lunes, 13 de enero de 2025

JORGE ENRIQUE MARTÍ

Por José Antonio Artusi

Jorge Enrique Martí nació el 11 de septiembre de 1926 en Rosario y murió el 14 de enero de 2018 en Colón. Hijo único, cuando tenía dos años su padre consiguió trabajo en la fábrica de Liebig y allí se radicó la familia. En esa localidad atípica transcurrió su niñez, entre el río Uruguay y la biblioteca popular, en la que comenzó su fascinación por los libros.

Cursó estudios primarios en la Escuela Hipólito Vieytes de Liebig y luego en la Escuela Juan José Paso de Colón, y el bachillerato en el Colegio del Uruguay, en el que tantos poetas y artistas encontraron el cauce para dar sus primeros pasos. Interno de La Fraternidad en Concepción del Uruguay, llegó luego a ser director de su internado. No por casualidad fue el legendario “Chécale”, entonado por sus compañeros fraternales, una de las emotivas maneras de despedirlo tras su muerte.

Luego se trasladó a Buenos Aires, donde estudió en la Facultad de Filosofía y Letras. Fue discípulo de Ricardo Rojas, a quien dedicó su primera obra, “Panambí”; dedicatoria que el consagrado escritor agradeció con cálidas palabras de amigo y maestro.

Desarrolló durante décadas una amplia trayectoria literaria y periodística. Colaboró en las páginas de La Nación y La Prensa de Buenos Aires, La Capital de Rosario, y El Diario y Diario Uno de Paraná. Fundó y dirigió el periódico Tribuna, la revista homónima y otras publicaciones. Dictó innumerables conferencias en escuelas, colegios y entidades culturales.

Jorge Enrique Martí se desempeñó hasta su jubilación como secretario de Extensión Universitaria y Cultura de la Universidad Nacional de Entre Ríos y asesor de su Rectorado. Entre sus obras merece destacarse la mencionada Panambí, versos entrerrianos (1949), Al Colegio del Uruguay (1949), Fraternilia (1952), Antigua Luz (1954, Faja de Honor de la SADE), Entre ríos y canciones (1970, Premio de la Dirección de Cultura de Entre Ríos), Rapsodia entrerriana (1974, Premio Fray Mocho de poesía), Entrerriano por el canto (1976), Cantata en unión y libertad (2001), Poetas (2004), Retablo (2006), Cancionero colonense del siglo y medio, y Gurisada (2016). En 2013 la Universidad de Concepción del Uruguay le otorgó el Doctorado Honoris Causa.

El 16 de abril de 2007 Página 12 publicó una entrevista al poeta de Andrew Graham-Yooll. Allí Martí se lamentaba del corte del puente Colón – Paysandú: “Ahora no puedo ir a Paysandú a visitar a mi viejo amigo, el poeta Aníbal Sampayo, que está enfermito, porque están condicionados los horarios. A tal hora sí y a tal hora no. ¿Qué es eso y por qué es así? ¿Cómo me van a cortar el derecho que tengo de ir a Paysandú cuando me plazca? ¿Para qué trabajé tanto por ese puente?”. Mi primer diálogo -por teléfono fijo - con Jorge Enrique Martí, a quien no conocía, surgió tras leer esa nota. 

En ese reportaje recordó que “en 1949 me hice cargo de un periódico trisemanario que teníamos en Colón, El Orden, de origen radical. Me lo cerraron en 1950. Un día en octubre se nos cayó la línea que decía Año del Libertador General San Martín, que por ley era obligatorio poner. Un funcionario nos clausuró. Luego tuve mi época en Tribuna, de Colón, alrededor de 1956. Duró 5 años. He hecho bastante periodismo pero siempre con tono de respeto, hasta en la exposición de ideas que pudieran ser controvertidas, o no compartidas”.

En esa nota Andrew Graham-Yooll señala que “es reconocido como radical histórico”, y se recogen las expresiones del poeta: “He tenido una militancia desde muy muchacho en el radicalismo. Pero he tenido buenos amigos en todos los partidos políticos, nunca he sido bicho fanático. Me he cuidado de no parecerlo. He hecho lo que se puede hacer en Entre Ríos, ‘mi país’, como la llamó Gerchunoff. Hoy parece que no fuera posible dialogar entre supuestos rivales. Si creemos en la democracia y en su consecuencia, la república, una de las bases sostenedoras es el diálogo, que orienta y nos hace libres, en verdad. Tengo ahí fotos con don Raúl Alfonsín, medio año menor que yo, y a quien le he reprochado algunas cosas”.

Fue un ciudadano comprometido y solidario, que no vaciló en involucrarse en la actividad política. Afiliado desde joven a la UCR, militó durante décadas ocupando diversos cargos partidarios pero sin ser jamás candidato a ninguna representación pública. Se desempeñó como secretario de Gobierno en la Municipalidad de Colón en la década del 70. Fue uno de los primeros y más entusiastas impulsores del desarrollo turístico colonense y de los procesos de integración regional y participó intensamente en las gestiones para la concreción del puente que une Colón y Paysandú.

Sincero y frontal, sin temor a ser “políticamente incorrecto” si su conciencia así se lo indicaba, sin esconder su identidad ni sus ideas, supo Martí ganarse el respeto y la amistad de personas de las más diversas ideologías. En ese sentido, el artista, el poeta, consideró que su arte y su poesía no debían quedar condicionadas ni ser confundidas con su compromiso partidario, y por ende no podrán encontrarse en su obra literaria referencias de ningún tipo a las lides políticas, a las que sin embargo no fue ajeno y en las que participó con convicción y conducta.

En 2009 la Cámara de Diputados de la provincia aprobó una resolución de mi autoría manifestando su reconocimiento a la meritoria labor del poeta, a 60 años de la publicación de su primera obra literaria. El 30 de octubre de ese año tuve el honor de entregarle tal reconocimiento en un acto en la biblioteca de la UCU, en el que se presentó el libro “Fotografía en palabras: la Liebig de Martí”, de autoría suya y de Adriana Ortea.

En 2023 se promulgó la ley 11.128, a partir de un proyecto que presenté en 2018, por la que se crea el Premio Provincial de Literatura “Jorge Enrique Martí”. Falta reglamentarla y aplicarla. Uno de los tantos homenajes que le debemos a su querida memoria.  

 

Publicado en el diario La Calle el 12 de enero de 2025.

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lunes, 6 de enero de 2025

ANDREW GRAHAM-YOOLL

Por José Antonio Artusi

Hoy Andrew Graham-Yooll habría cumplido 81 años. Nació en Buenos Aires el 5 de enero de 1944 y murió en Londres el 5 de Julio de 2019. De padre escocés y madre inglesa, vivió la mayor parte de su vida en la Argentina, a la que consideraba su país, sin renegar por ello de sus raíces británicas. Sergio Kiernan, en su necrológica, contó que “todos le decían “el inglés”, pero raramente se podía encontrar alguien más argentino”.

Periodista, escritor, poeta, historiador, traductor, autor de numerosos libros escritos en castellano y en inglés, inició su carrera periodística en el diario Buenos Aires Herald en 1966.     

El 22 de octubre de 1975, durante el gobierno constitucional de María Estela Martínez, y cuando el terrorismo de Estado ya era una ominosa realidad en nuestro país, una redada policial en la redacción del diario derivó en su detención. Vicky Baker narra que “Graham-Yooll fue llevado brevemente en un auto sin placa junto a su editor, Robert Cox, quien había insistido en acompañarlo. Ambos recordaron luego cómo fueron llevados a una comisaría y retenidos en una celda, donde la música de una radio puesta a todo volumen no pudo camuflar los gritos de personas que estaban siendo torturadas en el sótano. Con el tiempo, ambos fueron liberados... Cox y Graham-Yooll volvieron a sus escritorios. Tenían por delante una tarea enorme. En todo el país, la gente desaparecía y su periódico era el único de Argentina que publicaba sobre esto”.

En 1976, ya instalada la dictadura militar en el poder y acentuado el proceso de represión ilegal, no le quedó otra alternativa que marchar hacia el exilio en Londres con su familia para salvar sus vidas. Vicky Baker relata que “cuatro semanas después del golpe, el Buenos Aires Herald recibió una llamada telefónica a través de la cual se le informó que, en lo sucesivo, todos los medios de comunicación tenían prohibido publicar muertes o desapariciones, a menos que estas hayan sido confirmadas por las autoridades. El periódico, una vez más, abordó el tema de frente y escribió un artículo sobre esta advertencia. Pronto, ganó reputación y la gente comenzó a presentarse en su oficina, después de haber sido rechazada en otros lugares, pidiendo ayuda para encontrar a seres queridos que habían desaparecido… Durante años, mientras vivía en Argentina, había estado suministrando información en secreto a Index on Censorship y a Amnistía Internacional. Sabía que las cartas dirigidas a grupos de derechos humanos serían interceptadas, por lo que cubrió su rastro enviándoles la información a través de un amigo del Daily Telegraph en Londres…  Judith Vidal-Hall dice que recuerda haberle preguntado por qué se arriesgó. En su forma típicamente discreta, dijo que solo estaba haciendo su trabajo: informar sobre lo que estaba sucediendo en su país. "Por supuesto que teníamos miedo", dijo una vez, según publicó el BA Times. "Pero una cosa es tener miedo y otra, ser un cobarde".”

En Londres trabajó en The Daily Telegraph y en The Guardian. Para este medio cubrió como corresponsal la guerra de Malvinas. Fue editor de las revistas South e Index on Censorship. Se desempeñó como profesor visitante en la Universidad de Londres y en la Universidad de Cambridge.

En 1994 regresó a la Argentina y retomó su labor periodística en el Buenos Aires Herald como editor en jefe y presidente del directorio. Más tarde fue el ombudsman de Perfil. Colaboró en La Nación, en Página 12, The New York Times, Newsweek y Miami Herald, entre otros medios. También actuó en radio y televisión.  En sus últimos años residió en Liebig y en Larroque, en Entre Ríos.

Miguel Gaíta lo despidió así: “tenía una doble mochila cultural que lo acompañó toda su vida. La verdad, nunca dejó de ser un inglés en Argentina ni un argentino en Inglaterra, un concepto que después de la guerra de Malvinas se volvió muy molesto. Para muchos periodistas fue simplemente el “Maestro” y, para otros, un “valiente”, que siguió ideales durante toda su existencia. Durante el gobierno de facto hablaba de lo que pasaba en el país, y también retrató el horror que vivieron nuestros héroes de Malvinas. Fue uno de los pocos que no calló, “cuando el miedo ordenaba silencio”.”

Vuelvo a la necrológica de Sergio Kiernan: “Graham-Yooll fue periodista, historiador, traductor, poeta y un apasionado difusor de argentinos y argentinas a la lengua inglesa, uno que vivía atando hilos para que saliera otra antología de nuestro teatro por allá, otra colección de poetas. Era el traductor “oficial” de Mafalda, un título que le concedió Quino y le daba un orgullo íntimo porque pocas eran tan argentinas y él podía acercarlas más al mundo. Nacido en el sur porteño en 1944, de padre escocés y de madre inglesa, tuvo una infancia difícil que le dejó unas cuantas cosas que él haría crecer. Una fue una rebelión intensa, que se expresó en fugas adolescentes al Uruguay, un país que siempre amó con lealtad de familia, y a la lejana, casi irreal Gran Bretaña…Al final, se hizo una última casa en Larroque, Entre Ríos, una provincia de la que se había ido enamorando. Era verde, con un jardín y sus libros, tiempo para escribir, a mano de Buenos Aires, los cardiólogos del Hospital Británico, de los amigos, de la querida hermana Joanne”.

Tuve la suerte de conocerlo y poder hablar con él, sólo un día, sólo una cena en realidad, en Los Verdes Años, un hermoso restaurant uruguayense que ya no está, en 2010. Pequeños grandes lujos que la vida nos regala a veces, si sabemos buscarlos. Más que suficiente para poder apreciar su sabiduría amable y refinada, su capacidad para decir cosas graciosas y profundas a la vez con sencillez y sin estridencias.

Una calle de Buenos Aires, o de Liebig, o de Larroque, debería llevar el nombre de este porteño que supo enamorarse de Montevideo y más tarde de Entre Ríos; pero supongo que todavía somos demasiado “elquenosaltaesuninglés” como para admitirlo.  

 

Fuentes:

https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-48974157

https://www.pagina12.com.ar/204791-murio-andrew-graham-yooll-adios-ingles

https://adepa.org.ar/el-recuerdo-a-graham-yooll-en-adepa/

 

Publicado en el diario La Calle el 5 de enero de 2025.

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martes, 31 de diciembre de 2024

CONCEPCIÓN DEL URUGUAY EN 1938


Por José Antonio Artusi

El 1º de agosto de 1938, en ocasión de cumplir 15 años, el diario uruguayense Los Principios publicó una edición especial para conmemorar el aniversario. Examinar las páginas de ese número nos brinda un panorama abarcativo de diversas facetas de Concepción del Uruguay en ese momento, incluyendo la del periodismo en general, y la de ese periódico en particular.

Es imperioso recordar que “Los Principios” estaba abiertamente identificado con el radicalismo yrigoyenista, a tono con una tendencia generalizada en los diarios de esa época, en la que no se ocultaba la tendencia política de cada uno. En la tapa, bajo el título “Nuestro aniversario”, se señalaba que “Los Principios es un diario político porque tiene orientación definitiva en materia política. Pero no vive ni de la política ni para la política. Este es un aspecto, esencial si se quiere de su vida, pero no el único. Dentro de ella, reafirma rotundamente ser sostenedor del ideario de la Unión Cívica Radical tradicional y tener para con él un compromiso solemne de lealtad y sacrificio. Pero así como reafirma su adhesión a ese credo cívico, dueño de todos nuestros afanes ciudadanos, reafirma también para los adversarios, sean cuales fueren, el propósito del mayor respeto en las pujas renovadas con el nuestro”.  En otra nota el medio agradecía “la atenta y valiosa contribución prestada por quienes suscriben los distintos artículos y trabajos insertos en esta edición. En especial a quienes siendo nuestros adversarios, han confirmado con su gesto que valoramos, lo que siempre hemos dicho respecto de los sentimientos superiores que unen a los hombres en la vida, a despecho de todo aquello que en determinadas circunstancias los separan”.

También en la tapa algunos títulos nos dan una idea del contexto internacional del momento: “Se torna grave el conflicto entre el Vaticano e Italia. Informaciones llegadas de la Ciudad del Vaticano, hacen saber la tirantez en las relaciones del Papa con el fascismo, debido a la reciente campaña iniciada contra la Acción Católica”. Otra noticia con una foto muestra a soldados republicanos españoles “descansando de las batallas”. Los Principios, al igual que otros medios argentinos, mantuvo una postura alineada con el bando republicano en la guerra civil española.       

En otras páginas se editorializaba sobre “la doble deuda de Uruguay”, sosteniendo que “deben erigirse los monumentos a Justo José de Urquiza y Tomás de Rocamora”; y se informaba que “25 años cumplirá la Lusera”, agregando que “esa grata fecha encuentra a ese gran emporio industrial en una nueva era de franco progreso”.   

En un suplemento especial, un extenso artículo se refiere a la gestión del gobierno provincial encabezado por el uruguayense Eduardo Tibiletti. Allí se consigna, entre otras consideraciones que “actualmente puede decirse que Entre Ríos tiene reservado y mantiene su estructura administrativa con los impuestos a la tierra, patentes comerciales, sellos y herencias”, y se informa que “el proyecto de catastro parcelario elevado a consideración de la legislatura contiene las bases y condiciones para determinar con exactitud los valores imponibles, garantizar y fiscalizar la percepción, individualizar los inmuebles y seguir sus mutaciones a través del tiempo”. Otro uruguayense, Luis María “Solapa” Rodríguez acompañó a Tibiletti como ministro de Hacienda durante todo su mandato.       

 

El suplemento incluía un trabajo de César B. Pérez Colman titulado “Concepción del Uruguay en la Organización Nacional”, en la que el autor argumentaba que la ciudad “está gloriosa e imperecederamente vinculada a la historia nacional, por haber servido de escenario a uno de los sucesos más trascendentes, acaecidos en el proceso de la evolución constructiva del País. En esta ciudad se llevó a cabo, en forma pública y solemne, el acto que inició el movimiento de rebeldía contra la dictadura del General Juan Manuel de Rosas, que debía ser coronado con la realización del anhelo patriótico de construir definitivamente la Nación, mediante una ley fundamental”. En la misma página se promocionaban los próximos estrenos cinematográficos del Teatro Texier, entre ellos “Las aventuras de Robin Hood”, con Errol Flynn y Olivia de Havilland, y “La Chismosa”, con Lola Membrives.

La literatura no estaba ausente en esa edición especial de “Los Principios”. Es así como podemos apreciar un poema inédito de Olegario Víctor Andrade, un texto de Daniel Elías (“Montielera”), una poesía de Delio Panizza dedicada a Arturo Capdevila, y “La campana de cristal”, poema de Alfonsina Storni, entre otras colaboraciones.

En una página dedicada a “Algunos aspectos deportivos de Uruguay” se incluyeron varias fotos de equipos de fútbol: “el fuerte conjunto de Gimnasia y Esgrima”, “equipo de primera división del Club Atlético Uruguay, decano del  football local y siempre digno defensor de los prestigios deportivos uruguayenses”, “División Río Uruguay, que comenzó su actuación en forma promisoria, pero ha venido defeccionando últimamente”, y “Estudiantil Fraternal, de juego rápido y entusiasta, que viene realizando una destacada campaña”.  También se puede observar una foto que muestra una “vista exterior del local flotante del Club Regatas Uruguay. El casco perteneció al antiguo crucero “Patagonia”, de la Armada Nacional, y fue obtenido en donación del gobierno de la Nación”.           

Las páginas de Los Principios contaban con numerosos espacios publicitarios contratados por diversas empresas y comercios, lo de da una idea cabal de la llegada que tenía en la sociedad uruguayense y en la región. Entre otros, podemos mencionar la publicidad de L. Banchik, repuestos para automóviles y camiones, en 14 de Julio y Rocamora; la de “La Antena”, de Guillermo Gorsky y Hermanos, electricidad y radiotelefonía, en Rocamora y Congreso de Tucumán; y la del bar “El más chiquito”, en el que “por ser así, se toma el mejor chopp”, ubicado en San Martín 771. Una página entera promocionaba el aperitivo Lusera con una consigna que hoy sería inconcebible y que a la distancia resulta jocosa: “Conservar su salud debe ser su lema…”; mientras que la panadería “El despertar del obrero”, que contaba en ese entonces con 24 sucursales, saludaba “a su distinguida clientela por intermedio de Los Principios en el día de su aniversario”.     


Publicado en el diario La Calle el 29 de diciembre de 2024.-

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martes, 24 de diciembre de 2024

LUCERO EL TENEBROSO

Por José Antonio Artusi

Se cumplen 520 años del día en que el inquisidor Diego Rodríguez de Lucero ofició un auto de fe en la ciudad de Córdoba, España, en el que fueron juzgadas 267 personas. 107 de ellas fueron condenadas a morir en la hoguera. Parece una broma macabra que alguien llamado “Lucero” – término que deriva de “luz” - llegara a ser conocido como “el tenebroso”, o “el inspirado por Lucifer”.  

Diego Rodríguez de Lucero nació en Moguer alrededor de 1460 y murió en Sevilla el 28 de diciembre de 1534. Se graduó como bachiller en leyes y licenciado en teología. En 1499 fue designado al frente del Tribunal de la Inquisición de Córdoba.

Manuel Peña Díaz nos dice que “el 13 de febrero de 1501 organizó su primer auto de fe, en el que fueron condenadas a la hoguera 80 personas, y días después ordenó la quema de otras 50. Entre las personas sospechosas y acusadas había buena parte de las jerarquías eclesiástica, nobiliaria y municipal de Córdoba. Las protestas ante los Reyes Católicos fueron inmediatas. Se quejaban de que los condenados lo habían sido mediante declaraciones inducidas y manipuladas, incluso afirmaron que Lucero obligaba a los presos mediante torturas y amenazas a aprender oraciones judaicas”.  Más adelante agrega que “las quejas por las arbitrarias acciones de Lucero, peón de Deza y del rey, motivó una primera visita de inspección de enviados del Consejo de la Inquisición que no surtió efecto alguno. Al contrario, el Tenebroso se sintió más legitimado y el 30 de abril de 1502 celebró un nuevo auto de fe, en el que condenaron a 27 personas al quemadero. Nada lo frenaba con su sangrienta y obsesiva limpieza de conversos, acusándolos de sacrificar niños y romper crucifijos, de ocultar sinagogas y predicar la llegada del nuevo mesías”.

Ana Cuadro García señala que “condenó a la hoguera a más de 200 personas en poco menos de 4 años. Especialmente fue sanguinario el auto de fe del día 22 de diciembre de 1504 donde 107 personas fueron quemadas en el Campo Santo de los Mártires, tras haber sido condenados por ser falsos conversos (esto es, judíos que, después de convertirse al cristianismo, seguían practicando la religión judía en secreto)”. Esta autora refiere que “el descontento de la población cordobesa hizo que en diferentes ocasiones apelaran al Inquisidor General así como al rey Fernando el Católico por la destitución del inquisidor por su crueldad, no consiguiendo su propósito en los cinco años. Cansada de la crueldad del inquisidor, la población cordobesa -apoyada por ciertos nobles- asaltó la prisión del Santo Oficio el 9 de noviembre de 1506 para liberar a más de 400 presos que estaban en presidio. El inquisidor tuvo que huir por la puerta de atrás del Alcázar para salvar su vida… Por todo esto fue llamado "excepcional monstruo", "fanático y violento", de "carácter acre y duro" o "inspirado por Lucifer".

José Manuel de Bernardo Ares enfatiza que “hasta 1506 todas sus acciones inquisitoriales (indiscriminadas inculpaciones heréticas, masiva detención de personas importantes gran parte de ellas conversas, copiosa confiscación de bienes, etc.), siempre aceptadas por el secretario del Rey Juan Ruiz de Calcena, fueron amplia y duramente contestadas por las autoridades civiles y eclesiásticas de Córdoba. El punto álgido de este enfrentamiento se alcanzó con la celebración del multitudinario auto de fe en 1504, a partir de cuyo momento toda la ciudad se opuso frontalmente al temido e implacable inquisidor. El paroxismo de su intransigencia religiosa la demostraría al año siguiente de 1505 al procesar como judaizante al venerable jerónimo fray Hernando de Talavera, arzobispo de Granada, a quien le repugnaba la antievangélica distinción entre cristianos nuevos y viejos”. Continúa de Bernardo Ares narrando que “en 1506, con la llegada de Felipe I el Hermoso a Castilla y el reforzamiento político de las elites nobiliarias a nivel local (el marqués de Priego y el conde de Cabra no aceptaban al corregidor), se radicalizaron los enfrentamientos sociales, religiosos y políticos, agravados por una durísima crisis económica (escasez de la producción agraria, alza de precios, etc.). En esta nueva situación política se suspendieron los procesos contra los conversos y se depuso al inquisidor general Diego de Deza y al inquisidor de Córdoba Diego Rodríguez Lucero. En este clima de descontento generalizado, el pueblo de Córdoba, instigado por el marqués de Priego, Pedro Fernández de Córdoba, alcalde mayor de la ciudad a la vieja usanza, asaltó la cárcel de la Inquisición, ubicada en el alcázar real de los reyes cristianos; e intentó linchar a Lucero, que huyó a lomos de una mula”. Finaliza este autor consignando que “Lucero —el Tenebrero, según Pedro Mártir de Anglería y el “inspirado por Satanás” en palabras del padre Sigüenza— murió el 28 de diciembre de 1534 después de haber sido una de las piedras angulares de un edificio social (lucha contra las minorías conversas), religioso (defensa de la ortodoxia religiosa) y político (creación del Estado Moderno) muy complejo a finales del XV y principios del XVI”.

Manuel Peña Díaz considera que Lucero, a quien califica como “el responsable directo de centenares de muertos y de la primera gran crisis de la Inquisición española… no pudo hacer carrera de méritos, pero si consiguió el mayor éxito que tan bien administró el Santo Oficio: el miedo a la Inquisición”.

A 520 años de la barbarie inquisitorial, en una época confusa y desconcertante en la que nuevos y viejos fundamentalismos y visiones intolerantes y retrógradas nos llevan a recordar la importancia de reconocer la más absoluta libertad de culto, de conciencia y de expresión, y la necesidad imperiosa de dejar atrás para siempre las concepciones absolutistas y teocráticas que lamentablemente todavía imperan en buena parte del planeta.

 

 

Fuentes:

Cuadro García, Ana C. "Córdobapedia." Diego Rodríguez Lucero. 2024. https://cordobapedia.wikanda.es/wiki/Diego_Rodr%C3%ADguez_Lucero (accessed diciembre 20, 2024).

de Bernardo Ares, José Manuel . "Real Academia de la Historia." Diego Rodríguez Lucero . n.d. https://dbe.rah.es/biografias/26587/diego-rodriguez-lucero (accessed diciembre 20, 2024).

Peña Díaz, Manuel. "Lucero el Tenebroso." Mercurio, Julio 2017.

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CUANDO “EL DIARIO” DE PARANÁ ERA ANTIYRIGOYENISTA

Por José Antonio Artusi

El Diario de Paraná fue fundado en 1914 por un grupo de dirigentes radicales entre los que se encontraban Miguel María Laurencena y Luis Lorenzo Etchevehere, su primer director. Ese mismo año ambos fueron electos gobernador y vicegobernador respectivamente.

El matutino paranense fue durante mucho tiempo el diario más importante de la provincia y ocupó un lugar destacado en el panorama de los medios del interior del país.

Para conocer la riquísima historia de El Diario lo más recomendable es leer “El imperio del Quijote – La historia oculta de un diario que influyó en la política argentina”, de Jorge Riani, magnífica obra de un autor que alcanzó a ser protagonista de su última época.

Al calor de la división del radicalismo a mediados de la década del "20 entre yrigoyenistas y antipersonalistas, y como producto de la adhesión de los dirigentes radicales vinculados a El Diario a esta segunda tendencia, el medio adoptó en determinado momento una postura abiertamente crítica y hostil hacia Hipólito Yrigoyen, que lo llevó a promocionar la candidatura presidencial de Leopoldo Melo en 1928 y a tener una actitud francamente golpista en 1930.

Revisar algunas de las ediciones de El Diario en 1928, antes y después de las elecciones del 1º de abril de ese año, permite darnos una idea cabal de cómo se canalizaba en la prensa periódica de la época el proselitismo a favor – y en contra - de determinadas corrientes políticas, dejando absolutamente en claro desde dónde se opinaba, y utilizando un lenguaje de una inusual dureza, que hoy quizás sorprenda a muchos.  

En la tapa de la edición del 1º de marzo de 1928, por ejemplo, en una breve columna sin firma titulada “Ciudadano” El Diario pregunta a su lector: “¿No se sonroja Ud. al pensar que un hombre por capricho y por interés y otras razones, ha abierto una zanja de odio entre sus compatriotas, tendiendo a corromper la conciencia del país que divide en amigos y enemigos de su persona?”. No hace falta decir que “un hombre” es Hipólito Yrigoyen, al que no se lo nombra en todo el artículo. Continúa preguntándose el autor: “¿No tiene Ud. la dolorosa impresión de que algunas multitudes de argentinos han abandonado la inmensa ruta de sol que recorrían, para reptar por sendas tortuosas y en descenso?”.     

El día siguiente, el 2 de marzo, El Diario sale con una tapa en la que se destaca un artículo titulado “Rectificaciones amargas”. Allí se señala que “antiguos y acérrimos enemigos, más de la persona que del personalismo - su falla fundamental, a nuestro juicio – del señor Irigoyen, acaban de ponerse no solo al lado del mismo en la actual campaña política, sino también al lado de los que son sus aduladores por interés o por convicción leal, emulando con ellos en el fuego de la alabanza, por lo general simulada”.

En la edición del 3 de marzo de 1928 podemos observar una columna titulada “Impostura”, en la que más que Yrigoyen el blanco elegido son los yrigoyenistas y seguramente un medio identificado con esa tendencia, que no se menciona: “El personalismo y sus adeptos  que los hay de varias clases en cuanto a sinceridad se refiere, pero que en cuanto a estrechez de miras toca, se igualan por la carencia de conceptos y la falta más completa de independencia en la acción, han dado en abusar de un medio tan optimista como ingenuo de propaganda, voceando próximos triunfos en distritos donde jamás conseguirán la mayoría que de antemano se atribuyen. Si se les interroga acerca de las razones que tienen para hacer tales afirmaciones, caen de inmediato en esa vacuidad de criterio que a todos los singulariza por igual, desde el caudillajo que organiza el repunte hasta el que pega carteles en los muros.”

El domingo 4 de marzo el diario incluyó un artículo con el título “La agresividad en la propaganda política”. Allí se decía que “a tales extremos ha llegado la falta de respeto, la grosería y hasta la agresividad que son peculiares condiciones de los elementos personalistas, puestos en acción de confusionismo y de presiones violentas, que todo el país se siente alarmado ante los canallescos avances de agentes perturbadores alucinados como su jefe o por él pagados para buscar ventajas electorales en el desconcierto y en el temor.”     

Obviamente, el resultado de las elecciones del 1º de abril de 1928 fue una pésima noticia para la redacción de El Diario. Yrigoyen, acompañado por el entrerriano Francisco Beiró como candidato a vicepresidente, logró un triunfo contundente con más del 61% de los sufragios, lo que le permitió consagrar una holgada mayoría en el colegio electoral.  En Entre Ríos la fórmula radical (para los radicales antipersonalistas entrerrianos la fórmula “personalista”) obtuvo el 56,64% de los votos y el Frente Único, una coalición de la UCR antipersonalista y partidos conservadores que impulsaba la fórmula Leopoldo Melo – Vicente Gallo el 42,52%. Francisco Beiró no alcanzó a asumir la vicepresidencia ya que falleció el 22 de julio y fue reemplazado por Enrique Martínez.  

Tres semanas después del comicio, el domingo 22 de abril, El Diario  publicó una nota titulada “El veredicto de las urnas”, en la que se lamentaba de que “si bien se sospechaba que Entre Ríos no podía librarse de la ola personalista que arrasaba con situaciones en apariencia inconmovibles, un espíritu de conservación fincado en las tradiciones provinciales y en el concepto de nuestra autonomía política tan acentuada por sus atributos históricos y morales alimentó la certeza de que nunca llegaría a ser tan abrumadora la mayoría del adversario.”

En otra, bajo el título “Manifestación personalista”, el cronista señalaba que “festejando el triunfo en la provincia los irigoyenistas realizaron anoche una manifestación que recorrió varias calles de la ciudad. Más por falta de cultura que por entusiasmo, los manifestantes profirieron gritos destemplados y exclamaciones incorrectas que no respetaron ni a funcionarios ni a damas accidentalmente espectadores del malogrado despliegue de fuerzas victoriosas”.

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domingo, 8 de diciembre de 2024

RAMÓN MIHURA

Por José Antonio Artusi

Ramón Fermín Mihura Barcelona nació el 17 de abril de 1861 en Gualeguay y murió en Buenos Aires el 18 de abril de 1944. Hijo de inmigrantes españoles, se dedicó a actividades agropecuarias. En 1892 se casó con Elisa Hiriart en Concepción del Uruguay. 

Enrique Pereira nos lo presenta como “uno de los fundadores del radicalismo en la provincia”, y señala que “integró la primera Convención Nacional, en 1892, y hasta su muerte siguió prestando su concurso a la UCR”.  Su hermano Emilio también tuvo una trayectoria destacada: llegó a ser diputado nacional entre 1914 y 1918, vicegobernador entre 1918 y 1922, y ministro de Agricultura y Ganadería del presidente Alvear entre 1925 y 1928.  

En 1914 Ramón Mihura fue uno de los fundadores de El Diario de Paraná. Fue diputado provincial entre 1916 y 1918. En 1921 el presidente Yrigoyen lo designó director del Banco de la Nación.

En las elecciones del 4 de junio de 1922, para suceder al gobernador Celestino Marcó, Ramón Mihura encabezó la fórmula radical acompañado por Enrique Pérez Colman como candidato a vicegobernador, quienes se alzaron con el triunfo al recibir el 56,92%, frente al 43,08% de la alianza conservadora Concentración Popular. El radicalismo se impuso ese día en todos los departamentos menos en Feliciano, donde la lista conservadora triunfó por escaso margen. Sin embargo, a pesar del resultado contundente y de la consiguiente representación parlamentaria, tal como recuerda Enrique Pereira, “su administración, jaqueada por una ocasional mayoría adversaria en la Legislatura, se vio seriamente limitada en su accionar”. Beatriz Bosch lo explica así: “producida la división del radicalismo en el transcurso de la presidencia de Marcelo T. de Alvear en personalistas (yrigoyenistas) y antipersonalistas, el gobernador Ramón Mihura… se decide por la línea antipersonalista. El vicegobernador Enrique Pérez Colman opta, en cambio, por el yrigoyenismo. La Concentración Popular, que había proclamado la fórmula Alberto Méndez Casariego – Benito Legerén, reúne a los grupos que descendieron del poder en 1914. El gobernador Mihura sufre por tanto la falta de cooperación de una legislatura adversa, pues, allí aparecen muchas veces yrigoyenistas y concentracionistas mancomunados. Obstruccionismo que reduce sus iniciativas”.  De todos modos, esta autora considera que “una de ellas merece particular recuerdo: el Museo de Bellas Artes fundado en Paraná en 1926” y menciona también que durante su gestión “se dota de obras sanitarias a las ciudades de Gualeguaychú, Gualeguay y Victoria”. Entre los logros del gobierno de Ramón Mihura Enrique Pereira menciona “mejoramientos en el Departamento del Trabajo, leyes de vialidad, … colonización oficial, etc.”        

Filiberto Reula destaca algunas acciones de la gestión de Mihura: la ampliación de la red telegráfica y telefónica provincial; la expansión de la infraestructura escolar (48 escuelas creadas entre 1922-1926, de las cuales 36 son provinciales); la ampliación de la oferta de crédito agrícola, la creación de seis cooperativas agrícola-ganaderas.

En relación con la obra vial Maximiliano Camarda señala que “Ramón Mihura tuvo como uno de los ejes de su programa el desarrollo vial. Como ya se contaba con los lineamientos de los caminos, se compraron maquinarias y se expandió notablemente la cantidad de abovedados… En particular, durante la Gobernación de Ramón Mihura, se desarrolló el primer proyecto caminero. En el mensaje sobre vialidad sostiene que mientras que la circulación de vehículos era escasa no era imprescindible mejorar los caminos, pero que ante el aumento del tránsito, el anegamiento de los caminos en los tiempos de lluvias, su rotura y falta de mantenimiento hace imposible la circulación en gran parte del territorio… también se realizó un proyecto de ley del ejecutivo sobre vialidad, en donde se propone la intervención en forma directa del Departamento de Obras públicas en el planteo y ejecución de las obras, proceso que hasta ese momento era realizado por las comisiones de puentes y caminos departamentales”.

En 1923, tal como consigna José Vernaz, “el gobernador de la provincia de Entre Ríos, Ramón Mihura, ofreció a la intendencia la propiedad que ocupó por un buen tiempo la Escuela Normal, en la actual esquina de Supremo Entrerriano y Galarza”; donde actualmente funcional el Museo de la Ciudad de Concepción del Uruguay.     

Manuel Macchi y Alberto Masramón señalan sobre el gobierno de Ramón Mihura que “prestó el juramento el 1º de octubre de 1922. Durante su gestión Entre Ríos recibió la visita del entonces presidente Dr. Marcelo T. de Alvear, realizándose en su honor grandes agasajos. Se organizó la Sociedad Anónima Frigorífico Gualeguaychú y fue inaugurado el campo militar de aviación… Párrafo aparte para destacar la enorme importancia que tuvo la inauguración del puerto flotante de Curtiembre lo que significó un gran adelanto en su tiempo. Al término del gobierno del señor Mihura, Entre Ríos había salvado ya su situación económica: las exportaciones duplicaban a las importaciones. Las elecciones de renovación tuvieron un clima casi turbulento, imponiéndose la fórmula integrada por el doctor Eduardo Laurencena y don José María Garayalde”. Efectivamente, en 1926 el cisma de la UCR ya era un hecho, al punto tal que Eduardo Laurencena se impone sobre Francisco Beiró, del radicalismo yrigoyenista, que sólo dos años más tarde va a ser electo vicepresidente acompañando a Hipólito Yrigoyen, aunque no pudo asumir debido a su prematura muerte. El 6 de junio de 1926 la UCR antipersonalista obtuvo el 39,48%, la UCR yrigoyenista el 33,50% y la Concentración Popular, que postuló a Fortunato Solanas, el 27.02%.       

 

Publicado en el diario La Calle el 8 de diciembre de 2024.

 

Fuentes:

Bosch, Beatriz. Historia de Entre Ríos. Buenos Aires: Editorial Plus Ultra, 1978.

Camarda, Maximiliano. "La obra pública en infraestructura vial provincial durante el radicalismo en Entre Ríos, 1914-1943." Portal Amelica. Junio 5, 2024. https://portal.amelica.org/ameli/journal/27/274944002/html/ (accessed Noviembre 11, 2024).

Macchi, Manuel, y Alberto Masramón. Entre Ríos. Síntesis histórica. Concepción del Uruguay: Sacha, 1977.

Pereira , Enrique. Mil nombre del radicalismo entrerriano. Santa Fe: Universidad Nacional del Litoral, 1992.

Reula , Filiberto. Historia de Entre Ríos. Castellví, 1969.

Vernaz, José. "Intendentes de Concepción del Uruguay. 1900 - 1932." En Intendentes uruguayenses 1873 - 2023. Concepción del Uruguay: Espacio Editorial Institucional UCU, 2023.

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PRESENTARON "100 COLUMNAS", LIBRO DE JOSÉ ANTONIO ARTUSI


Se presentó el pasado día viernes 6 de diciembre en el salón de la Biblioteca Popular "El Porvenir" de Concepción del Uruguay el libro "100 columnas", de José Antonio Artusi; texto que consiste en una recopilación de artículos publicados en la edición dominical del diario La Calle entre 2021 y 2023. La obra fue editada por el Espacio Editorial Institucional de la UCU.       

Dió la bienvenida a los presentes Hugo Barreto, quien leyó salutaciones recibidas de parte del gobernador Rogelio Frigerio, de la vicegobernadora Alicia Aluani, de los colegios profesionales de la arquitectura y de la abogacía, y del Centro Social Israelita Argentino de Concepción del Uruguay. 

A continuación hizo uso de la palabra Julio Vega, Director del Espacio Editorial Institucional UCU, quien contextualizó la publicación en el marco de la intensa tarea que viene desarrollando la editorial universitaria. 

Para presentar el libro se recurrió a un panel que estuvo integrado por Norberto Iribarren, docente en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCU; Laura Erpen, distinguida escritora uruguayense, y el rector de la Universidad de Concepción del Uruguay, Dr. Héctor César Sauret; quienes se refirieron a distintas facetas de la obra de Artusi. 

Finalmente el autor agradeció a todos quienes hicieron posible esta edición y a quienes lo acompañaron en su presentación; y se refirió a la génesis del libro, a partir de un ofrecimiento del periodista Matías Dalmazzo, del diario La Calle, para publicar la primera columna en el matutino uruguayense.  

El diseño de la tapa y las fotos son de Catalina Artusi y Lucrecia Artusi, la diagramación de la cubierta y la diagramación general son de Fernando Piciana y la coordinación editorial estuvo a cargo de Cristian Rougier.     

El libro podrá adquirirse en librerías de Concepción del Uruguay y próximamente en Mercado Libre.-  

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martes, 3 de diciembre de 2024

100 columnas




El Espacio Editorial Institucional de la Universidad de Concepción del Uruguay presenta una recopilación de 100 columnas escritas por José Antonio Artusi, docente de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCU, publicadas en la edición dominical del diario "La Calle" de Concepción del Uruguay, entre los años 2021 y 2023. 
Los textos que componen "100 columnas" no pretenden ser profundos estudios académicos, sino que mantienen el carácter accesible y directo del periodismo. 

A través de sus escritos Artusi aborda una amplia variedad de temas, desde cuestiones históricas y sociales hasta reflexiones sobre personajes y momentos significativos. 

El libro será presentado el próximo viernes 6 de diciembre a las 19.30 en la Biblioteca Popular "El Porvenir" de Concepción del Uruguay, Entre Ríos.- 
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domingo, 1 de diciembre de 2024

PEDRO RADIO

Por José Antonio Artusi

Pedro Radio nació en Paraná el 27 de marzo de 1894 y murió en Victoria el 25 de septiembre de 1956. Tras recibirse de médico, en 1919 se radicó en Victoria, ciudad que sería el epicentro de su carrera política, primero en el conservadorismo y finalmente en el peronismo.

En las elecciones legislativas del 8 de noviembre de 1931, conjuntas con la elección presidencial en las que se impuso Agustín P. Justo, Radio accedió a una banca de diputado nacional en representación del Partido Demócrata Nacional. En esa oportunidad Entre Ríos fue atípica. A diferencia de la mayoría de los distritos, en los que el radicalismo se abstuvo de participar, aquí el radicalismo antipersonalista concurrió al comicio y se impuso con el 50,42% en la categoría de diputados nacionales, y apoyando de manera testimonial la candidatura presidencial de Francisco Barroetaveña. El segundo lugar correspondió al PDN, con el 35,06%, que consagró a Pedro Radio y a Juan Francisco Morrogh Bernard, caudillo conservador de Gualeguaychú.    

El mismo resultado se dio en la elección de diputados nacionales de 1936, ya con un radicalismo unificado, un año después del triunfo de Eduardo Tibiletti como candidato a gobernador. En esa ocasión Pedro Radio fue reelecto con el 37,9%, mientras que la UCR obtuvo el 56, 34%.

Finalmente, en la elección del 3 de marzo de 1940 fue nuevamente electo por el Partido Demócrata Nacional para representar a Entre Ríos en la Cámara de Diputados. En ese momento la lista conservadora obtuvo el 39,42% y la UCR el 57,16%. Ejerció su último mandato hasta el golpe del 4 de junio de 1943, que disolvió el Congreso.   

Radio fue candidato a gobernador de Entre Ríos en tres oportunidades: en 1939, en 1943, y en 1946. El 19 de marzo de 1939 se enfrentaron la Alianza Obrera y Democrática, una coalición entre el radicalismo y el Partido Socialista Obrero con el apoyo del Partido Comunista, y la Concordancia, alianza entre el PDN y una minoritaria escisión del radicalismo encabezada por Gregorio Morán, médico que acompañó a Radio como candidato a vicegobernador y que más tarde, como el mismo Radio, terminaría enrolado en el peronismo. En esa elección se impuso la fórmula radical integrada por Enrique Fermín Mihura y Cipriano Marcó, con el 51.29% frente al 47,36% de la Concordancia.

En 1943 el resultado fue más parejo. El 21 de marzo el radicalismo, sin integrar una alianza formal, pero con el apoyo del Partido Socialista, del Partido Demócrata Progresista y del Partido Comunista, se impuso con la fórmula Eduardo Laurencena – Fermín Garay, que consiguió el apoyo del 50,40%; mientras que el PDN, con la fórmula Pedro Radio – Justo Medina llegó al 48,35%. Laurencena, que había sido gobernador entre 1926 y 1930, no llegó a ejercer su segundo mandato por la interrupción del orden constitucional del golpe del 4 de junio.       

El panorama político cambió drásticamente en 1946. El 23 de febrero, en la misma elección que llevó a Perón a la presidencia, en Entre Ríos se impuso la fórmula Héctor Domingo Maya – Luis Chaile, del Partido Laborista y la UCR Junta Renovadora, con el 42,56%. El segundo lugar correspondió al radicalismo, con la fórmula Fermín Garay – José Míguez, con el 38,42%, mientras que Pedro Radio, acompañado esta vez por Ricardo Maxit, llegó al 19,02%.       

Recordemos que a nivel nacional la UCR integró en ese momento la Unión Democrática, junto al Partido Socialista, el Partido Demócrata Progresista y el Partido Comunista. La coyuntura nacional impactó en Entre Ríos. Claudio Maidana lo interpreta así: “Por su parte, el Partido Demócrata Nacional fue excluido de la Unión Democrática debido a la negativa de los radicales, dejando a los conservadores en una posición difícil. Finalmente, el PDN resolvió no presentar candidaturas en el orden nacional, pero que cada provincia decida en cuanto a la participación en las candidaturas provinciales. En Entre Ríos, en enero de 1946, el comité provincial del PDN se pronunció por la formula integrada por el médico Pedro Radio, caudillo de la ciudad de Victoria, acompañado por Ricardo Maxit. La división del conservadorismo no se agotó en las opciones de integrarse a la UD o participar con candidatos propios sino también la negativa radical aceleró el proceso que fue decisivo para la suerte de la UD en el momento de la compulsa electoral: el vuelco de los caudillos conservadores al campo peronista. De hecho, varios dirigentes conservadores optaron por el naciente peronismo.”

Poco después Radio se incorporó al peronismo y fue designado embajador en España, gobernada en ese momento por Franco tras la guerra civil que determinó el fin de la República Española. Sobre el contexto en el que Radio se desempeñó al frente de la embajada en Madrid hasta 1950 es interesante el planteo de Vanessa Tessada Sepúlveda: “Debemos tener en cuenta que el aislamiento de España se confirmó rápidamente tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. En 1946, la ONU votó la Resolución 39 que obligaba al retiro de los embajadores de los países suscritos e impedía a España formar parte de las nuevas organizaciones supranacionales de postguerra... En este escenario de exclusión internacional, la relación que Franco tuvo con Argentina devino en un puntal de apoyo para la sobrevivencia del régimen... En este sentido, para R. Rein sólo la ayuda argentina permite explicar la sobrevivencia de Franco en el período comprendido entre 1946 y 1949, especialmente por el auxilio económico que fue mucho más relevante para Franco que cualquier apoyo diplomático... En 1947, el embajador argentino Pedro Radio presentó sus credenciales a Franco y se instaló en Madrid contraviniendo la Resolución 39 y en junio de ese año se produjo la visita de la esposa del presidente, Eva Duarte”.

 

Fuentes:

Maidana , Claudio. "Instituciones y actores políticos en la formación del peronismo en Entre Ríos." Red de estudios sobre el peronismo. agosto 2018. https://redesperonismo.org/wp-content/uploads/2018/12/Maidana.pdf (28, 2024).

Tessada Sepúlveda, Vanessa. "Eva Duarte en España: repercusión y propaganda de una visita política." Repositorio Institucional UCA. 2020. https://repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/12071/1/eva-duarte-espa%C3%B1a-repercusion.pdf (noviembre 28, 2024).

 

Publicado en el diario La Calle el 1º de diciembre de 2024.

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lunes, 25 de noviembre de 2024

CELESTINO MARCÓ

Por José Antonio Artusi

Irineo Celestino Marcó Laurencena nació en Gualeguay el 25 de mayo de 1863 y murió en Buenos Aires el 18 de mayo de 1940. Canalizó su vocación política desde joven en la Unión Cívica Radical, partido en el que ejerció numerosas responsabilidades: miembro de la Junta de Gobierno, delegado al comité nacional y a la convención nacional, varias veces presidente del Comité Departamental de Gualeguay, etc.  

El 22 de marzo de 1914 fue electo diputado nacional junto a sus correligionarios Leopoldo Melo, Miguel María Laurencena (que renunciaría el 23 de septiembre de ese año para asumir como gobernador) y Emilio Mihura; y dos candidatos del conservador Partido Provincial. En esa ocasión la UCR obtuvo 25947 votos (el 47,42%) y el Partido Provincial 21.339 (el 39%), mientras que en el tercer lugar se ubicó una lista de candidatos “carbosistas” que no consagró candidatos, con el 12.09%. Recordemos que el sistema electoral vigente en ese momento establecía la representación de las minorías, asignándoles un tercio de las candidaturas, y dos tercios a la lista ganadora; sin la proporcionalidad que otorga el actual sistema D´Hont. En la Cámara de Diputados de la Nación ocupó la vicepresidencia segunda y la vicepresidencia primera.

En las elecciones del 3 de marzo de 1918 Celestino Marcó fue reelecto, pero renunció el 23 de septiembre de ese año, dado que había sido electo gobernador, para suceder a Laurencena. La banca que dejó vacante fue ocupada por el uruguayense Alberto Carosini, electo en un comicio especial el 16 de marzo de 1919. En esa elección nacional el radicalismo quedó segundo como producto de una escisión de las tantas que tendría a lo largo de su historia. En efecto, en esa ocasión el triunfo correspondió a la lista conservadora denominada Concentración Popular, que obtuvo el 46,19% y consagró como diputado nacional, entre otros, al uruguayense Lucilo B. López. En segundo lugar quedó la UCR, con el 44,52%, mientras que el tercero correspondió a la “UCR Disidente”, que consiguió el 8,94% de los votos. También se presentó en esa oportunidad el Partido Socialista, que no alcanzó el 1% de los sufragios.               

Es interesante constatar la capacidad de recuperación electoral que tuvo el radicalismo ese año. Luego de perder una elección nacional en marzo por presentarse dividido, evidentemente la mala experiencia hizo recapacitar a sus dirigentes; y el 2 de junio, sólo tres meses después de esa derrota, logró la victoria con la candidatura de Celestino Marcó a gobernador y Emilio Mihura a vicegobernador. La UCR, ya unificada, obtuvo el 51,44%, mientras que la Concentración Popular, con Lorenzo Anadón como candidato a gobernador, logró el 48,56%, incluso con más votos que los que había conseguido en marzo y que le habían permitido alzarse con la victoria. Lo parejo de esa elección quedó evidenciado en que los electores conservadores se impusieron en siete departamentos y los electores radicales en los siete restantes, en una división geográfica bastante interesante que dividió a la provincia prácticamente en dos, un norte conservador y un sur radical. En la elección de senadores, empero, el radicalismo consagró ocho y la Concentración Popular seis.

Celestino Marcó asumió el cargo de gobernador el 1º de octubre de 1918 y lo ejerció hasta idéntica fecha de 1922. Lo acompañaron en su gestión como ministros Luis Lorenzo Etchevehere (ministro general y de Gobierno), Ricardo Poitevin (ministro de Gobierno y luego de Hacienda), y Eduardo Laurencena (ministro de Hacienda).       

Enrique Pereira asevera que “fue el suyo un gobierno progresista, estableciéndose normas de transformación social tales como leyes de jubilaciones y pensiones, de protección al trabajo…, organización del archivo y registro de la propiedad, mejoramiento de la legislación electoral, creación de la sección Arquitectura en Obras Públicas… obligatoriedad del cuarto oscuro en las elecciones municipales, obligatoriedad de publicar íntegramente las leyes provinciales”, etc.”.   

Manuel Macchi y Alberto Masramón recuerdan que durante su gestión “quedó habilitado el nuevo puerto de Concepción del Uruguay, se inauguró la Facultad de Ciencias Económicas y de Educación de Paraná (de efímera vida) y se inauguró el servicio de tranvías eléctricos en dicha ciudad”.   

Beatriz Bosch destaca que durante su período “disminuyen las dificultades financieras. Resurgen la ganadería y la industria harinera. Aumenta el número de sociedades rurales y de cooperativas agrícolas, alcanzando la provincia el primer puesto en el país en este último renglón. Se crean bancos agrícolas regionales. Funcionan consorcios camineros y una escuela de agricultura en Villaguay. Se traza el primer camino abovedado: el de Paraná a Crespo. Disminuye la entrada de inmigrantes”.   

Tras dejar la gobernación, que quedó en manos de Ramón Mihura, fue designado por el presidente Alvear como ministro de Justicia e Instrucción Pública de la Nación, cargo que desempeñó entre el 12 de octubre de 1922 y el 19 de octubre de 1923. Fue reemplazado por Antonio Sagarna, otro radical entrerriano. Posteriormente Celestino Marcó ocupó la vicepresidencia del Banco de la Nación.   

Autores como Filiberto Reula ubican a Celestino Marcó en el campo del antipersonalismo, enfrentado a Yrigoyen; sin embargo Enrique Pereira brinda datos poco difundidos que ponen en tela de juicio esa interpretación, y deja entrever que el error puede deberse a una confusión con el uruguayense Cipriano Marcó. Efectivamente, el 6 de octubre de 1931 Celestino Marcó fue proclamado candidato a gobernador por la Convención Provincial de la UCR (fiel al Comité Nacional del partido y enfrentada la UCR antipersonalista entrerriana que llevó como candidato a Luis Lorenzo Etchevehere). De todos modos, la fórmula que integró, acompañado por Juan Carlos Rivero como candidato a vicegobernador no llegó a presentarse debido a la abstención declarada por las autoridades nacionales del radicalismo ante la proscripción de la fórmula Alvear – Güemes.     

Celestino Marcó fue abogado e integró la Academia Nacional de Ciencias Económicas.

 

Fuentes:

Bosch, Beatriz. Historia de Entre Ríos. Buenos Aires: Editorial Plus Ultra, 1978.

Macchi, Manuel, y Alberto Masramón. Entre Ríos. Síntesis histórica. Concepción del Uruguay: Sacha, 1977.

Pereira, Enrique. Diccionario biográfico Nacional de la Unión Cívica Radical . Buenos Aires: Ediciones IML, 2012.

 

Publicado en el diario La Calle el 24 de noviembre de 2024.- 

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