viernes, 7 de octubre de 2022

UN SISTEMA ENFERMO

Por José Antonio Artusi

La realidad en materia de salud pública en la Provincia de Entre Ríos muestra un panorama francamente desalentador. Las dificultades y problemas cotidianos de todo orden que deben sufrir quienes acuden a centros de salud y hospitales públicos son la manifestación más visible de la crisis en la coyuntura, que recaen sobre todo, obviamente, en los sectores más vulnerables de nuestra sociedad.    

Pero además, aunque menos visibles, problemas estructurales como los déficits en materia de promoción, prevención y atención primaria de la salud, la falta de una adecuada regionalización hospitalaria, el incumplimiento de la cláusula constitucional que ordena que los directores de hospital se designen por concurso, la ausencia de una eficaz articulación del sector salud con otras áreas de las políticas públicas como educación y vivienda, la insuficiencia de acciones en materia de educación sexual y salud sexual y reproductiva, el agravamiento de problemas ambientales y sociales, entre tantas otras cuestiones, demuestran a las claras que se ha venido improvisando y colocando parches, sin un plan estratégico que dé respuestas a la necesidad de revisar profundamente el sistema de salud, que - como en todo el país - se caracteriza por su fragmentación y desarticulación, en el que la masa de recursos que se invierten no se compadece con los resultados alcanzados.

Tenemos un sistema de salud disperso y profundamente desigual e inequitativo, con superposición caótica de funciones y responsabilidades entre los distintos niveles del Estado y entre éstos y las entidades de la seguridad social y el sector privado, lo que determina una alta ineficiencia del gasto público en salud.    

Es necesarios recordar que la política sanitaria es fundamental para brindar igualdad de oportunidades, para que todos puedan disfrutar efectivamente del derecho a la salud y de otros derechos económicos y sociales de raigambre constitucional.

En este sentido es menester señalar también la incomprensible demora en reglamentar nuevos derechos e institutos incorporados al texto de la Constitución de Entre Ríos, reformada en 2008. Basta leer el Artículo 19, entre otros, para tomar conciencia de la distancia que media entre el mandato constitucional y la realidad:

"La Provincia reconoce la salud como derecho fundamental, desarrollando políticas de atención primaria. La asistencia sanitaria será gratuita, integral, adecuada y oportuna. Será prioritaria la inversión en salud, garantizando el primer nivel de atención, así como la formación y capacitación. Se implementará un seguro provincial de salud para toda la población y una progresiva descentralización hospitalaria. El medicamento es un bien social básico. El Estado regula y fiscaliza el circuito de producción, comercialización y consumo de éstos y de los productos alimenticios, tecnología médica y acredita los servicios en salud. La ley propenderá a jerarquizar el nivel de atención hospitalaria de tiempo completo".

Otros artículos de nuestra Constitución provincial se refieren también, directa o indirectamente, a la salud: artículo 20 (derechos sexuales y reproductivos), artículo 21 (personas con discapacidad), artículo 22 (derecho a un ambiente sano), artículo 24 (derecho a la alimentación y a un ingreso mínimo indispensable para la subsistencia en determinadas situaciones), artículo 25 (derecho a la vivienda), etc..

La pandemia y las respuestas que se brindaron desde el Estado, muchas veces en detrimento de la adecuada atención de otras patologías, vinieron a agravar problemas existentes, que se combinan ahora de manera preocupante con una crisis social que muestra elevados índices de pobreza y exclusión social, sobre todo en la población infantil. Urge encontrar caminos razonables para aplicar remedios estructurales a sistema enfermo, que no resiste más meros paliativos y demanda soluciones de fondo. Sin un adecuado sistema de salud pública provincial, articulado eficientemente con las políticas nacionales y con las de los gobiernos locales, no podremos aspirar a ser una provincia pujante y desarrollada. Es obvio por otro lado que los sistemas de salud no operan en el vacío, sino en el contexto de un determinado escenario económico y social, para mal o para bien. Será clave por ende procurar la debida sinergia entre las políticas públicas de todos los sectores.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 de Naciones Unidas - “garantizar una vida sana y promover el bienestar en todas las edades es esencial para el desarrollo sostenible” - y sus metas para el año 2030 nos deberían motivar a reconocer la gravedad del problema, a elaborar diagnósticos adecuados, y a implementar estrategias viables y efectivas, que lejos de la declamación y las meras promesas, se transformen en realidades concretas para una mejor calidad de vida de todos los entrerrianos.-   


Publicado en el diario La Calle el día 18 de Septiembre de 2022.- 

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