miércoles, 24 de mayo de 2017

EL PJ ENTRERRIANO, O LA INCORREGIBLE COSTUMBRE DE NO HACERSE CARGO...

Por José Antonio Artusi / No sorprende, a esta altura de los acontecimientos, la incorregible costumbre del Partido Justicialista entrerriano y de sus funcionarios y legisladores de no hacerse cargo de los desaguisados de sus propias gestiones, o sea las de Busti, Urribarri y su continuidad, la de Bordet; y de pretender responsabilizar a otros de la ineficiencia de sus políticas públicas. 
Es así que hemos visto diversas expresiones tendientes a mostrar un supuesto y falaz contraste entre un gobierno provincial que sería el campeón de la obra pública y la contención social y una administración nacional insensible y entreguista. Es curioso que se llegue a utilizar la expresión "la mayor entrega del patrimonio nacional" por parte del partido que privatizó, entregó y extranjerizó YPF, Gas del Estado, nuestros recursos hidrocarburíferos y otras empresas estatales; y que sólo no pudo hacerlo con Salto Grande por la resistencia popular.
Vale la pena mirar los números de la ejecución presupuestaria provincial del año pasado para desmitificar algunos slogans y frases hechas lanzadas al aire que no resisten el menor análisis. En 2016 se puede observar un aumento del gasto en personal del 41% con respecto al 2015 y una disminución del 6,4% en la inversión real directa, o sea la obra pública y la adquisición de bienes de capital, a lo que hay que sumar el impacto de la inflación. El aumento del gasto en personal no se compadece con los aumentos salariales que tuvieron los agentes de la administración pública, que aún reclaman con toda legitimidad una recomposición de su poder adquisitivo. Si comparamos el presupuesto del 2016 con la ejecución efectivamente realizada, nos encontramos con una sobreejecución (gasto mayor a lo presupuestado) del 27,6% en el rubro personal y una subejecución (gasto menor a lo presupuestado) de - 61% en el caso de la inversión real directa. Si el año pasado la ejecución real de este rubro fue algo más de 2.600 millones de pesos tenemos razones valederas para permitirnos ser escépticos con que este año se ejecuten los más de 8.800 millones presupuestados para inversión real directa. 
Es útil también mirar algunos números vinculados a la construcción de viviendas. Llama en este sentido la atención el hecho de que en plena crisis, y sólo con recursos del FONAVI, el IAPV lograra terminar entre 2000 y 2003 un promedio de 1130 viviendas por año, mientras que en 2008 y 2011, con muchos más recursos por el aumento de la recaudación y por ende del FONAVI pero además con el aditamento de los programas federales, se terminaran sólo a razón de un promedio de 1051 por año, y entre 2012 y 2015 un promedio de 1251, muy poco por encima de la performance de 15 años atrás. Y el año pasado el IAPV habría finalizado sólo 912 viviendas, por lo que deberá esmerarse en los 3 años siguientes para superar aquellos promedios. Mal puede esta ineficiencia de gestiones provinciales atribuirse al actual gobierno nacional, que transfirió el año pasado al IAPV más de 830 millones de pesos, con un aumento de casi el 45% con respecto al 2015, siendo sólo superada por la Provincia de Buenos Aires, y privilegiada notoriamente con respecto a las provincias hermanas de la Región Centro. En lo que va del año 2017 las transferencias al IAPV lo ubican como el cuarto instituto provincial que más fondos recibió, superando en este caso aún a la provincia de Buenos Aires, y si sumamos todos los entes ejecutores Entre Ríos es la tercera. Las más de 7.000 viviendas sociales en construcción en este momento en la provincia se financian en mayor o menor medida con fondos nacionales, ya sea a través del IAPV, consorcios, entidades como Cáritas o municipios. Y la prueba más palpable de la no discriminación a la hora de asignar fondos es que un municipio como Concordia, históricamente gobernado por el PJ y con altísimos índices de pobreza y déficit habitacional, cuenta en este momento con más de 700 viviendas en construcción que tienen al municipio como ente ejecutor. 
Con respecto al endeudamiento, existe una diferencia fundamental entre el gobierno nacional y el provincial. La administración del Presidente Macri heredó una situación caótica en la cuentas públicas, con altísima inflación, déficit récord, recesión, crisis del sector externo, etc. y el endeudamiento, ahora posible porque se ordenó el mercado cambiario y se salió del default, está permitiendo poner en marcha uno de los más ambiciosos programas de obras públicas de nuestra historia; que ha logrado, por ejemplo, que en marzo la construcción aumente casi un 11% y que el consumo de asfalto vial anote en dicho mes su pico histórico más alto. En Entre Ríos, en cambio, el endeudamiento es imprescindible no sólo para reprogramar una deuda carísima y de corto plazo sino también para atender el déficit que heredaron de sí mismos y para solventar un aumento insostenible del gasto corriente. 
No es mirando para el costado frente a la propia ineficiencia ni acusando livianamente al gobierno nacional de nuestros males cómo vamos a salir adelante. Más bien, parece necesario reconocer que Entre Ríos carece de un plan estratégico de desarrollo provincial, y que el gobierno debe convocar a todos los sectores políticos, económicos y sociales a participar activamente en la búsqueda de acuerdos amplios y generosos que lo sustenten en el tiempo. Sólo de esa manera podremos avizorar un futuro mejor para todos los entrerrianos.-

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