual de esta valiosa publicación. Y también para que otras instituciones se sientan alentadas a llevar adelante sus propios proyectos editoriales, alimentados por el trabajo fecundo de investigadores, escritores y artistas de nuestra ciudad y de otras latitudes.-  

 

*  José Antonio Artusi integra la Comisión Directiva del Centro Cultural “Justo José de Urquiza”.-

 

Publicado en el diario La Calle el día 3 de Diciembre de 2023.-

Leer más...

lunes, 27 de noviembre de 2023

CASABLANCA

Por José Antonio Artusi

Se cumplen 81 años del estreno de Casablanca, la película dirigida por Michael Curtiz y protagonizada por Ingrid Bergman y Humprey Bogart, que obtuvo el Oscar a la mejor película en 1943. Casablanca es por lejos la película que más veces ví. Me tiene sin cuidado lo que digan los críticos, para mí es una obra de arte imperecedera y quizás insuperable que me sigue emocionando cada vez que vuelvo a la escena de la Marsellesa, o a la del final, o tantas otras.

Más allá de la estética y la emoción, es imposible no ver en Casablanca un mensaje político e ideológico. Recordemos que se estrenó en plena segunda guerra mundial, cuando todavía el resultado del conflicto era incierto.  En el momento de su estreno la revista Variety la describió como una “espléndida propaganda anti Eje”.    

Marcelo Birmajer, entrevistado en la revista Seúl hace un par de semanas, dijo algo muy interesante, donde “Casablanca” aparece como una metáfora, un símbolo de la resistencia contra el fascismo, un instrumento de comunicación eficaz en pos del triunfo de la libertad y la democracia: “Estamos hablando de momentos terribles, trágicos o catastróficos. No estamos hablando de que salgo a la calle y hay una disputa, estamos hablando de la supervivencia y de la libertad del mundo. Muy bien, el intento de solución es la construcción de un consenso intelectual contra el islamonazismo de la suficiente consistencia y contundencia como existió entre el ’39 y el ’45… Te estoy hablando de Casablanca, te estoy hablando de Roosevelt, te estoy hablando de Churchill, te estoy hablando de esa mancomunión que existió entre todas las personas libres de la Tierra que era indubitable. Tiene que existir ese consenso, tenemos que derrotar incondicionalmente al nazismo”.

Es posible observar cierta similitud entre el momento histórico que retrata Casablanca y las horas oscuras que vivimos actualmente. Pero también es necesario detectar las diferencias. Los nazis ocultaban sus crímenes más horrendos, y nunca asumieron pública y formalmente su pretensión genocida de borrar de la faz de la Tierra al pueblo judío. Los terroristas de Hamas filmaron y difundieron la barbarie inenarrable del pogromo del 7 de Octubre y no fueron pocos, incluso en Occidente, que lo celebraron alborozados. Hamas dice abiertamente en su carta fundacional y sus líderes lo repiten a quien quiera escuchar, que su propósito es eliminar al Estado de Israel e implantar un califato absolutista.  

En nuestro país, como en todo Occidente, cierta izquierda a la que no le cabe otro calificativo de neo nazi no sólo se ha negado a condenar los horrendos crímenes de Hamas contra personas indefensas y el secuestro de centenares de rehenes inocentes de todas las edades sino que los ha reivindicado, y pretende contra toda evidencia acusar al Estado de Israel de genocida y negarle su legítimo derecho a proteger a su pueblo. Como bien dice Marcelo Birmajer, sin vueltas, “esta izquierda que celebra la muerte de judíos es nazi, como la alianza entre Stalin y Hitler entre el ’39 y el ’41”.

Las alabanzas al asesinato de miles de inocentes no son novedosas. Ahora que se vuelve a hablar  de Osama Bin Laden, es oportuno recordar que Hebe de Bonafini defendió el ataque a las Torres Gemelas en 2001 y hasta se alegró por esa tragedia. Horacio Verbistsky le contestó en un artículo en el que condenaba a los “asesinos seriales de Hamas” y destrozaba las incoherencias de Hebe de Bonafini intentando justificar la barbarie de Al Qaeda; aunque cometiendo el despropósito de poner como dos demonios equiparables a Hamas y los colonos - según él fascistas - del primer ministro israelí Ariel Sharon. Paradójicamente, luego Sharon fue quien implementó la retirada unilateral israelí de Gaza en 2005. 

“No es una guerra, es un genocidio”, proclaman agrupaciones trotskistas. Sí, es una guerra y la inició Hamas el 7 de Octubre de la manera más cruel e inhumana contra civiles indefensos. Y no, no es un genocidio. Genocidio es lo que quiere hacer Hamas (y el régimen iraní) contra el pueblo israelí y lo proclaman con sinceridad. Goebbels tiene nuevos discípulos.

Por otro lado, además de las ruidosas consignas de la izquierda neo nazi, hay muchos silencios ensordecedores en estas horas oscuras. Quizás los que serán recordados como la mayor infamia son los de organizaciones que nacieron como abanderadas del feminismo y la defensa de los derechos humanos. El “ni una menos” y tantas otras consignas parece que no son válidas si las víctimas son mujeres judías. Después del peor crimen contra judíos desde el Holocausto una ominosa y gigantesca ola de antisemitismo y antisionismo recorre el mundo.

El planteo de contradicciones fundamentales puede sonar un poco maniqueo, pero es necesario seguir reconociendo el bien y el mal, para no caer en el riesgo de que cierto relativismo perverso nos lleve a justificar cualquier aberración en nombre de particularismos culturales o identitarios.

Hoy está claro de qué lado están la libertad, la igualdad y la democracia y de qué lado la opresión y la teocracia fundamentalista.

Está claro de qué lado están los valores de la República y de qué lado los de un califato totalitario. 

Está claro de qué lado está la defensa irrestricta de la universalidad de los derechos humanos y de qué lado el relativismo cultural que legitima su violación sistemática en nombre de una supuesta ley divina.

Está claro de qué lado está la vigencia de los derechos de las mujeres y los homosexuales y de qué lado la sumisión y represión machista, misógina y homofóbica.   

Está claro de qué lado está la libertad de expresión y de qué lado la censura.

Está claro de qué lado está la libertad de culto y la tolerancia y de qué lado la religión oficial elevada al rango de ley impuesta para todos y la represión de las demás.  

Como en Casablanca, como en 1942, no es tan difícil saber de qué lado hay que estar.-

 

Publicado en el diario La Calle el día 28 de Noviembre de 2023.-

Leer más...

viernes, 24 de noviembre de 2023

Unidad, Cambio, y Renovación

Carta abierta a mis correligionarios:

La Unión Cívica Radical se enfrenta a un desafío trascendental, uno más en su larga y fecunda historia al servicio de las causas de la libertad y la igualdad. La renovación de las autoridades de su Comité Nacional constituye en este sentido una oportunidad ineludible para iniciar un proceso de profundas transformaciones en la estructura y en la dinámica del partido.

Este desafío está atravesado por 3 consignas fundamentales, que unidas coinciden con las siglas de la UCR: Unidad, Cambio y Renovación.  

Unidad. La unidad de los radicales contenidos en la organización partidaria es un requisito indispensable para cualquier posibilidad de recuperación. La UCR nació de un cisma, y quizás esa circunstancia la predispuso a una permanente tendencia a dividirse en ramas que reclamaban cada una por su lado el monopolio de la pureza doctrinaria. Debemos ser el único partido en el mundo cuya marcha dice literalmente “que se rompa”. Nada bueno surgió de las divisiones de la década del 20 ni del cisma del 58 ni de la libanización del 2001. Cada vez que el radicalismo se dividió le dimos aire a opciones retrógradas y populistas, y condenamos a la ciudadanía a tener que optar entre alternativas que no tenían nada bueno que ofrecerle a la República. La unidad como componente estratégico de nuestra acción política no puede, obviamente, esconder debajo de la alfombra diferencias insalvables, pero sí debe ofrecer un margen razonable de flexibilidad que contenga a los diversos matices en el marco de nuestras concepciones pétreas. Quienes creyeron, profundamente equivocados, que el peronismo en cualquiera de sus versiones podía significar una alternativa válida de canalización de los ideales del radicalismo ya se han ido y lo único que deberían hacer es renunciar a su afiliación.  

Cambio. Ese hermoso y poético texto que es nuestra Profesión de Fe Doctrinaria - recordarlo nunca está de más - dice expresamente que “para el Radicalismo los fines son inalterables: los de la libertad y los de la democracia para la integración del hombre, así como pueden ser variables los medios porque son instrumentos, y variables son las condiciones sociales de la realización nacional”. Los fines son inalterables, pero los medios instrumentales que hemos implementado son en buena medida obsoletos y las condiciones sociales han cambiado profundamente. Es hora por ende de cambiar los medios. Cambiar los medios no puede ser una mera consigna gatopardista que se reduzca a maquillajes y retoques de circunstancia. Se imponen cambios de raíz; en nuestras normas, en nuestros métodos, en nuestras prácticas cotidianas, en nuestra comunicación, en nuestras estrategias proselitistas, en nuestras bases de acción política y en nuestras propuestas para un programa de gobierno. Esa revisión de nuestros postulados acerca delo que queremos para la sociedad argentina y cómo pretendemos lograrlo debe aproximarnos a las demandas y las exigencias de un partido moderno y preparado para gobernar de acuerdo a las condiciones cambiantes y complejas del siglo XXI, un partido político que se nutre de sus mejores tradiciones y sus principios inmutables pero que a la vez es capaz de hacer una profunda y sincera autocrítica y aprender en serio de sus propios errores y desvíos.    

Todo ello implica un proceso participativo y horizontal a lo largo y a lo ancho del país para involucrar a cada afiliado en pos de comprometerse a generar una nueva mística que recupere la confianza en nuestras propias fuerzas, sin la que no podremos transmitir la esperanza de un futuro mejor a la sociedad en su conjunto. Como dijo Yrigoyen en su momento, habrá que empezar de nuevo, con paciencia, con sentido estratégico, sin dejar que la coyuntura nos nuble la mirada hacia el futuro.   

Renovación. Se impone una profunda renovación de nuestros cuadros dirigentes a cargo de las máximas responsabilidades en la conducción del partido. La magnitud de los cambios imprescindibles expuestos más arriba demanda una dirigencia que no tenga vinculación directa con las tácticas y estrategias que a nivel nacional nos han llevado a este estado de situación, que sea capaz de concitar la suficiente credibilidad y confianza adentro y afuera de las filas partidarias. Sin tirar a nadie por la ventana, sin arrogancia ni soberbia por parte de nadie, asumiendo cada uno sus responsabilidades, es hora de dar paso a una nueva generación de dirigentes jóvenes y representativos, que se nutran de la fortaleza que dimana de nuestra presencia en gobiernos provinciales y locales, de nuestra activa presencia en el movimiento estudiantil, en organizaciones sociales y en la amplia geografía de casas radicales en todo el territorio nacional.  

La ciudadanía nos ha puesto a nivel nacional en el lugar de la oposición y es ese el rol que debemos desempeñar. Una oposición seria, responsable y constructiva; la contracara de la oposición intolerante y golpista que siempre lleva adelante el peronismo, la burocracia sindical, las corporaciones prebendarias y la izquierda marginal. Ser oposición, debe quedar claro, implica abstenernos por completo de ocupar responsabilidades en el actual gobierno nacional. Debemos preservarnos como alternativa. Ni los éxitos ni los fracasos de la próxima administración serán nuestros, y la ciudadanía lo debe advertir con claridad. Es clave por lo tanto no agotarnos en la mera oposición sino comenzar a construir una alternativa. Una alternativa basada en un sólido programa de gobierno y encarnada en una coalición de partidos políticos que compartan con nosotros principios, ideas y propuestas concretas; y no una mera conjunción de “espacios” que quizás sirven para ganar elecciones pero no para gobernar bien y llevar adelante las profundas transformaciones estructurales que nuestra sociedad demanda en todos los campos.      

El desafío es enorme y partimos de una situación harto difícil y compleja, pero ello no debe ser motivo de desánimo ni de pesimismo. Por el contrario, debe motivarnos a redoblar esfuerzos para encontrar los medios y los instrumentos que nos lleven a acercarnos a nuestros fines inalterables, los de la libertad y los de la democracia republicana en sentido integral.

Adelante radicales…!

 

José Antonio Artusi

Afiliado a la Unión Cívica Radical

 

Concepción del Uruguay, Cuna de la Organización Nacional, Noviembre de 2023.-  

Leer más...

martes, 21 de noviembre de 2023

NÉLIDA BAIGORRIA

Por José Antonio Artusi

Se cumplen 7 años de la muerte de Nélida Baigorria, una mujer extraordinaria que haríamos bien en rescatar del olvido.                  

Nélida Rosa Teresa Baigorria nació el 23 de junio de 1921 y murió el 26 de noviembre de 2016 en Buenos Aires. Maestra Normal, Profesora en Letras, toda su vida estuvo signada por un compromiso ineludible con la educación al servicio de la democracia y la construcción de una sociedad mejor. Ejerció la docencia durante más de 35 años. Conocía el mundo de la educación profundamente, desde adentro, combinando adecuadamente el rigor de los marcos teóricos con la experiencia concreta en el trato con estudiantes y docentes.  

Desde muy joven canalizó su vocación política en la Unión Cívica Radical. En el dañino cisma partidario de 1957 optó por la Unión Cívica Radical Intransigente, y en 1958 fue electa diputada de la Nación por la Capital Federal. Diferencias con el gobierno del Presidente Arturo Frondizi la llevaron a abandonar la UCRI y optar por la Unión Cívica Radical del Pueblo.    

En 1963 el Presidente Arturo Illia la designó Presidente de la Comisión Administradora de Radios y TV, cargo que ejerció con solvencia hasta el nefasto golpe de Estado de 1966. 

En 1984 fue designada por el Presidente Raúl Alfonsín como Presidente de la Comisión Nacional de Alfabetización. Al frente de ese organismo implementó el Plan Nacional de Alfabetización, política pública cuyo significativo impacto favorable fue reconocido por el Premio de la Asociación Internacional de Lectura en el concurso mundial de la UNESCO celebrado en París en 1988.

De Nélida Baigorria nos quedan su ejemplo de dedicación honrada a las causas nobles y sus textos, de una claridad conceptual inusual. Es oportuno que la recordemos, a modo de modesto homenaje, con sus propias palabras, escritas poco antes de su muerte:

“Los procesos educativos se extienden en el tiempo y se reservan el derecho de no mostrar sus efectos hasta que la evidencia, criterio de verdad que no necesita demostración, impone su veredicto. En nuestro país, la destrucción del brillante sistema educativo que nos destacó ante América latina y el mundo se inicia hace seis décadas y lentamente va socavando sus cimientos hasta llegar a la etapa terminal que es nuestro presente. Los primeros atisbos comienzan a verse en 1943, cuando el gobierno de facto vulnera los principios filosóficos de la sabia ley 1420 e inicia el camino de su derogación, efectivizada en 1947, durante el primer gobierno de Juan Perón.

A partir de ese momento, la educación argentina comienza su descenso involutivo, incentivado a través del tiempo por leyes, decretos y resoluciones que ratifican el objetivo prioritario de poner fin a la escuela popular del gran Sarmiento.

Esa inconcebible defección del Estado, frente al avance de la corriente privatista, no pasó inadvertida para maestros y políticos comprometidos con la educación popular, pero sus denuncias y recaudos para el futuro de las nuevas generaciones se consideraban agorerías mendaces.

Quienes fuimos no espectadores, sino protagonistas en los debates en los que se jugó el destino de la escuela pública, tenemos bien documentada, en los diarios de sesiones y en la prensa de la época, cuál fue nuestra posición en esa lucha implacable contra poderosísimos grupos de presión que nos acusaban de estar al servicio de ideologías totalitarias ajenas a la tradición democrática del país. Aducían, hipócritamente, que se trataba de un ataque a la enseñanza privada, aunque de la lectura de esos debates surge que nuestros amargos vaticinios se han consumado con el tiempo…

Para saber qué son los autodenominados "progresistas", deberíamos preguntarles: ¿son progresistas a la manera de Esteban Echeverría, de Alfredo Palacios, de Sarmiento, de Arturo Illia, de monseñor De Andrea, del inolvidable papa Pablo VI, cuya encíclica Populorum progressio seguramente jamás leyeron? Los "progres" que conocemos dicen luchar en defensa de la igualdad de oportunidades y, no obstante, nadie como ellos hizo que en nuestro país, el de la educación popular por excelencia, se profundizara el abismo entre las clases sociales, hasta lograr la trágica partición en escuelas para ricos y escuelas para pobres…

El lema mundial que acuñó la Unesco refleja un anhelo de la humanidad: "Educación para todos". La experiencia ha demostrado que la piedra basal para vencer la pobreza es la educación del pueblo. Es deber del Estado ofrecer en todas las escuelas públicas -por lo tanto, gratuitas- la mejor calidad de enseñanza. En el bicentenario de nuestra patria, el mayor homenaje será encender nuevamente la llama de la educación popular que iluminó la gran pasión de Sarmiento.” *

A 40 años de la recuperación de las instituciones de la Constitución, las palabras de Nélida Baigorria pueden servirnos como inspiración para valorar el rol insustituible de la educación como herramienta fundamental en la consolidación de una democracia genuina, profunda, en la que todos tengamos acceso a las condiciones materiales de la libertad, que nos posibiliten ejercerla con plenitud.- 

 

* : https://www.memo.com.ar/opinion/nelida-baigorria-el-dia-de-la-alfabetizacion-y-cambios-que-no-son-cambios/

 

Publicado en el diario La Calle el día 19 de Noviembre de 2023.-  

Leer más...

lunes, 13 de noviembre de 2023

EL 20 DE NOVIEMBRE

Por José Antonio Artusi

La ley nacional 20.770, promulgada el 9 Octubre de 1974, declara 'Día de la Soberanía' el 20 de noviembre de cada año, en conmemoración del Combate de la Vuelta de Obligado, librado en esa fecha en 1845. A su vez, el decreto 1584 del año 2010 estableció el 20 de Noviembre como uno de los días feriados nacionales y días no laborables. Hemos naturalizado ambas normas y la fecha es para muchos sólo un feriado más. Sin embargo, quizás haya llegado la hora de revisarlas. Hasta antes de 1974 la reivindicación del 20 de Noviembre como el “Día de la Soberanía” era un reclamo marginal de grupos violentos del nacionalismo católico integrista como Tacuara, agrupación abiertamente antisemita que reivindicaba a Hitler y Mussolini, entre otros deleznables personajes. 

En los considerandos del decreto 1584 se sostiene que “el 20 de noviembre de 1845, en la batalla de Vuelta de Obligado, algo más de un millar de argentinos con profundo amor por su patria, enfrentó a la Armada más poderosa del mundo, en una gesta histórica que permitió consolidar definitivamente nuestra soberanía nacional”. No son pocos los historiadores que discrepan con esta visión sesgada y antojadiza de este episodio y de los procesos estructurales de los que formó parte.  

La Historia está siempre sujeta a interpretaciones diversas, y las disputas sobre el significado de los hechos del pasado no son neutras; entrañan por el contrario una enorme capacidad de distinguir y valorizar las ideas que nos pueden ayudar a construir un futuro mejor, y a su vez a identificar y abandonar aquellas rémoras que nos atan a un estado de atraso y decadencia.  

No se puede hablar de la Vuelta de Obligado sin hablar de Rosas. Gustavo Gabriel Levene, en su Nueva Historia Argentina, nos advierte que “conviene, en efecto, no perderse entre las sombras dramáticas del terror “rosista” y examinar las consecuencias sociales y económicas de la tiranía, porque así descubriremos que hubo un plan; y éste consistió en restaurar, en lo posible, el pasado colonial. Si antes había existido el monopolio comercial, ahora la tiranía monopolizaba la tierra y el ganado, bases fundamentales de los saladeros”. Levene enfatiza el papel del régimen rosista al servicio de la consolidación de una oligarquía terrateniente conservadora y despótica: “una ley de mayo de 1836 prescribía “que el gobierno procederá a vender 1.500 leguas cuadradas de terrenos que están dados en enfiteusis y demás baldíos que pertenecen al Estado”. Esta ley suponía una actitud más resuelta en la lucha, iniciada años antes, para destruir la concepción de Rivadavia de que las tierras públicas no debían enajenarse. Estas 1.500 leguas fueron compradas por personajes vinculados con Rosas por la política o el parentesco. Otras disposiciones de fecha posterior terminaron por hacer de la tierra pública un premio a los partidarios de la tiranía… Tratada así la economía rural, los que no eran dueños de estancias debieron trabajar como peones y quedar sometidos al despotismo de los patrones”.

El carácter reaccionario de la tiranía de Rosas también puede advertirse en relación a su posición con respecto a la inmigración y la colonización. Gustavo Gabriel Levene nos recuerda en este sentido que “en Agosto de 1830, en uno de los primeros actos de su gobierno, Rosas había eliminado la Comisión de Inmigración que Rivadavia creara en 1824. Esta actitud de Rosas suponía renunciar a una política de efectiva colonización, y en verdad no hizo sino anticipar la orientación que entregó la tierra pública a los grandes propietarios…”.

Otro autor, Miguel Bravo Tedín, en un artículo publicado en Clarín en 2013 titulado “Combates que dejan huellas” argumenta que “Rosas inventó al menos entre nosotros “el terrorismo de Estado”. Dijo respetar al gaucho y lo mantuvo en la misma pobreza e ignorancia en la que estuvo siempre a la que agregó un sometimiento digno de un señor feudal. El reglamento que estableció para sus estancias lo confirma. No construyó ni una sola escuela en todo el país, instauró como política comunicacional la grosería y el insulto, el maltrato constante y la denigración al adversario, política que ha tenido hasta nuestros tiempos feliz y próspera vida”. Y en relación específica al combate que nos ocupa, este académico señala que “para el interior, tal como lo marcaba José Carlos Chiaramonte en su artículo “Una batalla que no fue nacional”, la Vuelta de Obligado no tiene el mismo significado que para el puerto…”.

Una de las claves interpretativas en esta cuestión es analizar la política aduanera y el comercio exterior; recurrimos para ello nuevamente a Levene: “el proteccionismo dispensado a las industrias del país no tuvo consecuencias progresistas. Reforzó un sistema de producción que… se encontraba más cerca de la economía medieval que de la capitalista… la economía nacional y la iniciativa privada debían ajustarse, prácticamente, a los dictados de Buenos Aires. Sobre todo el Litoral, obligado a comprar y vender en Buenos Aires, debió ajustar su economía a la de Rosas. El puerto único como pretensión hegemónica de Buenos Aires reiteraba, pues, en 1835, la misma política equivocada que en 1813 había contribuido tan decisivamente a las divergencias entre la capital del país y el caudillo oriental Artigas. Como se recordará, la Asamblea General Constituyente de ese año había rechazado a los diputados uruguayos porque Artigas reclamaba, con razón, el derecho de la Banda Oriental a comerciar con los puertos de Maldonado y Colonia”. Más adelante, Levene agrega, refiriéndose a Rosas, que “su política antinacional y egoísta de puerto y aduana únicos había entorpecido la libre navegación de los ríos Paraná y Uruguay”. No podemos dejar de coincidir con el mencionado historiador cuando concluye que “la política negativa de Rosas, al no unir las provincias argentinas en una nación organizada y al no aceptar los cambios técnicos y económicos que la marcha del mundo imponía a todos los países, es la principal responsable de los riesgos que frente a las ambiciones extranjeras corrieron la integridad territorial y la independencia argentinas. Únicamente unido y organizado, únicamente poblando su territorio y acelerando su transformación económica, un país como el nuestro podía defenderse. Lo contrario sólo ocultaría, tras telones patrioteros, traiciones conscientes o inconscientes a los verdaderos intereses del país…”.

Más cerca en el tiempo, otro historiador, Luis Alberto Romero, se ha referido en diversas ocasiones al significado de la fecha en la prensa periódica. Así, en una columna publicada en Clarín en 2014, titulada “Delirio nacionalista: el mito del combate de Obligado”, sostuvo que “los hechos son claros. En noviembre de 1845 la flota anglo francesa, que en ese momento sitiaba Buenos Aires, decidió remontar el Paraná y llegar hasta Corrientes, acompañando a buques mercantes cargados de mercaderías. Para impedirlo, el gobernador de Buenos Aires, J.M. de Rosas, dispuso bloquear el río Paraná en la Vuelta de Obligado, con cadenas protegidas por dos baterías. Se intercambiaron disparos, los buques cortaron las cadenas y siguieron su navegación hasta Corrientes”.

Más adelante Romero señala que “el punto central del mito reside en la idea de que allí se defendieron los intereses nacionales. Pero en 1845 la nación y el Estado argentinos no existían. Había provincias, guerra civil y discusión de proyectos contrapuestos, basados en intereses distintos. El Combate de Obligado, y todo el conflicto en la Cuenca del Plata, es un ejemplo de esas diferencias. Rosas aspiraba a someter a las provincias, incluyendo a la Banda Oriental y a Paraguay, cuya independencia no reconocía. Corrientes defendía su autonomía y pretendía comerciar directamente con ingleses y franceses. En cambio Rosas quería que todo el comercio pasara por el puerto de Buenos Aires y su Aduana. El río Paraná, abierto o cerrado, estaba en el epicentro de las diferencias. En Corrientes creían en el federalismo y la libre navegación de los ríos. La flota anglo francesa fue recibida amistosamente; hubo fiestas,…”.    

Luis Alberto Romero es categórico, y sus palabras pueden servir para ayudar a desnaturalizar el mito: “Es curioso que sobre esta situación, que puede leerse en cualquier libro serio, se haya constituido el mito de la victoria -una verdadera trampa cazabobos- y el de la defensa de la soberanía nacional... Desmontar estos mitos es una parte de la batalla cultural que deberemos encarar”. La necesidad de dar esa batalla cultural sigue presente.

Antes, en un artículo titulado “Transformar la derrota en victoria”, publicado por La Nación en 2010, Luis Alberto Romero nos había recordado que “Rosas defendió con energía el monopolio portuario porteño, de cuyas rentas, no compartidas, vivía la provincia. Contra Rosas estaban quienes creían que la libre navegación de los ríos los beneficiaría. El conflicto se dirimió luego de Caseros. Mientras Rosas elegía exiliarse en Inglaterra -quizá para estudiar más de cerca a la "pérfida Albión"-, el Pacto de San Nicolás en 1852, y la Constitución Nacional en 1853, abrieron el camino a la libre navegación. Los neorrevisionistas hablan del triunfo de los intereses antinacionales. Eso los llevaría a ubicar a nuestra Constitución en el campo antinacional. A los que vemos en la Constitución el fundamento de nuestro orden institucional nos resulta imposible acompañarlos en esa posición”.

Es obvio que no se puede tener una visión ingenua que prescinda de la crítica al imperialismo de las potencias europeas en el siglo XIX, y está claro que no se puede dejar de condenar, desde una perspectiva de la defensa de los intereses nacionales, la “diplomacia de las cañoneras”. Dicho eso, Rosas, más que paladín de la defensa de los intereses nacionales, es el defensor de los privilegios del puerto de Buenos Aires y de la oligarquía terrateniente. Celebrar la Vuelta de Obligado equivale a reivindicar el centralismo porteño en detrimento de los intereses de las provincias del interior, el autoritarismo mesiánico que habilita a un dictador a decidir quien puede comerciar y quien no, el proteccionismo absurdo que perjudica a la enorme mayoría de los trabajadores y consumidores y favorece a una pequeña camarilla de seudo empresarios vinculados al gobierno de turno. Reivindicar ese combate como una gesta fundante de nuestra soberanía significa renunciar a reconocer las ventajas del libre comercio, de la libre navegación de los ríos y de la integración virtuosa al mundo como pilares de una sociedad abierta, próspera, tolerante y progresista.

Pero además, en una república democrática la soberanía recae en la voluntad popular expresada en libertad acorde a las reglas establecidas en una constitución que garantiza derechos individuales. Nada de eso existía en la época de Rosas, y ni siquiera la Nación estaba constituida, sino que éramos un conjunto de provincias cuya organización institucional era sistemáticamente rechazada por el Restaurador de las leyes. De las leyes de la colonia, podríamos agregar. No es válido pregonar la soberanía nacional tal como les gusta hacer a todas las dictaduras si no se la asocia de manera inescindible con la soberanía popular. De modo tal que es absurdo, y perjudicial, que el 20 de Noviembre se festeje el “Día de la Soberanía”. Tenemos fechas más apropiadas para ello; el 30 de Octubre, por ejemplo, para recordar y celebrar que en esa fecha en 1983, hace 40 años, reconquistamos la democracia para siempre.-   

 

Publicado en el diario La Calle el día 12 de Noviembre de 2023.-   

Leer más...

sábado, 4 de noviembre de 2023

THEY HAVE DECLARED WAR ON US

By José Antonio Artusi

 Hamas, other jihadist terrorist organizations and the Iranian regime have declared war on us.

To the republican democrats who believe that the only legitimacy of governments and their laws arises from the freely expressed popular will and not from supposed sacred writings interpreted by supposed prophets and their self-declared interpreters, they have declared war on us.

To those of us who believe that Jews have the right to defend themselves, that the State of Israel – the only liberal democracy in the Middle East – has the right to exist and protect its territory and its citizens, they have declared war on us.

To those of us who believe in the inseparable universality of human rights, beyond cultural, ethnic and religious particularisms, they have declared war on us.

To those of us who believe that women and homosexuals (and whatever gender identity comes to mind) have the same rights as men to perceive themselves however they wish, to show their hair however they want, to study, to work, to listen to the music that they like, to drink whatever they like and sleep with whoever they want as long as they do not harm others, they have declared war on us.

It is not new (we Argentinians especially should know this well), but the barbarity of the brutal terrorist attack on defenseless people last weekend - among whom were our compatriots - has made it evident, has shown it clearly, has exposed it to sunlight.

The attack is not only against Israel. Let's imagine for a second what would happen if Hamas and Hezbollah carry out to the letter what they themselves have been saying they are going to do for decades and erase the State of Israel from the face of the Earth. Let's try to visualize what would happen if ISIS took control of a vast territory and created a caliphate in which the rule of law would not govern but Sharia, Islamic law. Let's think about a scenario in which the Iranian regime (calling it a “republic” is a cruel mockery) manages to have a nuclear arsenal. We have no right to be so naïve as to believe that they would stop there. The fact that there are ideological, religious, political and strategic differences between these terrorist organizations and that they sometimes massacre each other does not hide their fundamental similarities. They do not believe in republican democracy, they do not believe in freedom or the universality of human rights. They are united by anti-Semitism and contempt for the values ​​of Western modernity. They are reactionaries, fundamentalists, misogynists, totalitarians, fundamentalists, messianists and terrorists. And they often openly display their ideology and their macabre principles and objectives. If they cannot be accused of anything, it is that they did not notify us.

The main victims of these governments are their own people. The Palestinians who live under an oppressive and bloodthirsty regime, which does not hesitate to use its own civilian population, often children, as a shield for its war actions. The Iranians in exile who had to abandon their land to preserve their lives. Iranian women who fight to exercise a right as basic as being able to show their hair, among many other violations. Homosexuals who are hung from cranes by the Taliban for the sole fact of being gay. Afghan girls who are deprived of the right to education. Palestinian children who are indoctrinated in an ideology of hate and death. The list could be very long.

That is why it is essential to permanently refute the fallacies and lies that are and will be used to relativize and justify barbarism and to demonize the State of Israel in the conflict that will inevitably take place. The effortful pirouettes and argumentative contortions of a certain left no longer cause astonishment, we have become accustomed to it, but they do cause anger and indignation. Between stupid and complicit, this increasingly fascist “left” resembles cuddly kittens of the ayatollahs, who obviously would not hesitate for a second to have their throats cut if they dared to raise their “progressive” slogans in their domains. We must not stop exhibiting the insurmountable incoherence of those who seek to defend and justify Hamas from internationalist, secularist and feminist perspectives. And we must not cease in our condemnation and repudiation of terrorist barbarism.

It is absolutely valid to criticize specific policies of the Israeli government, and in fact its citizens fully exercise that right, but this criticism cannot be transformed into a questioning of the legitimacy of the State of Israel or into claiming that its population cannot defend itself. Much less can it mean supporting their aggressors, who also make a perverse use of the legitimate aspirations of the Palestinian people and a sinister misappropriation of Islam, a religion as respectable as any other if it is limited to the area reserved for religions in pluralistic and tolerant societies.

The people and the State of Israel deserve the support and solidarity of all democrats in the world. They are not alone. But in the war that is currently being fought, yes, they are alone.

In other times it was a widespread custom to put canaries in coal mines to quickly detect when oxygen begins to be lacking, since in that case these birds die before the miners can realize it with their own senses. That is why the metaphor of Jews as the canaries of the West has been resorted to. When innocent Jews fall it is an unmistakable sign that the oxygen of freedom and peace is beginning to run out, not only for them.

Israel will prevail. And we will owe to Israel eternal gratitude and recognition for it. Unfortunately, it will not be without pain, blood, sweat and tears.-


Illustration: Elías Wengiel

Leer más...

martes, 31 de octubre de 2023

AMBROSIO ARTUSI *

Por José Antonio Artusi

Agustín Ambrosio Artusi nació en Concepción del Uruguay el 19 de diciembre de 1889. En su partida de nacimiento el nombre asignado es Agustín Ambrosio, pero se lo conoció como Ambrosio, y en documentos oficiales generalmente figura como Ambrosio A. Artusi. Sus padres fueron Pietro Giuseppe Artusi, inmigrante italiano procedente de la pequeña localidad de Introbio (Provincia de Como, Lombardía), y Catalina Tavella, argentina, descendiente de inmigrantes italianos afincados en nuestra ciudad. Fue el mayor de doce hermanos.

Acompañó desde muy joven a su padre en diversas actividades económicas; explotación de montes y fabricación de carbón de leña, actividad naviera, comercio mayorista y explotaciones agropecuarias. La empresa Pedro Artusi e Hijo, en 1914, incluyó en sus estatutos la participación de los empleados en las ganancias, mucho antes de la inclusión de tal instituto en el artículo 14 bis de la Constitución nacional reformada en 1957.

Fue uno de los fundadores del diario “Los Principios” en 1924. El medio tuvo una clara identificación con el radicalismo yrigoyenista. “Los Principios” acompañó durante dos décadas la trayectoria política de Ambrosio Artusi. Como su fundador, el diario es representativo de una época, y constituye un testimonio privilegiado de ese tiempo histórico.      

La actividad política fue la gran pasión de Ambrosio Artusi. Participó intensamente en el radicalismo, y dentro de él en el sector yrigoyenista, del que no se apartó nunca. Se desempeñó como concejal en 4 períodos: 1916/1917, 1920/1921, 1924/1925, y en un breve lapso de 1926, año en el que fue electo diputado nacional.

En 1923 el radicalismo presentó una plataforma en la que podemos encontrar algunas líneas de acción que van a estar presentes más tarde en la gestión de Ambrosio Artusi como intendente. En especial nos interesa recordar estos puntos: 3º.- Modificación del sistema impositivo tendiente a liberar de impuestos a las industrias y ocupaciones útiles. Impuesto sobre el valor de la tierra libre de mejoras; 4º.- Mejoramiento de los sueldos de los empleados y obreros municipales. Seguro obligatorio de vida y previsión social; 6º.- Edificación de casas económicas para empleados y obreros; 7º.- Construcción de un mercado modelo y casa municipal. Puede advertirse en algunas de esas propuestas, y en las de plataformas anteriores, un temprano interés en incorporar instrumentos de gestión del suelo tendientes a ordenar la urbanización y a promover la consolidación del área provista con servicios, evitando la proliferación de terrenos baldíos y la consiguiente especulación inmobiliaria. La mención a la tributación sobre el valor de la tierra libre de mejoras parece denotar una cierta influencia de las ideas del economista norteamericano Henry George.

Ambrosio Artusi fue electo diputado nacional en dos oportunidades, en 1926 y 1930, pero su segundo mandato fue muy breve, interrumpido por el golpe del 6 de Septiembre de ese año.

Se hizo cargo del Departamento Ejecutivo Muicipal, sucediendo a Justo Germán Ravenna, el 1º de Julio de 1939. Se constituyó de esta manera en el segundo presidente municipal uruguayense electo por el sufragio popular directo, tras la reforma de la Constitución provincial de 1933 y la sanción de la ley orgánica de municipios nº 3001.

Puede decirse que Ambrosio Artusi recibió un municipio en orden, con sus finanzas saneadas y superávit en el último ejercicio del mandato de su predecesor, el Dr. Ravenna. Continuando con una tendencia que venía de gestiones anteriores, la administración de Ambrosio Artusi se caracterizó por un prudente manejo de los recursos del erario municipal, lo que permitió mantener la solidez fiscal con la que se encontró al momento de asumir, a pesar del agravamiento de la situación económica a nivel nacional como producto del impacto de la segunda guerra mundial, y en claro contraste con las dificultades financieras que atravesaba el gobierno de la provincia. Cabe enfatizar que una sana práctica de transparencia administrativa de la gestión encabezada por el Dr. Ravenna, y de anteriores, continuada luego por la de Ambrosio Artusi, consistió en publicar profusamente en medios periodísticos de la ciudad el balance mensual de las cuentas municipales, detallando lo pagado y lo recaudado cada mes y el acumulado durante el año hasta ese momento, así como los saldos de las cuentas bancarias del municipio.             

El Mercado Municipal “3 de Febrero” fue quizás la obra más relevante de la gestión que encabezó Ambrosio Artusi. Todavía está en pie, en buena medida conservando su configuración original y exhibiendo una calidad constructiva envidiable. Constituye un exponente valiosísimo del patrimonio arquitectónico y urbanístico de la ciudad, a la vez que ofrece una oportunidad enorme para revitalizarlo y contribuir de ese modo a una jerarquización significativa del centro histórico de la ciudad. Cabe enfatizar la celeridad de la construcción de la obra, prácticamente en el lapso de un año.

El matadero y frigorífico municipal fue pensado a su vez como un proyecto complementario al del mercado. El 18 de noviembre de 1944 se habilitó y posteriormente se impuso el nombre de “Ambrosio Artusi” a este establecimiento, que funcionó hasta 1979 en el ámbito de la administración municipal. “La Calle” informó el 17 de mayo de 1979 que el Consejo Asesor Municipal –recordemos que se trataba de un gobierno de facto y no funcionaba el concejo deliberante – había tratado la “privatización del frigorífico”. Culminaba de esa manera un ciclo de 35 años. Más allá de los acontecimientos posteriores, está claro que constituyó un importante impulso inicial a la actividad frigorífica y un temprano antecedente de la promoción del desarrollo económico local. 

La administración de Ambrosio Artusi fue pionera en materia de políticas públicas habitacionales a nivel local. Anticipándose a programas nacionales y provinciales en la materia, dispuso un programa de construcción de viviendas destinadas a trabajadores municipales en el barrio La Concepción, el primero en su tipo en nuestra ciudad, y sentó las bases para la institucionalización de dicha política con la creación sobre el final de su gestión de la Comisión Municipal de la Vivienda Popular. El 28 de Septiembre de 1939, evidenciando el lugar jerarquizado que se le asignaba a la problemática del déficit habitacional, el Departamento Ejecutivo envió un mensaje al Concejo Deliberante proponiendo la creación de la Comisión Municipal de la Vivienda Popular y destinando recursos para la construcción de casas para obreros. Esta iniciativa, por alguna razón, no logró convertirse en ordenanza; pero sobre el final de su gestión Ambrosio Artusi creó dicha comisión por decreto, el 12 de Agosto de 1943. La creación de la Comisión Municipal de la Vivienda Popular, complementaria de lo que ya se había hecho con las viviendas para obreros municipales, configuraba una política de vivienda inédita en nuestro medio. Estaban allí presentes - con otros nombres – ejes estratégicos y líneas de acción que habrían de rescatarse, de una u otra manera mucho después, y que tienen incluso vigencia en el presente: la necesidad de investigar la realidad de la problemática habitacional a los efectos de obtener diagnósticos certeros para implementar soluciones basadas en la evidencia, una intervención activa del Estado municipal para la concreción de soluciones habitacionales no sólo en el área urbana sino también en lo que hoy denominamos periurbano y en el área rural, la promoción de la agricultura periurbana, el fomento del cooperativismo, la inclusión del alquiler social como alternativa válida, la formación de un banco de tierras y un fondo de desarrollo urbano, la necesidad de contar con un catastro como modo de sistematizar la información para la toma de decisiones, la construcción de viviendas como estrategia multipropósito, destinada, además del fin primario de garantizar el derecho a una vivienda adecuada, también a fomentar la producción local de materiales y la generación de empleos genuinos, etc.. Este programa, destinado a institucionalizar de manera permanente una política pública municipal de vivienda, lamentablemente careció de continuidad, pero es un valiosísimo antecedente en esta materia.       

Durante su período se presentaron por parte del Departamento Ejecutivo dos importantes proyectos de ordenanzas tendientes a mejorar las condiciones de los trabajadores del municipio: la institución del salario familiar por hijo y la creación de la caja de jubilaciones municipal. El primero fue sancionado y el segundo quedó pendiente, por lo que en el informe de gestión se expresaba que “sería de desear su pronto estudio y subsiguiente sanción por la rama legislativa”.

El 1º de Septiembre de 1939 se creó por decreto una Comisión Pro Parque, para abocarse a los estudios sobre esta cuestión, que tenía como antecedente, en 1934, una comisión provisoria formada por vecinos y representantes de instituciones locales. Recordemos también que durante la gestión anterior, en la que ocupó la presidencia municipal el Dr. Ravenna, el entonces concejal Delio Panizza presentó un proyecto de ordenanza tendiente a la creación de un parque nacional en la zona de La Salamanca. En Enero de 1944 “La Calle”, a poco de finalizar la gestión de Ambrosio Artusi, publicó una nota titulada “nuestro parque”, en la que señalaba que “cuando el citado proyecto tomó notabilidad, el arquitecto Della Paolera ofreció sus servicios profesionales, con los cuales se hubiera rodeado a la obra de la seguridad de una racional y estética solución”. Se refiere al ingeniero Carlos María Della Paolera, uno de los primeros urbanistas profesionales argentino y el promotor de la iniciativa que convirtió al 8 de noviembre de cada año en el Día Mundial del Urbanismo. No hemos podido identificar el momento exacto en el que se barajó la posibilidad de una intervención de Della Paolera, pero por lo que hemos comentado es probable que haya sido durante la administración de Ambrosio Artusi.

Su informe de gestión da cuenta de diversas obras en los distintos barrios de la ciudad, enfatizando el mantenimiento y apertura de calles, en especial en el barrio San Clemente (hoy Santa Teresita).

A cargo primero del Dr. Justo Ravenna, y posteriormente del Dr. Rafael Pepe, la maternidad municipal desarrolló en su gestión una acción relevante en materia de salud pública. El municipio encaraba en ese momento un amplio conjunto de acciones que hoy bien podrían encuadrarse en el concepto de atención primaria de la salud.    

Poco antes de finalizar el mandato constitucional se produjo el golpe del 4 de Junio de 1943, que intervino la provincia y desalojó al gobierno encabezado por Enrique Mihura. El 24 de junio el interventor nacional decretó la disolución de las municipalidades y de los concejos deliberantes y dispuso que las autoridades a cargo de los departamentos ejecutivos continuaran en el cargo hasta que se nombren comisionados. Habiendo aceptado desempeñarse interinamente el 27 de Junio, Ambrosio Artusi presentó su renuncia indeclinable el día 13 de Agosto de 1943.

Ambrosio Artusi murió en su ciudad natal el 25 de Enero de 1944, a los 54 años. Sus restos descansan en el panteón familiar en el cementerio local. Una calle, antes denominada 25 de Agosto, recuerda su nombre desde 1950.-   

* Artículo elaborado a partir de fragmentos del capítulo sobre Ambrosio Artusi en el libro “Intendentes Uruguayenses 1873 – 2023”, publicado recientemente por la Municipalidad de Concepción del Uruguay, en el marco del 150º aniversario de su creación.  

 

Publicado en el diario La Calle los días 29 de Octubre y 5 de Noviembre de 2023.-  

Leer más...

lunes, 23 de octubre de 2023

WINSTON CHURCHILL

Por José Antonio Artusi

Winston Churchill nació en Woodstock, Inglaterra, el 30 de noviembre de 1874 y murió en Londres el 24 de enero de 1965.

En “El otro Churchill”, publicado en estas páginas el 20 de Agosto pasado, nos hemos referido al joven Winston Churchill, el parlamentario y funcionario liberal que abogó con lucidez por una reforma tributaria progresista. Hoy nos viene a la mente, y no por casualidad, el veterano líder conservador que como primer ministro del Reino Unido tuvo un rol preponderante en la resistencia frente al nazifascismo y en la victoria de los aliados.   

Frente a la barbarie genocida de Hitler, frente a la complicidad de tantos colaboracionistas y frente la cobarde especulación de tantos otros, Churchill no dudó un segundo. Entendió con claridad meridiana que no cabía sino enfrentar y derrotar sin atenuantes a las fuerzas del Eje. Y supo galvanizar la opinión pública del pueblo británico y del mundo libre para que comprendiera que la victoria no vendría sin sacrificios.     

El mundo vive, como en los prolegómenos y los inicios de la segunda guerra mundial, horas oscuras y decisivas. Por eso, recordar las palabras de Churchill en esos momentos de dolor e incertidumbre podría servirnos, salvando las distancias, para comprender los desafíos del momento.  

El 13 de mayo de 1940, tras reemplazar a Neville Chamberlain como primer ministro, mientras se desarrollaba la batalla de Francia y las fuerzas aliadas sufrían duras derrotas, Winston Churchill pronunció en el Parlamento estas palabras que pasaron a la Historia:

"No tengo nada que ofrecer, sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor. Tenemos ante nosotros una prueba de la naturaleza más penosa. Tenemos ante nosotros muchos, muchos largos meses de lucha y de sufrimiento. Me preguntáis: ¿cuál es vuestra política? Os lo diré: hacer la guerra por mar, tierra y aire con toda nuestra potencia y con toda la fuerza que Dios nos pueda dar; hacer la guerra contra una tiranía monstruosa, nunca superada en el oscuro y triste catálogo del crimen humano. Esa es nuestra política. Preguntaréis: ¿cuál es nuestro objetivo? Puedo responderos con una palabra: victoria, victoria a toda costa, victoria a pesar del terror, victoria por largo y duro que sea el camino, porque sin victoria no hay supervivencia.”

Poco más tarde, el 4 de Junio de 1940, tras la retirada de las tropas británicas y francesas en Dunkerque, al otro lado del Canal de la Mancha, Churchill descartó la posibilidad de la rendición:

“A pesar de que grandes extensiones de Europa y muchos Estados antiguos y famosos han caído o pueden caer en las garras de la Gestapo y todo el aparato odioso del gobierno Nazi, no vamos a languidecer o fallar. Llegaremos hasta el final, lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y océanos, lucharemos con creciente confianza y creciente fuerza en el aire, defenderemos nuestra isla, cualquiera que sea el costo, lucharemos en las playas, lucharemos en las pistas de aterrizaje, lucharemos en los campos y en las calles, lucharemos en las colinas, ¡nunca nos rendiremos!”.

Y el 18 de Junio de 1940, cuando París ya había caído y Estados Unidos todavía no había comprometido su esfuerzo bélico, Churchill pronunció otro discurso, el último de esta célebre trilogía, en el que expresó lo siguiente:

“Hitler sabe que tendrá que quebrantarnos en esta isla o perder la guerra. Si podemos hacer frente a él, toda Europa puede ser liberada y la vida del mundo puede avanzar hacia amplias tierras altas iluminadas por el sol. Pero si fallamos, entonces todo el mundo, incluidos los Estados Unidos, incluyendo todo lo que hemos conocido y cuidado, se hundirá en el abismo de una nueva era oscura que se hizo más siniestra, y quizás más prolongada, a las luces de la ciencia pervertida.” En ese discurso Winston Churchill incluyó una referencia a la resistencia del pueblo catalán en Barcelona frente a los bombardeos del bando franquista durante la guerra civil española: “No subestimo en absoluto la gravedad de la dura experiencia que tenemos por delante, pero creo que nuestros compatriotas serán capaces de hacerle frente, al igual que lo hicieron los valientes ciudadanos de Barcelona, de mantenerse en pie y seguir adelante a pesar de ello; al menos tan bien como cualquier otro pueblo del mundo.”

A más de 80 años de pronunciadas, las palabras de Churchill, lamentablemente, adquieren una renovada vigencia.-  

 

Publicado en el diario La Calle el día 22 de Octubre de 2023.-

Leer más...

lunes, 16 de octubre de 2023

NOS HAN DECLARADO LA GUERRA

Por José Antonio Artusi

Hamas, otras organizaciones terroristas yihadistas y el régimen iraní nos han declarado la guerra.

A los demócratas republicanos que creemos que la única legitimidad de los gobiernos y de sus leyes surge de la voluntad popular expresada libremente y no de supuestas escrituras sagradas interpretadas por supuestos profetas y sus autodeclarados intérpretes, nos han declarado la guerra. 

A los que creemos que los judíos tienen derecho a defenderse, que el Estado de Israel – única democracia liberal de Medio Oriente - tiene derecho a existir y a proteger su territorio y sus ciudadanos, nos han declarado la guerra.   

A los que creemos en la inescindible universalidad de los derechos humanos, más allá de particularismos culturales, étnicos y religiosos, nos han declarado la guerra.   

A los que creemos que las mujeres y los homosexuales (y cuanta identidad de género se les ocurra) tienen los mismos derechos que los hombres a autopercibirse como se les cante, a mostrar su pelo como quieran, a estudiar, a trabajar, a escuchar la música que les guste, a tomar la bebida que les plazca y acostarse con quien se les antoje mientras no perjudiquen a los demás, nos han declarado la guerra.

No es de ahora (los argentinos en especial deberíamos saberlo bien), pero la barbarie de la brutal agresión terrorista a personas indefensas del fin de semana pasado - entre los que había compatriotas nuestros - lo ha dejado en evidencia, lo ha mostrado sin vueltas, lo ha expuesto a la luz del sol.

El ataque no es sólo contra Israel. Imaginemos por un segundo que pasaría si Hamas y Hezbollá cumplen al pie de la letra lo que ellos mismos vienen diciendo que van a hacer desde hace décadas y borran al Estado de Israel de la faz de la Tierra. Tratemos de visualizar que sucedería si ISIS se hace del control de un vasto territorio y crea un califato en el que no regiría el Estado de derecho sino la sharía, la ley islámica. Pensemos en un escenario en el que el régimen iraní (llamarlo “república” es una burla cruel) consigue tener un arsenal nuclear. No tenemos derecho a ser tan ingenuos como para creer que se detendrían allí. Que existan diferencias ideológicas, religiosas, políticas y estratégicas entre esas organizaciones terroristas y que a veces se masacren entre sí no oculta sus coincidencias fundamentales. No creen en la democracia republicana, no creen en la libertad ni en la universalidad de los derechos humanos. Los une el antisemitismo y el desprecio a los valores de la modernidad occidental. Son reaccionarios, fundamentalistas, misóginos, totalitarios, integristas, mesiánicos y terroristas. Y a menudo exhiben con franqueza su ideología y sus macabros principios y objetivos. Si de algo no se podrá acusarlos es de que no nos avisaron.  

Las principales víctimas de esos gobiernos son sus propios pueblos. Los palestinos que viven bajo un régimen opresivo y sanguinario, que no vacila en usar a su propia población civil, a menudo niños, como escudo de sus acciones bélicas. Los iraníes en el exilio que debieron abandonar su tierra para preservar su vida. Las mujeres iraníes que luchan para ejercer un derecho tan básico como poder exhibir su cabello, entre tantos otros conculcados. Los homosexuales que son colgados de grúas por los talibanes por el sólo hecho de serlo. Las niñas afganas que son privadas del derecho a la educación. Los niños palestinos que son adoctrinados en una ideología de odio y muerte. La enumeración podría ser larguísima.

Por eso es indispensable refutar permanentemente las falacias y mentiras que se esgrimen y esgrimirán para relativizar y justificar la barbarie y para demonizar al Estado de Israel en el conflicto que inevitablemente tendrá lugar. Las esforzadas piruetas y contorsiones argumentales de cierta izquierda ya no causan estupor, nos han acostumbrado, pero sí bronca e indignación. Entre boba y cómplice, esa “izquierda” cada vez más fascista se parece a gatitos mimosos de los ayatolas, que obviamente no vacilarían un segundo en mandarlos a degollar si osaran plantear sus consignas “progre” en sus dominios. No debemos dejar de exhibir la insuperable incoherencia de quienes pretenden defender y justificar a Hamas desde perspectivas internacionalistas, laicistas y feministas. Y no debemos cesar en nuestra condena y repudio a la barbarie terrorista.   

Es absolutamente válido criticar políticas específicas del gobierno israelí, y de hecho sus ciudadanos ejercen plenamente ese derecho, pero esa crítica no puede transformarse en un cuestionamiento a la legitimidad del Estado de Israel ni en pretender que su población no pueda defenderse. Mucho menos puede significar apoyar a sus agresores, que además hacen una utilización perversa de las legítimas aspiraciones del pueblo palestino y una malversación siniestra del Islam, una religión tan respetable como cualquier otra si se la limita al ámbito reservado a las religiones en las sociedades pluralistas y tolerantes.    

El pueblo y el Estado de Israel merecen el apoyo y la solidaridad de todos los demócratas del mundo. No están solos. Pero en la guerra que se está librando en estos momentos, sí, están solos.

En otros tiempos era una costumbre generalizada poner canarios en las minas de carbón para detectar rápidamente cuando comienza a faltar el oxígeno, ya que en ese caso estas aves mueren antes de que los mineros puedan darse cuenta por sus propios sentidos.  Es por eso que se ha recurrido a la metáfora de los judíos como los canarios de Occidente. Cuando judíos inocentes caen es una señal inequívoca de que comienza a escasear el oxígeno de la libertad y de la paz, no sólo para ellos.

Israel prevalecerá. Y le deberemos eterna gratitud y reconocimiento por ello. Lamentablemente, no será sin dolor, sangre, sudor y lágrimas.- 


Publicado en el diario La Calle el día 15 de Octubre de 2023.- 

Ilustración: Elías Wengiel

Leer más...

miércoles, 11 de octubre de 2023

40 AÑOS DE DEMOCRACIA: LOGROS Y ASIGNATURAS PENDIENTES

Por José Antonio Artusi

Muchos de los jóvenes que van a ir a votar por primera vez en una elección general el 22 de Octubre próximo, e incluso muchos que ya han votado varias veces no habían nacido en 1983. A ellos, sobre todo, van dirigidas estas líneas.  

En 1983 veníamos de la trágica noche de la dictadura militar que había empezado en 1976, que había llevado a una escala monstruosa y jamás vista el terrorismo de Estado y las violaciones sistemáticas a los derechos humanos. Terrorismo de Estado que – vale la pena recordarlo – había empezado antes de 1976, durante un gobierno surgido de la voluntad popular. Veníamos también de sufrir la violencia y el terrorismo de organizaciones armadas que se habían alzado en armas contra ese mismo gobierno surgido de la voluntad popular, al que – al menos algunas de esas organizaciones – habían ayudado a llegar al poder. Veníamos también de la locura irresponsable de Malvinas, que condenó a una muerte absurda a jóvenes argentinos y dejó al país más lejos que nunca del objetivo de recuperar las islas. La dictadura dejaba un país con dolorosas heridas abiertas, con una enorme deuda externa, una economía en crisis y una sociedad con preocupantes signos de marginación social. El aislamiento internacional y el desprestigio de nuestro país completaban un panorama que no dejaba demasiadas razones para el optimismo. 

El desafío era enorme, en todos los aspectos. Pero el principal era cortar un ciclo pendular de gobiernos de facto cada vez más brutales y represores y gobiernos constitucionales cada vez más débiles y condicionados. El reto era generar condiciones para recuperar la “democracia para siempre”, podría sintetizarse. Raúl Alfonsín, el candidato presidencial de la UCR, lo comprendió claramente, y encarnó un liderazgo que supo interpretar las demandas más profundas de la sociedad argentina en ese momento. El 10 de Diciembre, Alfonsín proclamó que “tenemos una meta: la vida, la justica y la libertad”, y enfatizó que “tenemos un método para conseguirlo: la democracia”.

El primer paso para consolidar la democracia consistía en terminar con la impunidad y fortalecer el Estado de Derecho. Por eso Alfonsín denunció el pacto militar sindical y se comprometió a no convalidar la “ley” de autoamnistía que la dictadura dejaba como un pesado condicionante. Recordemos también que el candidato del PJ, Italo Luder, se había manifestado en el sentido de aceptar esa norma, sancionada obviamente sin el concurso del Congreso de la Nación. Y por eso una de las primeras medidas del nuevo gobierno consistió en un par de decretos por los que se disponía la acusación contra los integrantes de las juntas militares y las cúpulas de las organizaciones guerrilleras. Y por eso se creó la CONADEP, para investigar el horror de la desaparición de personas. Y por eso hubo juicios, y condenas. Es verdad que hubo también luego leyes de obediencia debida y punto final, justificadas por algunos y rechazadas por otros, y es verdad también que hubo posteriormente indultos a los condenados dispuestos por el Presidente Menem.

Pero en todo ese devenir histórico, más allá de los errores y aciertos puntuales de cada uno, lo importante es que el método se había enraizado. La democracia y sus procedimientos son hoy una realidad concreta en la República Argentina. Tenemos problemas gravísimos en el orden económico y social, pero no es menos cierto que nuestras instituciones políticas funcionan. Un hito relevante en ese sentido fue la reforma constitucional de 1994, en la que por vez primera tuvimos una constitución aceptada y legítimada de manera expresa por el conjunto de fuerzas políticas con representación parlamentaria. Nuestras instituciones republicanas podrían funcionar mucho mejor? Por supuesto. Podríamos votar con sistemas superadores al actual como la boleta única de papel, siguiendo la experiencia de Santa Fe, por ejemplo; podríamos mejorar la transparencia y la eficiencia del Estado en todos sus poderes y niveles; pero aún así, y sobre todo si miramos el horror de hace 40 años, podemos decir sin temor a equivocarnos que en el campo institucional podemos ver el vaso medio lleno.    

Donde el vaso está medio vacío, y cada vez más vacío, es en el campo económico y social. Lamentablemente, tenemos una sociedad más empobrecida y desigual que hace 40 años. Las asignaturas pendientes son enormes. La pobreza, la indigencia, el desempleo, la inflación crónica, el estancamiento de la producción, el deterioro de la educación, la crisis de la salud pública, el aumento de la inseguridad y las dificultades para acceder a condiciones habitacionales adecuadas muestran cada vez más indicadores negativos, y con tendencia a empeorar.

Por eso los desafíos del próximo gobierno son gigantescos, casi una epopeya, que complemente aquella que encarnó Alfonsín al generar las condiciones para recuperar la democracia política, que necesita ahora, como se necesitan dos piernas para caminar, el complemento de la democracia social, esa en la que se come, se cura y se educa, esa en la que a la clásica tríada republicana de la libertad, la igualdad y la fraternidad se le agrega la de la prosperidad.

No habrá democracia sólida ni viable si se cristaliza y se naturaliza que haya más niños pobres que no pobres. La democracia integral requiere ciudadanos responsables y comprometidos, que no sólo voten cada dos años con más o menos bronca o insatisfacción, sino que participen activamente en la cosa pública, como el soberano educado que quería Sarmiento. Y para que eso sea posible se requiere que todos tengamos garantizadas ciertas mínimas condiciones materiales de la libertad, aquellas que permiten ejercer plenamente los derechos consagrados en nuestra sabia Constitución nacional.-      


Publicado el 8de Octubre de 2023.- 

Leer más...