lunes, 28 de abril de 2025

PRESENTARON "100 COLUMNAS" EN GUALEGUAYCHÚ



"100 columnas", de José Antonio Artusi, fue presentado el pasado día viernes 25 de abril en el Museo Casa Natal de Fray Mocho de Gualeguaychú. Se refirieron al autor y a su obra Pablo Remolif y Luis Castillo, secretario de Cultura de la Municipalidad de Gualeguaychú. A continuación José Antonio Artusi expuso acerca de la génesis del libro y finalmente se dió un intercambio de opiniones y comentarios entre los presentes.

"100 columnas es una recopilación de artículos publicados en la edición dominical del diario La Calle de Concepción del Uruguay entre 2021 y 2023. Fue publicado por la Editorial de la UCU en 2024.    

Muchas gracias a quienes acompañaron con su presencia y participación, a los presentadores por sus generosas palabras y al personal de la Secretaría de Cultura y del Museo por la convocatoria y la cordial recepción. 

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HENRY GEORGE VIVE

Por José Antonio Artusi

Henry George fue uno de los escritores más famosos en el siglo XIX en Estados Unidos. Su obra “Progreso y miseria”, publicada en 1879, sólo fue superada por la Biblia en cantidad de ejemplares vendidos. Por alguna razón, más tarde su vida y su obra cayeron en un cono de sombra. Sus ideas - que explicaban la paradoja de sociedades que crecían y progresaban a la vez que veían aumentar la pobreza, y que proponían como remedio radical una profunda reforma tributaria basada en un impuesto “único” que grave las rentas no ganadas del suelo y de los recursos naturales - cayeron en el olvido.          

Sin embargo, la vigencia de su legado podría estar resucitando. Algunas noticias recientes muestran indicios en tal sentido. El 15 de abril pasado New York News publicó una nota de Johan Sheridan (https://www.news10.com/news/ny-news/land-value-tax-pilot-program-proposed-to-make-new-york-housing-affordable/)  en la que afirma que “legisladores estatales demócratas presentaron un proyecto de ley que convertiría los impuestos a la propiedad inmueble en un impuesto al valor del terreno libre de mejoras. Los promotores afirman que transformar el sistema actual mitigaría los efectos de la crisis de vivienda en todo el estado”. El artículo continúa señalando que “los impuestos sobre el valor del suelo gravan el valor del terreno en sí mismo, sin considerar las construcciones o mejoras realizadas en él. Gravar el valor del terreno libre de mejoras pretende disuadir a los propietarios de especular (conservar terrenos baldíos o infrautilizados mientras esperan que suban los precios, un factor importante que aumenta la inasequibilidad) y, al mismo tiempo, incentivarlos a desarrollar la propiedad para construir viviendas.”

El autor enfatiza que “el impuesto al valor del terreno presionaría a quienes ocupan terrenos baldíos en lugar de recompensarlos con bajas facturas de impuestos, de modo tal de impulsar la construcción de viviendas.  El cambio podría aumentar la vivienda asequible, reducir la falta de vivienda y evaluar facturas de impuestos más justas para las personas que luchan con el aumento del costo de vida”.

New York no está sola en esta tendencia.  En un artículo publicado recientemente (https://www.realtor.com/advice/finance/land-value-tax-solve-housing-shortage/) Allaire Conte sostiene que en Estados Unidos “los expertos estiman que, al ritmo actual de construcción, la actual crisis de vivienda tardará más de siete años en resolverse. Esos siete años son demasiados para muchos compradores e inquilinos esperanzados, hartos de los altos costos de la vivienda. Cuando ocurren crisis como esta, es común buscar una solución, ya sea el movimiento YIMBY que promueve cambios en la legislación urbanística, programas de asistencia para el pago inicial que ayudan a quienes compran su primera vivienda o incluso promotores inmobiliarios que lideran la construcción de nuevas viviendas. Pero el héroe que necesitamos es uno al que pocos recurren: la reforma del impuesto inmobiliario. Actualmente, la forma en que utilizamos nuestros impuestos penaliza el desarrollo urbanístico”, explica Greg Miller, director ejecutivo del Centro para la Economía del Suelo. Miller es uno de los defensores del impuesto al valor del suelo como un posible factor decisivo para resolver la escasez de viviendas… Miller lo pone en perspectiva, señalando que el impuesto a la propiedad inmueble es, en realidad, dos impuestos en uno: un impuesto sobre los edificios y un impuesto sobre el valor del terreno, o mejor aún, sobre el valor de la ubicación. Lo que quiere decir es que el valor del terreno se basa en gran parte de su proximidad a atractivos como parques, buenas escuelas y economías prósperas. Esto significa que un terreno baldío puede revalorizarse significativamente si el terreno circundante se urbaniza para desarrollar esos parques, vecindarios y economías prósperas. Pero los propietarios de terrenos productivos (propietarios de viviendas, arrendadores e inquilinos) pagan más impuestos sobre la propiedad debido al valor que han añadido (mediante la construcción de viviendas, edificios comerciales o comunidades), mientras que el propietario del terreno baldío paga impuestos bajos, pero aun así se beneficia del aumento del valor de las propiedades en la zona… “No es un impuesto adicional”, dice Miller. “No estamos añadiendo más impuestos. Es totalmente neutral en términos de ingresos, simplemente trasladando el impuesto de los edificios al terreno”.”

“Según Miller, todo se reduce a alinear los incentivos del mercado. Tomemos como ejemplo un terreno baldío en venta en Austin, Texas. Sus impuestos prediales anuales ascienden a $1,990, mientras que una vivienda unifamiliar en un terreno de tamaño comparable en el mismo vecindario paga $7,712 anuales. A pesar de que el terreno baldío está valuado en aproximadamente la mitad del valor de la vivienda, su propietario paga solo una cuarta parte de los impuestos prediales. Esta estructura fiscal desproporcionada genera poca motivación para que el propietario invierta en la construcción del terreno. En otras palabras, si bien el valor de mercado refleja el uso potencial del terreno (como construir una casa), los impuestos prediales no lo hacen. Sin embargo, con un land value tax, tanto el terreno baldío como el propietario incurrirían en facturas de impuestos prediales similares, lo que incentivaría al propietario a desarrollar el terreno para un uso productivo y compensar así el costo de su mantenimiento”.

El artículo hace referencia a la experiencia de Pittsburgh: “Tras el colapso de la industria siderúrgica, Pittsburgh se enfrentó a la amenaza del deterioro urbano que azotó a muchas ciudades industriales durante las décadas de 1970 y 1980. Pittsburgh ya contaba con un sistema de LVT, que gravaba el suelo con el doble de la tasa de los edificios, y entre 1979 y 1980, la ciudad aumentó la tasa hasta cinco veces la de las estructuras. Este cambio estratégico supuso un gran incentivo para desarrollar terrenos improductivos. Investigaciones realizadas en las décadas posteriores han demostrado que la combinación del LVT y las reducciones fiscales específicas permitieron a Pittsburgh superar el deterioro urbano y contribuir a un período que ahora se conoce como el Renacimiento II de Pittsburgh…   “Necesitamos alinear los incentivos del mercado para crear una inmensa cantidad de viviendas”, enfatiza Miller. “Cuando tenemos una inmensa oferta de viviendas, los precios bajan para todos”.

 

Publicado en el diario La Calle el 27 de abril de 2025.

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EL EXPERIMENTO DE “MEIN GRUNDEINKOMMEN”

Por José Antonio Artusi

La idea del ingreso ciudadano o ingreso básico universal tiene raíces que pueden rastrearse bastante lejos, hasta Thomas Paine en el siglo XVII o Santo Tomás Moro en el siglo XVI, sólo por mencionar algunos de sus pioneros. Resurgió con nuevos planteos en el siglo XX y está siendo estudiada con mucho detenimiento en el siglo XXI, incluso llegando a llevar adelante experimentos acotados que ponen a prueba los resultados que podría llegar a tener la implementación generalizada de una medida de este tipo.  En general, los resultados son positivos y alentadores, y muestran que podría constituir, junto a reformas impositivas, una de las claves para la construcción de una sociedad más democrática, liberal e igualitaria.

Se han publicado recientemente los resultados de un experimento desarrollado en Alemania por una organización sin fines de lucro con sede en Berlín denominada Mein Grundeinkommen (Mi ingreso básico), que arroja resultados interesantes y sirven para mantener vivo el debate acerca de esta cuestión. Al respecto, en un artículo publicado por CNN, Rosa Rahimi señala que “un experimento alemán ha revelado que es probable que las personas sigan trabajando a tiempo completo incluso si reciben pagos de ingreso básico universal sin condiciones. El ingreso básico universal, también conocido como ingreso garantizado, consiste en dar dinero a todos, independientemente de sus ingresos, para darles la libertad de cambiar de trabajo, formarse para nuevos puestos, brindar cuidados o dedicarse a actividades creativas. Entre los defensores se encuentran figuras como Elon Musk, quien afirmó en 2018 que «el ingreso universal será necesario con el tiempo si la inteligencia artificial asume la mayoría de los trabajos humanos». El candidato presidencial demócrata estadounidense, Andrew Yang, se presentó en 2020 con una plataforma para dar a los estadounidenses 1000 dólares al mes, calificando la idea de «revolucionaria».”

El artículo continúa informando que Mein Grundeinkommen “realizó un seguimiento de 122 personas durante tres años. De junio de 2021 a mayo de 2024, este grupo recibió una suma incondicional de 1200 € (1365 $) al mes. El estudio se centró en personas de entre 21 y 40 años que vivían solas y que ya ganaban entre 1100 € y 2600 € al mes. Podían usar el dinero extra del estudio para lo que quisieran. Durante tres años, la única condición fue que completaran un cuestionario cada seis meses sobre diferentes aspectos de su vida, como su situación financiera, sus hábitos laborales, su bienestar mental y su actividad social. Se han realizado experimentos similares para evaluar la viabilidad de la renta básica universal, como uno que se puso en marcha en Stockton, California, en 2019, que otorgó pagos de 500 dólares mensuales. En aquel momento, los investigadores afirmaron que podría tener un impacto "profundo" en la salud pública. En Europa, la idea cobró impulso durante la pandemia de COVID-19, y un estudio de la Universidad de Oxford reveló que el 71 % de los europeos en 2020 estaba a favor de la introducción de un ingreso básico universal”.

Una crítica recurrente al concepto consiste en señalar que su introducción haría que la gente deje de trabajar, confundiéndola con la idea de que se trata de “cobrar por no trabajar”. Pero en realidad precisamente al ser incondicional evita caer en la denominada “trampa de la pobreza”, en la que caen los programas de ayudas o subsidios a pobres o desempleados condicionados a que mantengan su situación de pobreza o desempleo, lo que constituye un incentivo negativo, que desalienta la búsqueda de empleo o la mejora de su condición económica.

Rosa Rahimi plantea que “una preocupación expresada por los críticos es que recibir una renta básica podría hacer que las personas sean menos propensas a trabajar. Sin embargo, el estudio de Grundeinkommen sugiere que esto podría no ser así en absoluto. Se descubrió que recibir una renta básica no era motivo para que las personas renunciaran a sus trabajos. En promedio, los participantes del estudio trabajaban 40 horas semanales y mantenían su empleo, al igual que el grupo de control, que no recibía remuneración. "No encontramos evidencia de que a la gente le guste no hacer nada", declaró Susann Fiedler, profesora de la Universidad de Economía y Negocios de Viena, quien participó en el estudio, en el sitio web del estudio”.  A diferencia del grupo de control, quienes recibían una renta básica eran más propensos a cambiar de trabajo o a matricularse en estudios superiores. Reportaron una mayor satisfacción laboral y estaban significativamente más satisfechos con sus ingresos. Matthew Johnson, profesor de políticas públicas en la Universidad de Northumbria, quien trabaja en la renta básica y es autor de un libro sobre el tema, calificó los hallazgos de "predecible". "Este estudio confirma la creciente evidencia que nosotros y otros hemos presentado desde hace tiempo: no hay evidencia de que la Renta Básica reduzca la actividad económica y laboral", declaró a CNN. "Al contrario, brinda a los trabajadores la seguridad económica para asumir riesgos positivos y evitar riesgos negativos en su vida laboral". ¿Y puede más dinero comprar la felicidad? Según el estudio, quienes recibían una renta básica reportaron sentir que sus vidas eran "más valiosas y significativas" y sintieron una clara mejora en su salud mental. También podría comprar libertad, o al menos más libertad. Los beneficiarios, especialmente las mujeres, reportaron una mayor sensación de autonomía en sus vidas. A pesar de trabajar el mismo horario que antes, sentían que tenían más tiempo durante el día para actividades como dormir, hacer voluntariado y pasar tiempo con sus seres queridos. “Sabemos que aumentar la cantidad, la seguridad y la previsibilidad de los ingresos mejora los resultados clave en salud, actividad física, emprendimiento, educación y casi todas las demás áreas de la vida”, afirmó Johnson.

De cara al futuro, Mein Grundeinkommen afirma que los desafíos derivados de la crisis climática, los cambios demográficos y la tecnología plantearán importantes preguntas sobre el papel del estado de bienestar y el lugar que ocupa el ingreso básico universal en él”.

 

Publicado en el diario La Calle el 20 de abril de 2025.

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lunes, 14 de abril de 2025

MARIANO LÓPEZ

Por José Antonio Artusi

Mariano Eustaquio López nació en Concepción del Uruguay el 20 de septiembre de 1857 y murió en su ciudad natal el 21 de enero de 1929.

Su familia tenía vínculos con Francisco Ramírez, con Justo José de Urquiza y con Ricardo López Jordán. Cursó el bachillerato en el Colegio del Uruguay y posteriormente egresó como abogado de su segunda Escuela de Derecho. Más tarde obtuvo el doctorado en Montevideo. Estuvo entre los estudiantes del Colegio que participaron en la fundación de la Asociación Educacionista “La Fraternidad”. En 1882 fue designado prosecretario de la Cámara de Diputados de la provincia. Recordemos que hasta 1883 la capital provincial era Concepción del Uruguay. En 1887 fue electo diputado provincial y en 1890 fue reelecto, por lo que ocupó esa banca hasta 1894. También fue senador provincial por el departamento Uruguay, entre 1898 y 1901.   

Se desempeñó como ministro de Hacienda, Justicia e Instrucción Pública en el gobierno de Leónidas Echagüe entre 1902 y 1903 y continuó en ese cargo en la gestión del gobernador Enrique Carbó entre 1903 y 1906.

El 11 de marzo de 1906 fue electo diputado nacional, junto a otros siete candidatos conservadores, entre ellos Alejandro Carbó. En esos comicios Mariano López obtuvo 8.759 sufragios. La falta de transparencia y limpieza de esos comicios queda de manifiesto cuando se observa que otro candidato conservador como Osvaldo Magnasco obtuvo sólo cuatro votos, y un candidato radical como Francisco Barroetaveña solamente dos. Su primer mandato como legislador nacional fue breve, ya que renunció el 15 de enero de 1907 tras haber sido electo vicegobernador, acompañando a Faustino Parera. Ejercieron su mandato, acortado por la transición dispuesta en la reforma constitucional de 1903, entre el 15 de enero de 1907 y el 1º de octubre de 1910.  

En las elecciones del 13 de marzo de 1910, las últimas antes de las trascendentales reformas establecidas en la ley Sáenz Peña, Mariano López fue nuevamente electo diputado nacional. En esa ocasión obtuvo 14.648 votos – fue el candidato más votado – mientras que Osvaldo Magnasco vio nuevamente frustradas sus ambiciones al lograr sólo tres votos, al igual que el candidato radical Alberto Carosini, entre otros. En esta oportunidad sí pudo Mariano López ejercer su mandato completo, hasta 1910.  

Más que por propuestas de grandes leyes de alcance nacional su gestión como legislador nacional es conocida sobre todo por el impulso dado a iniciativas centradas en Concepción del Uruguay. En tal sentido podemos mencionar la ley de creación de la zona franca, la construcción de un edificio para el juzgado federal, la ampliación del puerto, la nacionalización de la escuela profesional de mujeres, la creación del profesorado de la Escuela Normal y la concreción de su actual edificio. Otros proyectos tuvieron sanción legislativa pero no se implementaron, tales como la construcción del hotel de inmigrantes, que habría estado localizado en cercanías de la estación del ferrocarril, o la adquisición del Palacio San José para el establecimiento de una escuela superior agropecuaria.

Merece especial atención la ley 8092, de creación de la zona franca de Concepción del Uruguay, promulgada por el Poder Ejecutivo Nacional el 30 de septiembre de 1910 y reglamentada recién en 1992. Mariano López defendió su proyecto argumentando que “la ley 5142 autorizó el establecimiento de la zona franca en el puerto de La Plata, y uno de la provincia de Santa Fe. Pero nada dijo de Entre Ríos, cuyo inmejorable puerto ultramarino, Concepción del Uruguay, reclama igual beneficio, porque pueden invocarse a su favor las mismas razones y fundamentos que sirvieron de base para la sanción de la ley expresada”.    

También debe destacarse la creación del profesorado de la Escuela Normal. El proyecto, presentado en 1911, proponía elevar la categoría de la institución a escuela de profesoras, agregando dos años más de estudios. La ley respectiva fue sancionada en 1912, creándose a partir de ese momento el profesorado, que funcionó hasta 1930, y luego fue recuperado en 1960. En 1913 Mariano López presentó un proyecto de ley tendiente a la creación de una escuela industrial de varones en Concepción del Uruguay, iniciativa que recién se concretaría en 1938.

El Centro Comercial de Concepción del Uruguay tuvo en 1913 a Mariano López como uno de sus fundadores y fue su primer presidente. En 1925, al retirarse de la presidencia, el diario Los Principios, claramente identificado con el radicalismo yrigoyenista, hizo esta reseña de su gestión al frente de la institución: “El Dr. López, que como es pública notoriedad, se ha preocupado por todo cuanto importa un progreso para Concepción del Uruguay y su zona tributaria; tiene bien conquistados título y autoridad… muchas otras iniciativas y medidas auspiciadoras del progreso real, efectivo y permanente de nuestra ciudad y de su departamento constituyen la acción eficiente y prolija de la Comisión Directiva, que bajo la presidencia del Dr. López dirigiera acertadamente la marcha de esa Institución.”     

La actuación política de Mariano López culminó con un breve período en el que se desempeñó como concejal y presidente del Concejo Deliberante entre 1926 y 1927, propuesto por el radicalismo antipersonalista. Durante su mandato ocupó varias veces de manera interina la titularidad del departamento ejecutivo municipal. Para entender esta incorporación de un dirigente que si bien era sumamente prestigioso provenía del conservadorismo es menester considerar dos circunstancias. La primera, tomar nota de los durísimos enfrentamientos entre las ramas antipersonalista e yrigoyenista del radicalismo, que ya se habían dividido y competían en las elecciones generales como partidos diferentes. La segunda, recordar que el sistema imperante para la elección del presidente municipal antes de la reforma de la constitución de 1933 consistía en la designación por parte del Gobernador, conviviendo con la elección popular directa de los concejales. Este método generaba frecuentes conflictos y problemas de funcionamiento entre las ramas ejecutiva y legislativa de los municipios.   

Una calle de Concepción del Uruguay, antes denominada Los Andes, lleva el nombre de Mariano Eustaquio López.

 

Fuentes:

Argachá, Celomar José. Un Mecenas uruguayense: Mariano E. López. Concepción del Uruguay, 2009.

 

Publicado en el diario La Calle el 13 de abril de 2025.

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lunes, 7 de abril de 2025

CASIMIR LISZINSKI

Por José Antonio Artusi

Se cumplen 336 años de la ejecución de Casimir Liszinski, en la plaza del mercado de Varsovia.   

Casimir Liszinski nació en Łyszczyce, localidad que en ese momento pertenecía a Polonia, actualmente en Bielorrusia, el 4 de marzo de 1634 y murió en Varsovia, el 30 de marzo de 1689.

Liszinski pertenecía a una familia de nobles polacos. Michael Nugent señala que “a los 24 años, Casimir se formó como jesuita en Cracovia y Kalisz. Estudió retórica con John Kwiatkiewicz, teólogo y poeta cuyos libros sobre historia de la Iglesia criticaban al filósofo italiano Lucilio Vanini, uno de los primeros defensores de la evolución, ejecutado en Francia en 1619 por ateísmo y blasfemia. Casimir también estudió lógica, física y metafísica con John Morawski, un filósofo ecléctico que reflexionó sobre la existencia del ser únicamente en la mente. Casimir dejó la Compañía de Jesús en 1666 y se casó con Jadwiga Zelichowska a los 32 años. Posteriormente, se dedicó a la política, participando en el parlamento nacional de Varsovia. En 1674, a los cuarenta años, participó en el parlamento que eligió a Juan III Sobieski como rey de Polonia, después de que tres candidatos rivales trajeran sus ejércitos a Varsovia. Juan era un líder militar fuerte que apoyaba a Liszinski”.

El mencionado autor plantea que “alrededor de 1674, al cumplir cuarenta años, Liszinski comenzó a escribir el tratado filosófico que lo llevaría a la muerte quince años después. Había leído un libro de Henry Alsted titulado Theologia Naturalis, que intentaba demostrar la existencia de Dios. Liszinski no se impresionó y escribió en los márgenes: «ergo non-est Deus» o «por lo tanto, Dios no existe». Liszinski comenzó entonces a desarrollar sus propias ideas en una obra titulada “Sobre la inexistencia de Dios”. Fue el primer argumento filosófico polaco a favor de un mundo natural sin dioses, y lo mantuvo en secreto durante los quince años que estuvo escribiéndolo”.

Nugent nos narra el desenlace del drama: “En 1682, el rey Juan III Sobieski nombró a Liszinski gobernador de la región de Berekolit. Cabe recordar que, en esa época, los escritos de Liszinski sobre Dios y la religión aún se mantenían en secreto. Con 48 años, participó en un juicio contra los jesuitas, quienes se vieron obligados a devolver dos jardines que habían usurpado ilegalmente a los habitantes fallecidos de Brest. En 1686, el obispo Witwicki, de la diócesis de Luck, excomulgó a Liszinski, de 52 años, de la Iglesia Católica. Su hija se había casado con un hombre que podría haber sido su tío (el árbol genealógico era complejo) y el obispo exigió la anulación del matrimonio. Liszinski respondió que las prohibiciones eclesiásticas no importaban, ya que el matrimonio es un contrato civil, y el obispo lo excomulgó. Liszinski tuvo un breve indulto, ya que el obispo Witwicki fue ascendido a la diócesis de Poznam, y su sucesor no se pronunció en su contra. Pero sus problemas estaban a punto de agravarse. Había prestado una gran suma de dinero a un vecino llamado John Brzoska, y en 1687 debía devolverlo. Pero Brzoska encontró la manera de evitarlo. Robó el manuscrito de Liszinski sobre la inexistencia de Dios y su ejemplar de Theologia Naturalis con sus notas marginales manuscritas. Con base en esto, Brzoska acusó a Liszinski de ateísmo y blasfemia. Informó al obispo Witwicki, ahora obispo de Poznam, quien ya había excomulgado a Liszinski. En un ambiente de indignación, el gobernador local encarceló a Liszinski, rompiendo la tradición legal de que un noble polaco no podía ser encarcelado antes de ser declarado culpable. El gobernador transfirió entonces el caso al tribunal eclesiástico y Liszinski a la prisión eclesiástica. El juicio tuvo lugar a principios de 1689, cuando Liszinski cumplió cincuenta y cinco años. Los obispos Witwicki de Poznam y Zaluski de Kiev defendieron firmemente la culpabilidad de Liszinski, mientras que el rey Juan III Sobieski intentó ayudarlo ordenando que el juicio se celebrara en Vilna en lugar del Vaticano. Los obispos se indignaron de que a Liszinski se le permitiera siquiera defenderse, argumentando que sus pruebas por sí solas deberían haber bastado para condenarlo. El juicio tuvo un desenlace irónico. Liszinski solo tenía un ejemplar de su libro, que fue quemado como parte del veredicto. Pero gracias a que sus acusadores interpretaron partes clave de sus argumentos en el acta del juicio, conocemos el resumen de sus razones para concluir que no existe Dios y que la religión se inventó para oprimir a la gente. De ser declarado culpable, Liszinski se enfrentaba a una terrible ejecución: le cortarían la lengua con hierros candentes, le quemarían las manos lentamente y luego él mismo moriría quemado. Intentó defenderse alegando que su obra estaba escrita a medias. Afirmó que la versión completa sería un debate entre un ateo y un católico, en el que el católico finalmente ganaría. Pero fue declarado culpable. El rey Juan Sobieski protestó, alegando que la Inquisición no habría tomado una decisión más severa. Tras la apelación de Juan, la ejecución se limitó a la decapitación y, posteriormente, el cuerpo de Liszinski fue incinerado. Incluso el papa Inocencio afirmó que los obispos polacos habían abusado de su poder y que la sentencia era demasiado severa. A pesar de estas sutiles críticas, Liszinski fue ejecutado el 30 de marzo de 1689 en la Plaza del Mercado…”.

¿Por qué interesa recordar a este filósofo polaco?  Porque, lamentablemente, parece necesario seguir insistiendo firmemente en la necesidad de preservar los ideales liberales e igualitarios de la Ilustración, que le permitieron a Occidente en algún momento ir saliendo de las oscuridades de la Inquisición y la represión del libre pensamiento; si bien es verdad que Occidente una y otra vez traicionó (y traiciona) sus propios ideales. Lamentablemente, sigue habiendo quienes se sienten con derecho a condenar a otros a muerte por cuestionar alguna religión o alguna verdad supuestamente revelada. Y sigue habiendo víctimas inocentes de esa ominosa barbarie.   

 

Fuentes:

Nugent, Michael . "Michael Nugent." Casimir Liszinski, executed for atheism. 2020. https://www.michaelnugent.com/2020/01/06/casimir-liszinski/.

 

Publicado en el diario La Calle el 6 de abril de 2025.



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