sábado, 30 de abril de 2022

100 AÑOS DE YPF

Por José Antonio Artusi

El 13 de Diciembre de 1907 se descubrió petróleo en Comodoro Rivadavia y comenzó la larga y conflictiva historia de la explotación de hidrocarburos en nuestro país.

Los Presidentes Yrigoyen y Alvear, de la mano del Gral. Ing. Enrique Mosconi, sentaron hace 100 años las bases de una gran empresa petrolera nacional, YPF, verdadero orgullo de los argentinos durante décadas Hipólito Yrigoyen tenía absolutamente en claro que el petróleo sería un bien estratégico y que la dirección de la política hidrocarburífera debía estar en manos de la Nación. Los intereses reaccionarios de oligarquías feudales enquistadas en las provincias y la connivencia con intereses extranjeros que dominaban al Senado le impidieron, lamentablemente, lograr lo que constituía su obsesión: la ley de nacionalización del petróleo. El golpe del 30 truncó las posibilidades de avanzar por el camino de la autodeterminación y la defensa del interés nacional. Yrigoyen, en el mensaje al Congreso acompañando el proyecto de ley orgánica del petróleo en 1929, expresó con contundencia: "Las leyes mineras nacionales, coincidentes con principios de derecho civil adoptados por nuestro código, fueron dictadas en una época en no podía sospecharse el valor económico y la importancia social que adquirirían en el futuro los aceites minerales o hidrocarburos industrializados y puestos en el comercio. De ahí que no introdujera una excepción dentro del régimen legal adoptado a las substancias naturales existentes en el subsuelo, distribuyendo su dominio entre la Nación y las provincias en concordancia con su soberanía política, lo que significa entregar la dirección de los enormes intereses de todo orden relacionados con el petróleo, a criterio administrativo múltiple, cambiante y frecuentemente contradictorio de catorce jurisdicciones, además de la jurisdicción federal… Es suficiente enunciar ese estado de cosas para comprobar sus graves inconvenientes y hasta sus peligros evidenciados ya en la alineación precipitada de concesiones por algunos gobiernos provinciales, cuyas inconsultas medidas suscitaron tan justificadas inquietudes y que, revocadas más tarde por el cambio de pensamiento emergente de la renovación de los poderes locales, han dejado tras de sí secuela de conflictos…".

Va a ser durante la presidencia de Arturo Frondizi que aquel anhelo de la nacionalización se concreta.  En su libro "Política y petróleo", Frondizi había señalado claramente el camino a seguir. Como señala el economista Eduardo Conesa, "todo el libro de Frondizi gira alrededor de la inconveniencia del sistema de concesiones porque el mismo implica otorgar en propiedad el yacimiento; y obtenida esa propiedad, los concesionarios solían mantener los yacimientos sin producir porque les interesaba importar petróleo de otras países donde sus costos de explotación eran menores, o sus ganancias mayores. Por eso, cuando Frondizi alcanzó la presidencia en 1958, hizo dictar por el Congreso la ley 14773 estableciendo que los yacimientos de hidrocarburos son propiedad inalienable e imprescriptible del Estado Nacional, otorgándose a las provincias una regalía del 12% en función de su dominio originario o eminente. Y las provincias, especialmente las patagónicas aceptaron gustosas.". Posteriormente el Presidente Arturo Illia, en cumplimiento de los compromisos asumidos en la campaña electoral, anuló dichos contratos por considerarlos concesiones encubiertas, pero más allá de esa interpretación, Frondizi e Illia, herederos de las mejores tradiciones del radicalismo estaban de acuerdo en lo fundamental: el petróleo es nacional, YPF debe ser un actor estratégico en su explotación, y no se deben permitir concesiones, sino que el capital privado debe colaborar a través de contratos de exploración y explotación. El gobierno del usurpador Onganía, derogó la ley 14.773 y la sustituyó por la 17.319, que permitió las concesiones. YPF sufriría luego un duro golpe con la privatización dispuesta por el gobierno de Carlos Menem, auspiciada de manera entusiasta por el entonces Gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, y la legisladora provincial Cristina Fernández. La entrega y extranjerización de YPF en los 90, no revertida luego del todo más allá del relato falaz del gobierno kirchnerista, tuvo las consecuencias que son conocidas. Tal como analiza claramente Eduardo Conesa: "… el desastre era harto previsible porque… hubo trece Estados distintos con políticas petroleras diferentes. Por una parte la política petrolera de España ejercitada por Repsol. Por otra, la política petrolera de Brasil ejercitada por Petrobras, que finalmente vendió a grupos clientelistas locales. Por otra, la anti-política petrolera del Estado bobo nacional argentino que recién en abril de 2012 se dio cuenta del desaguisado que había generado…., y por último, las 10 políticas petroleras distintas de los estados provinciales con petróleo amparados en el redundante artículo 124 de la Constitución Nacional de 1994 sobre el supuesto “dominio originario”. Dicha política consistió en otorgar concesiones dentro del concepto de “capitalismo de amigos” para beneficio de quien sabe quién. Pero más allá del problema de la corrupción, las provincias no están en condiciones de negociar el contenido económico de las concesiones, ya que el precio interno del fluido y las reglas de su comercialización en el mercado interno del país o en el exterior son de incumbencia del Estado Nacional. A ello se agrega la falta de simetría en el poder negociador dado por el enorme conocimiento técnico de las poderosas corporaciones multinacionales del petróleo frente el desamparo técnico y económico de nuestras provincias tomadas individualmente."

Es imperativo volver a tener una verdadera política nacional de hidrocarburos recuperando en serio YPF como uno de sus instrumentos estratégicos.- 


Publicado en el diario La Calle el día 24 de abril de 2022.- 

Leer más...

HENRY GEORGE, EL ECONOMISTA OLVIDADO

Por José Antonio Artusi

Henry George escribió y publicó en 1879 su primer libro, “Progreso y miseria”. A pesar de no ser un autor conocido ni un acádemico, la obra se transformó en un éxito editorial pocas veces visto. Se vendieron millones de ejemplares y fue traducido a muchísimos idiomas. Se considera que llegó a ser en su tiempo uno de las tres personas más famosas de Estados Unidos junto a Mark Twain y Thomas Alva Edison. Sin embargo, tras su muerte la gravitación de las ideas de Henry George fue decayendo, y hoy es casi desconocido. Por qué? El economista norteamericano Mason Gaffney adujo que Henry George defendió la justicia social y la eficiencia económica tan exitosamente que tenía que ser detenido y la economía neoclásica fue el instrumento. 

Al respecto, Héctor Raúl Sandler aporta la siguiente reflexión: “¿En que consistió el radical cambio contenido en la ciencia económica neoliberal? Nada más ni nada menos que en una mutación del paradigma de este conocimiento científico. En términos de Thomas Kuhn cabría decir que se llevó a cabo una “revolución científica”. El cambio de paradigma consistió en la eliminación de la tríada trabajo-tierra-capital como factores de la producción y su sustitución por el binomio trabajo-capital. A partir de los “neoclásicos” con aire científico se sostiene el disparate de enseñar que los factores de producción no son tres, sino tan solo dos: el trabajo y el capital. Es increíble, pero el “lavado de cerebro” ha sido tan profundo que nadie – ni en la cúspide ni el llano – recuerda a la tierra como el básico factor de producción, a pesar que sin él no puede haber no solo economía sino ni siquiera la vida. Como es lógico, borrada la tierra del paradigma de la producción, desaparece de la ecuación económica lo que no es cosa sino valor: la renta económica del suelo. Este cambio altera por completo la ecuación necesaria para distribuir los “valores” producidos. El “valor” de la producción ha de ahora dividirse entre los “únicos” agentes que lo producen: trabajadores e inversores de capital. Esta eliminación fue de gravísimas consecuencias teóricas y prácticas. La ciencia económica clásica consideraba a la recaudación de la renta del suelo deber primordial del Estado de derecho, pues no solo constituye la base del tesoro público , sino que era el modo mediante el cual el gobierno asegura un acceso igualitario al suelo para todos los miembros de las sucesivas generaciones, dispuestos a ganarse el pan mediante el trabajo. El progreso económico – a la luz de la economía clásica - no debía verse frenado por la miseria de millones de hombres. La disponibilidad de tierra en un pie de igualdad, es para esta ciencia la condición material para la democracia y para el dictado de una legislación arreglada a derecho. Recaudar la renta del suelo elimina por principio la exacción mediante los impuestos, todos los cuales dada la nueva “formula” han de recaer sobre productores, inversores y consumidores”. 

Henry George postuló, tal como lo recuerda Eduardo Conesa, “la idea de un impuesto único sobre la renta pura o "no ganada" de la tierra. Dicha forma de imposición permitiría al Estado apropiarse de aquella parte de la renta bruta total debida a las condiciones naturales de fertilidad y localización, dejando exenta la parte obtenida como consecuencia de las mejoras realizadas por el propietario mediante el trabajo y la inversión de capital. Este impuesto, según George, sería además el único admisible para la financiación de los gastos gubernamentales y permitiría, según él, la eliminación de los demás tributos, lo cual constituiría un aliciente para el comercio y para la industria y un beneficio para los obreros, forzando a su vez a los terratenientes a mejorar su propiedad… Se trata de argumentos atribuibles principalmente a David Ricardo con el impuesto a la tierra libre de mejoras. En este trillado tema, la vieja escuela liberal clásica se cubrió de gloria delante de los estudiosos de la economía y las ciencias sociales y políticas. En efecto, el impuesto a la tierra libre de mejoras puede ser la base de un sistema impositivo destinado a liberar las energías sociales, promover la eficiencia y el crecimiento, sin distorsionar la asignación de los recursos, y por sobre todo ello, tendiente a la materializar un ideal de justicia distributiva. El mismo David Ricardo decía… “un impuesto sobre la renta de la tierra no afectaría solamente a esta; recaería totalmente sobre los propietarios y no podría transferirse a los consumidores. El propietario no podría subir la renta porque dejaría inalterada la diferencia entre el producto obtenido en el terreno menos productivo y el cosechado entre los demás.”.

Mucho después, el Premio Nobel de Economía Milton Friedman declaró que el impuesto al valor de la tierra libre de mejoras era el “menos malo”, reconociendo el valor y la vigencia de aquella vieja idea de Henry George.-    


Publicado en el diario La Calle el día 17 de Abril

                    

Leer más...

viernes, 15 de abril de 2022

LA JUVENTUD RADICAL BONAERENSE FRENTE A LA RECUPERACIÓN DE LAS MALVINAS, HACE 40 AÑOS

Por José Antonio Artusi

Hace 40 años, el 11 de Abril de 1982, la Juventud Radical de la Provincia de Buenos Aires emitió un comunicado en el que fijaba su posición frente la recuperación de las Islas Malvinas. A contrapelo de la postura de buena parte de la sociedad argentina, que había caído en la trampa que le había tendido la dictadura militar, la opinión de los jóvenes radicales bonaerenses estaba en línea con la que tuvieron algunos pocos dirigentes como Raúl Alfonsín, Arturo Illia, Arturo Frondizi y pocos más; y expresó con lucidez y coraje, contra la corriente, una visión que en muchos aspectos terminó siendo profética. Obviamente, dada la censura imperante, tuvo muy escasa repercusión.

A 40 años de ese documento, vale la pena recordar textualmente algunos de sus párrafos y reflexionar al respecto:

“La Juventud Radical de la provincia de Buenos Aires, coherente con la posición que la U.C.R. ha sostenido en materia de política internacional con respecto a la usurpación de las islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur, frente a los acontecimientos de público conocimiento, ratifica la reivindicación de nuestra soberanía, pues repudiamos el imperialismo y el colonialismo, que son formas de dominación que atacan a la soberanía de las naciones…

La soberanía que reclamamos sobre las islas del Atlántico Sur es la misma que queremos ejercer en todo el territorio de la Nación. Hoy hemos recuperado el territorio ocupado por la fuerza hace 149 años por los ingleses, nos queda todavía la inmensa tarea de que el pueblo argentino “a través de la plena vigencia de la Constitución Nacional” sea quien rija los destinos de la Nación y poder ejercer plenamente la soberanía en toda la extensión de su significado.

… la justa reivindicación de nuestros derechos soberanos sobre las Islas ha quedado diluida, entre otras cosas, por la violación sistemática de los derechos humanos con su secuela de muertos y desaparecidos, presos y exiliados.

En este marco, agravado por la imprevisión e irresponsabilidad gubernativa, se produce el hecho militar. No se contempló para producir tal hecho el estado de vulnerabilidad de la Nación argentina, caracterizado por:

a) Moral del pueblo quebrantada por la crisis social, económica y cultural, agravada por la corrupción más grosera que conoció el país.

b) Economía devastada, con sus resortes básicos en manos extranjeras.

c) Desprestigio internacional del gobierno militar, considerado como una dictadura fascista en un plan de expansión militarista.

El pueblo sufrirá los resultados de ésta imprevisión porque el mayor peso de la crisis sobreviniente caerá sobre sus espaldas, ya que no se tuvo en cuenta:

a) La reacción de las naciones, europeas y americanas, fundamentalmente; y las decisiones de los organismos internacionales como la ONU, la OEA y el Movimiento de Países no alineados.

b) Las medidas económicas de embargos, bloqueo de fondos, vencimientos de deuda externa y consecuentes moratorias, cese de importaciones de material imprescindible, incluso de uso militar.

Párrafo aparte merece señalar la irresponsabilidad con que se ha presentado el hecho consumado al pueblo, de una medida que si bien involucra una reivindicación territorial sentida y anhelada por todos, no ha tenido presente la gravedad de la situación del país. Es así porque:

a) Existe el peligro de la internacionalización del conflicto.

b) El desprecio a la vida que significa una guerra. Es oportuno recordar que los constituyentes de 1853 reservaron al congreso nacional la facultad de declarar la guerra y a la Cámara de Diputados de la Nación - representantes del pueblo de la nación - la iniciativa de las leyes sobre reclutamiento de tropas. En cambio hoy el pueblo es llamado a una guerra sin haber consultado antes su opinión y es convocado a Plaza de Mayo a manifestar su apoyo, cuando tres días antes fue reprimido salvajemente por quienes hoy hablan de la unidad de los argentinos.

c) Por la utilización de la reivindicación histórica para paliar el creciente deterioro de y crisis interna del proceso.

d) Por jugar con el sentimiento patriótico de nuestro pueblo que siempre ha defendido la soberanía cuando ésta ha estado en peligro.

... Nos preocupa la acción del gobierno que parece no comprender la seriedad de la situación y fomenta desde los medios de comunicación el espíritu belicista, sin dar las explicaciones del caso y sin importarle qué piensa el país.

Tanto las declaraciones del gobierno como la manifestación del sábado 10 de abril son muestra del objetivo oculto de la medida: ganar espacio político para obtener una salida fácil y elegante e imponer un manto de olvido a lo que ellos hicieron desde el 24 de marzo de 1976 hasta la fecha.

La soberanía se debe defender día a día, en forma pacífica, pero indeclinable. Hoy parece que quien la renunció y entregó el orgullo nacional se desespera por recuperar su imagen a cualquier costo. Hay que mantener la serenidad que nos impone nuestra conciencia limpia.

No prestaremos apoyo al gobierno militar, no queremos sumarnos a las voces irresponsables que cantan loas a las FFAA demostrando una total inconsciencia sobre la seriedad de la situación actual, ya que éste gobierno demostró durante 6 años su incapacidad para conducir los destinos de la Nación…”

Lamentablemente, las decisiones tomadas el 2 de Abril y en los días posteriores no sólo llevaron a una muerte absurda a muchos argentinos sino que nos dejaron más lejos que nunca de la posibilidad  efectiva de recuperar las islas. Es doloroso, pero resulta necesario reconocerlo.- 


Publicado en el diario La Calle el día 10 de Abril de 2022.-

Leer más...

jueves, 7 de abril de 2022

A 100 AÑOS DE LA ELECCIÓN DE ALVEAR


Por José Antonio Artusi

El 2 de Abril de 1922 tuvieron lugar las elecciones nacionales para designar al sucesor de Hipólito Yrigoyen, que había sido electo Presidente seis años antes en los primeros comicios en los que se aplicó la ley Saenz Peña. Recordemos que en ese momento las elecciones presidenciales eran indirectas, vale decir que los ciudadanos votaban por electores de presidente y vice, que luego se reunían en el colegio electoral y designaban a los mandatarios.  De todos modos los partidos adelantaban la fórmula que propondrían en el colegio electoral. En el caso del radicalismo los candidatos fueron Marcelo de Alvear a presidente y Elpidio González a vicepresidente. Las listas de la UCR se impusieron en la mayoría de los distritos y obtuvieron el 50,49% de los votos. Los demás candidatos fueron el conservador Norberto Piñero de la Concentración Nacional (27,84%), Nicolás Repetto del Partido Socialista (9,45%), el entrerriano Miguel Laurencena de la UCR Principista (7.08%) y Carlos Ibarguren del Partido Demócrata Progresista (5.04%). Es muy poco recordada esa participación de Laurencena, uno de los fundadores del radicalismo entrerriano que había sido gobernador entre 1914 y 1918, como candidato presidencial, enfrentando al propio candidato de Yrigoyen, o sea Alvear. Curiosamente Laurencena pudo imponerse en tres distritos, Mendoza, San Juan y Tucumán, pero debió soportar una dura derrota en su propia provincia, dónde se impuso la fórmula Alvear - González, evidentemente al calor del prestigio y la popularidad de Hipólito Yrigoyen, seguida por los electores conservadores y relegando a los de la UCR Principista a un lejano tercer puesto. De modo tal que los 33 electores de Laurencena provenían de las 3 provincias donde se impuso, y de Salta, donde consiguió el segundo lugar. Suele confundirse a menudo el antipersonalismo, o sea la tendencia que se opuso a Yrigoyen en el seno del radicalismo, con el alvearismo. Lo antedicho sirve para mostrar con claridad que ambos términos no son intercambiables, sobre todo en el radicalismo entrerriano. 

Los colegios electorales se reunieron el 12 de junio de 1922, en cada una de las provincias y en la Capital Federal, proclamando a Marcelo de Alvear y Elpidio González, quienes asumieron el 12 de Octubre de ese año. Se iniciaba de esa manera uno de los mejores gobiernos que tuvo la República Argentina en toda su historia, pletórico de logros y conductas ejemplares.  

Volviendo a Miguel Laurencena, a tal punto Alvear no se dejaba guiar por rencores o resentimientos para tomar decisiones que lo designó al reciente competidor en las elecciones generales primero interventor en la Universidad Nacional del Litoral y nada menos que ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación después.  

La Presidencia de Alvear fue realmente magnífica, un oasis de prosperidad y libertad en nuestra convulsionada historia. Obtuvo resultados que arrojan indicadores cuantitativos que hoy nos parecen de ciencia ficción, llegando a colocar a nuestro país al término de su mandato entre los 6 con mayor producto bruto interno per cápita en todo el mundo.

Teodoro Marcó, Vicegobernador de Entre ríos entre 1963 y 1967 lo recordó así en las páginas de La Calle en 1986: “la figura de Alvear – como Presidente de la República o como líder del radicalismo – se agiganta a través de la historia. Es un hecho unánimemente reconocido que su proficua gestión de gobierno se caracterizó por la plena vigencia del Estado de Derecho y las libertades públicas, así como también por su espíritu progresista y de claro contenido de justicia social, concretado en leyes fundamentales de nuestra legislación laboral…”.

Hemos sido tremendamente injustos con Alvear. Es hora de reparar tanto olvido y tanta distorsión histórica. A 100 años del inicio de su extraordinaria presidencia, tenemos mucho que aprender de su ejemplo de conducta, entrega y coraje cívico al servicio de las causas de la libertad y la igualdad. Su memoria se lo merece, y nosotros lo necesitamos. 


Publicado en el diario La Calle el día 3 de abril de 2022.- 

Leer más...

sábado, 2 de abril de 2022

OTRO TIRO EN LOS PIES…

Por José Antonio Artusi

Proponer que los alquileres se fijen en un monto equivalente al 2% del valor fiscal de la vivienda no sirve. Es una medida no sólo inconducente sino directamente perjudicial, un remedio peor que la enfermedad. Ese 2% puede significar un monto muy bajo, y desalentar  y reducir de esa manera la oferta, haciendo más difícil y caro el alquiler (en la realidad); o demasiado alto, si los valores fiscales se actualizan y se acercan a los de mercado. Recordemos que en el Consenso Fiscal de 2017 la Nación se comprometió a disponer de un organismo federal que determine los procedimientos y metodologías de aplicación para todas las jurisdicciones con el objeto de lograr que las valuaciones fiscales de los inmuebles tiendan a reflejar la realidad del mercado inmobiliario y la dinámica territorial, y las provincias a su vez se comprometieron a adoptar dichos procedimientos y metodologías.   

El precio de los alquileres, como todo precio, surge de la interacción entre oferta y demanda. La diferencia con otros precios es que la oferta de viviendas en alquiler, como la de cualquier inmueble, se asemeja a la de suelo, es muy inelástica. Hay que lograr que aumente la oferta y disminuya la demanda y así bajen los precios.

La forma más efectiva de promover el aumento de la oferta es reformar el impuesto inmobiliario desgravando todo tipo de mejoras y construcciones, gravando sólo el valor del suelo con alícuotas y avalúos razonables, y eliminando otros impuestos que castigan la construcción de viviendas. Esta alternativa es preferible a la de cobrar un impuesto adicional a las viviendas vacías, por diferentes razones. Es pertinente recordar, tal como se señala en el Documento de la Secretaría de Política Económica titulado “La reforma tributaria argentina de 2017”, que “los impuestos inmobiliarios están típicamente fijados en función del valor de las propiedades, más no de la tierra que ocupan. Si bien no ha sido discutido en el Congreso, es deseable una coordinación a nivel federal para reformular el impuesto hacia el valor de la tierra libre de mejoras. Se trata del impuesto menos distorsivo posible: la oferta de tierra urbana es fija y no es posible afectar decisiones respecto de su uso productivo. El mismo fomenta la actividad de la construcción respecto de los impuestos inmobiliarios típicos. Un impuesto de estas características también permitiría capturar algunas rentas de localización de los propietarios, que han sido en otros países (y probablemente también en Argentina) motores de la desigualdad en años recientes”. Lamentablemente, ni a nivel nacional ni provincial se han observado intentos de impulsar reformas tributarias de esa naturaleza, con algunas pocas honrosas excepciones que no han tenido demasiada repercusión.

Por otro lado habría que complementar el aumento de la oferta con una disminución de la demanda, por la vía de reconstruir el mercado hipotecario para compra de viviendas y por mayor disponibilidad de viviendas de interés social financiadas por el Estado, utilizando a tal efecto instrumentos de recuperación y reinversión de la valorización del suelo generada por la comunidad en el proceso de urbanización. Precisamente, el impuesto al valor del suelo libre de mejoras es el más sencillo de tales instrumentos, pero no el único; y en esta materia provincias y municipios tienen a su disposición un amplio menú de herramientas, lamentablemente muy poco utilizadas. Como para cualquier política pública, lograr reducir la inflación es un requisito indispensable para asegurar el éxito de todas estas acciones.

Estamos viendo el enésimo intento de pretender solucionar un problema por la curiosa vía de agravarlo. Sería otro tiro en los pies…


Publicado en el diario La Calle el día 27 de marzo de 2022.-

Leer más...