domingo, 10 de febrero de 2019

Una provincia sin inversiones públicas ni privadas no puede aspirar al desarrollo

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Por José Antonio Artusi 
Comentábamos recientemente, analizando datos divulgados por la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, acerca del escaso dinamismo del proceso de inversiones del sector privado en la Provincia de Entre Ríos. En efecto, de acuerdo a esos datos la Provincia de Entre Ríos es uno de los distritos de la República Argentina que menos proyectos de inversión recibió en los últimos 3 años, con sólo 12 proyectos que representan apenas el uno por mil de las inversiones en todo el país. Sosteníamos en ese momento que la insignificancia de las inversiones destinadas al territorio entrerriano contrastan notablemente con las que tuvieron como destino provincias hermanas, aún en el marco de un contexto nacional signado por dificultades macroeconómicas por todos conocidas. 
Lamentablemente esta falta de inversiones privadas se ve acompañada por una cada vez menor incidencia de inversiones del sector público provincial. En tal sentido, el diputado Jorge Monge puso de manifiesto en una columna publicada el 22 de Enero pasado que Entre Ríos figuraba última en un cuadro difundido por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal que compara la composición del gasto en las ejecuciones de presupuesto de las 24 jurisdicciones, en concreto cuánto gasta cada provincia en inversión u obra pública, dado que sólo aplica a gastos de capital el 5,5% del total de sus recursos, mientras que por ejemplo San Juan y Santiago del Estero destinan el 27% de sus recursos, Misiones (18,1%), CABA (17,2%) y Córdoba (16,6%). Este dato está referido a las ejecuciones provinciales de los primeros nueves meses del año 2018 de la Administración Pública. Acertadamente concluía el legislador diamantino de la UCR que “la decadencia entrerriana también es producto de la desinversión”. 
Pues bien, podemos afirmar ahora que si miramos la ejecución presupuestaria completa del año 2018, al 31 de Diciembre, el panorama es aún más desalentador, y que la tendencia que se verifica desde 2015 es francamente negativa en este sentido. 
Si analizamos las ejecuciones presupuestarias de los últimos 4 años podemos llegar a las siguientes conclusiones: 
Se advierte una constante subejecución del gasto en maquinaria y equipos y en construcciones, y en general en gastos de capital, o sea en inversión real directa. En 2018 se ejecutó prácticamente sólo un tercio de lo presupuestado para gastos de capital. 
La incidencia de los gastos de capital en el gasto total es cada vez menor, siendo menos del 5% en el 2018 (4,84%), casi la mitad en términos porcentuales que el valor del 2015. 
En maquinaria y equipos, a lo largo de los 4 años se ejecutó en promedio sólo el 36% de lo presupuestado, y el gasto en este rubro representó apenas el 0,25% del total en 2018. 
En construcciones, a lo largo de los 4 años se ejecutó en promedio sólo el 34% de lo presupuestado, y el gasto en este concepto representó apenas el 2,91% del total de gastos en 2018. 
Bienvenida la transparencia fiscal para poder acceder a estos datos, que demuestran que la provincia no está bien, que en estas condiciones no está en condiciones de aspirar al desarrollo, y que se impone la necesidad de un cambio rotundo, radical, que innove en políticas públicas transformadoras que generen condiciones para que las inversiones públicas y privadas se articulen de manera armoniosa y puedan generar un círculo virtuoso de crecimiento y generación de trabajo y oportunidades para todos los entrerrianos.

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